Por: JAVIER PORTO-Mesa de fritos.
La costa Caribe tiene un rezago grande en la sostenibilidad, sobre todo en las principales capitales, como son Cartagena, Barranquilla, Sincelejo, Riohacha, Valledupar y Santa Marta. Solo sabemos diagnosticar y sentar cátedra sobre el desarrollo. Soportamos el desequilibrio con la prestación del servicio de energía eléctrica por la empresa Electrocosta-Electricaribe, cuya dueña es la empresa española Unión Fenosa. Porque se afectan a la industria, al agro, a la ciudad, a la salud y a la educación, ya que el servicio no responde a las normas y parámetros establecidos en calidad y servicio. De allí que se vean afectados estos sectores y toda la escala de la actividad humana, retrasando el desarrollo humano y sostenible de la región, con las consecuencias negativas de su impacto social.
En sus inicios, las dos electrificadoras prestaban un servicio aceptable en Atlántico y Bolívar. A raíz de la conversión de estas Empresas en entidades privadas con cero inversión y con gran aumento de la cartera en la energía social, se ha causado un detrimento en los servicios, los cuales ya no tienen amarre, sino que, por el contrario, han generado un gran descontento general, reflejado en los paros ciudadanos, y en las violencias que se han generado en la ciudadanía Caribe. Lo que no pudo integrar a la costa, como son las vías, la salud y la música, la unió el descontento con la prestación del servicio eléctrico. Tan es así, que la semana pasada todos los parlamentarios de la cámara se unieron para hacer un debate, como avizorando lo que se veía venir en cualquier momento. Se trata de un paro colectivo para que dicha empresa abandone las tierras caribes colombianas y para que deje de meterle mano al erario público colombiano. Pues este ha venido perdiendo su participación accionaria que inició en el 55%, y hoy va casi en el 12 o 15 %. Así como van las cosas, saldremos adeudando hasta la vida a estos nuevos piratas del desarrollo del siglo XXI.
Y qué decir del adefesio, construido, según ellos con la finalidad de mejorar el servicio, consistente en el desarrollo de la ciudad de Cartagena en la vía perimetral. Porque, además de ser un sistema obsoleto, que no responde realmente a las necesidades, se ha convertido en un dolor de cabeza. Pues, por su contaminación ambiental, gran parte de los residentes del sector, tienen problemas de salud, por la irresponsabilidad y la indolencia de electricaribe.
Y hasta la clase política, que ha usufructuado de los contratos en casi todos los departamentos costeños, se cansó, ¿Qué mas espera el ejecutivo nacional para ponerle freno a “tanto despelote”. Este cáncer hizo metástasis.
El ministerio de minas y energía y la superintendencia de servicios deben tomar cartas en el asunto lo más pronto posible. Ahora que estamos construyendo vías de cuarta generación con semejante rezago en el desarrollo de puertos, aeropuertos, industria básica y logística, se hace necesario retomar el norte hacia el progreso.