También Campeones en desigualdad

Por: Horacio Serpa   Mantenemos la felicidad por los triunfos de nuestra extraordinaria selección de futbol. Por primera vez en la vida todas y todos vibramos por el lindo juego, la garra y los triunfos de ese grupo de colombianos que nos hicieron sentir orgullosos, optimistas, positivos, hermanos en una misma bandera. Esos muchachos nos hicieron ver que somos capaces de gozar juntos, de entendernos, de tener propósitos comunes. En estas semanas de gloria futbolera se hizo verdad la famosa encuesta sobre la felicidad. Fuimos los más dichosos del mundo. Pero como en la repetida frase, “lo bueno no dura mucho”. Poco a poco fuimos saliendo de ese grato estado de satisfacción para caer en las dramáticas realidades del país: violencia, confrontaciones, crímenes de todas las formas, necesidades, desempleo, frustraciones, desesperanza. El último informe del Programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas —Pnud—   sobre desigualdad nos hizo poner los pies en la tierra. Entre 168 países medidos somos el número 12 en dicha materia. Es decir, las injusticias sociales, los desequilibrios en materia de ingreso y servicios públicos, las distancias económicas entre unos pocos y la mayoría de la población, son abismales. Estamos a la altura de los países más atrasados del orbe, como Burundi, Eritrea, Sierra Leona, y Nigeria. Muchos millones siguen en la miseria, la pobreza afecta a más del 30% de la población y altos sectores de la clase media podrían caer en la pobreza. La desigualdad es el peor de todos los males. Por eso la pobreza, la marginalidad, la exclusión, la delincuencia común, la subversión. No debemos ocultar que hay hambre, desnutrición, discapacidad, resentimientos, angustia. La familia se destruye, crece el consumo de estupefacientes, aparecen la desesperación y los suicidios. “Cuando el hambre entra por la puerta, el amor sale por la ventana”. No hay que esperar más estudios ni llenarnos de cifras y de estadísticas para asegurarnos de que todo lo anterior es cierto, y más. Basta con leer los periódicos, escuchar noticias y ver los noticieros de televisión. En esas emisiones diarias se  pone de manifiesto el inmenso drama social y económico de nuestra sociedad. Hay que aceptar que las cifras económicas, de desempleo y de crecimiento son buenas. A veces excepcionales comparándolas con otros países. Pero debajo de nuestra piel morena y nuestro temperamento tropical están las miserias que sufre medio país, por lo menos. No dudo que mejoramos, pero a un ritmo frustrante. Se requiere lo que llaman “un golpe de timón”. El momento es apropiado. No podemos solucionar tantos problemas al tiempo, pero podemos empezar por conseguir que se acabe la guerrilla, que farc y eln renuncien a la lucha armada. Hay que lograrlo, con decisión, con coraje, pero con altruismo y generosidad de parte de todos. Si empezamos por eso nos llenaremos de optimismo y podremos vivir una etapa de reconciliación sin odios, sin venganzas, con más recursos económicos para invertir en la sociedad, con más y mejor empleo, con solidaridad internacional, decididos por la equidad y la transparencia. Démonos esa oportunidad, ahora que estamos más cerca que nunca.   Imagen tomada de: www.ecos1360.com

¿Censura o alineamiento editorial?

Entre acusaciones, polémicas, se maneja canal capital, Hollman Morris defensor de la libertad de expresión, ahora es acusado de restringirla en sus periodistas.

La gratitud, el ingrediente esencial de la vida

Por: Marta Sáenz Correa   Me alegra mucho compartir con mis amigos y lectores apartes de este libro tan especial: «Gratitud» de Louise L. Hay, consejera metafísica, profesora y autora de varios libros, que ha ayudado a miles de personas a descubrir y usar toda la capacidad de sus poderes creativos para el crecimiento y la autocuración desde que empezó su labor como trasmisora de mensajes positivos en 1981. Una actitud de agradecimiento tiene el poder de expandir nuestra visión, convertir las dificultades en oportunidades, los problemas en soluciones, las perdidas en ganancias, y de descubrir todo aquello que no era visible para nosotros por nuestra actitud limitadora. La  gratitud produce más cosas por las que estar agradecido, como es el aumento de la abundancia. La falta de gratitud y las quejas producen poco de que regocijarse. Nos conviene agradecer incluso las lecciones que recibimos. No debemos huir de las lecciones de vida, pues son pequeños tesoros que se nos dan y cuando aprendemos de ellas, nuestra vida cambia para mejorar. He descubierto que cuanto más dispuesta estoy a agradecer las pequeñas cosas de mi vida, más cosas grandes surgen de fuentes inesperadas, y empiezo con mucha ilusión cada día.  Declara y afirma que te dispones a ser una persona más agradecida  y observa cómo te llegan regalos de la vida. También afirma tu buena disposición a dar. Cuanto mayor sea tu gratitud, más bienes vendrán a ti; cuanto más das, mas recibes. La gratitud puede transformarse en una respuesta automática a cualquier situación que nos beneficie, tiene poderes regeneradores. Agradecer lo que tengo es también una forma de liberarme de una sensación de perdida. Cuando soy consciente de todo el amor que recibo, puedo olvidar rápidamente mis problemas. La gratitud es una excelente manera de dejar de concentrarme en las situaciones negativas y fijar nuestra atención en lo que está bien. La gratitud
es una respuesta emocional llena de amor que surge en nuestro interior cuando nos encontramos ante el imponente diseño de la vida. Cada día nos ofrece un motivo de gratitud, y hemos de buscar esos momentos especiales y recordarlos. La buena salud, el trabajo que tenemos, la casa donde habitamos, la capacidad de ayudar a los demás y el apoyo de los buenos amigos son motivos para estar agradecidos. Nada en la vida debería darse por descontado. También debemos estar agradecidos por el valor que nos permite correr riesgos personales. Ya que creer en nosotros mismos es la fuerza más importante que poseemos todos. Para algunos expertos cuando un niño es agradecido, su comportamiento es considerado una señal de madurez emocional. Si comienzas a enseñarle a tu niño a ser agradecido desde la edad preescolar, dicha práctica le servirá para que el practique emociones positivas, ejercite desde temprana edad el optimismo y aprenda a fortalecer las relaciones positivas con otros. Dediquemos todos los momentos posibles de cada día a agradecer todo lo bueno que hay en nuestra vida. Si es poco lo que tienes ahora, aumentara. Si tu vida ya es abundante, esa abundancia también se incrementará. De este modo siempre se gana. Diariamente di a alguien lo agradecido que te sientes por algo. Da las gracias a las personas que trabajan en las tiendas, a los meseros, a tu jefe, a tus empleados, a tus amigos, a tus familiares y a perfectos desconocidos. Cuenta el secreto de la gratitud, propágalo. Contribuyamos a hacer de este mundo un lugar de agradecimiento, por todo lo que damos a los demás y por todo lo que recibimos de ellos.  Imagen tomada de: dranievesstewart.blogspot.com