Por: Javier Porto Lagonterie.
A raíz de la nueva legislatura, la Costa Atlántica tiene que reclamar su auténtico peso específico. Pues, el presidente Juan Manuel Santos Calderón fue reelegido con los resultados obtenidos en la segunda vuelta presidencial, gracias a la votación que obtuvo en los departamentos de la Región Caribe. Por lo tanto, debe tener una gran relevancia este esfuerzo de los ciudadanos, para que se apuntale el desarrollo del Caribe Colombiano en puntos neurálgicos, como la infraestructura, el agua, la vivienda, puertos, aeropuertos, el río Magdalena, la educación, la salud, el deporte y el turismo como base de la economía nacional e internacional.
La deuda que tiene el país con la costa es grande, sobre todo en lo referente al desarrollo social. Los costeños debemos mirar el horizonte de nuestra región, con la formación de nuestro recurso humano en la tecnológica y profesional y con la generación de las competencias necesarias para fortalecer el desarrollo económico y social de la región. Senadores como Armando Benedetti, Dayra Galvis, Efraín Cepeda, Roberto Gerlein y muchos más, tendrán que exigirle al presidente Santos el cumplimiento de las inversiones y la puesta en marcha de los recursos humanos del caribe en los puestos de decisión en la fría Bogotá.
No podemos seguir a medias tintas y que los titulares en la prensa nacional continúen siendo sobre la corrupción de las gentes del norte colombiano. El esfuerzo está en demostrarle, como lo hacíamos en antaño, que tenemos la capacidad de dirigir al país como lo hizo quien fue cuatro veces presidente Rafael Núñez. No todo se debe quedar en el triángulo Bogotà-Medellìn y Cali.
A raíz del campeonato mundial de Futbol, los colombianos a pleno pulmón entonábamos la letra del himno nacional de Núñez y una gran representación de la selección estuvo dada por gente del caribe colombiano donde está la casa de la selección ejemplo de tolerancia y sacrificio. Señor presidente, nosotros a partir del 7 de Agosto seremos los veedores en el cumplimiento de su palabra y sus promesas hechas a Cartagena, Barranquilla, Santa Martha, Valledupar, Rioacha, Sincelejo, Montería, sin dejar de lado a San Andrés. La crisis de la educación y de la salud debe ser desterrada para que las nuevas generaciones puedan tener un norte despejado. Nuestros hijos y sus descendencias requieren con urgencia la responsabilidad social de todos los sectores del país, sobre todo de los que tomarán las decisiones sobre el futuro de nuestra querida Costa Caribe Colombiana.
Por eso, como dijo Señor Presidente, nosotros escogimos la paz y no la guerra, y ello se demuestra con obras y hechos inequívocos de mejoramiento social y político.