Mi mente me pertenece (parte 1)
Marta Sáenz Correa
Qué bueno que todos tuviéramos la oportunidad de leer el libro: «Las claves del pensamiento positivo» de los autores Napoleón Hill y Michael J. Ritt, Jr. quienes en forma amena enseñan a desechar viejas, negativas y desgastantes formas de ver el mundo, para remplazarlas por una vida irresistiblemente estimulante que surge junto con la actitud mental positiva (AMP). El cambio de actitud permite alcanzar beneficios como la eliminación de las actitudes negativas que han resultado de tu ineficaz reacción a experiencias pasadas, la dirección de los sentimientos y deseos más fuertes hacia las cosas que realmente queremos, y el desarrollo del control sobre tus emociones.
Hacer tuyos estos beneficios debe ser la meta de cada día, y el único recurso que se necesita es el compromiso de hacer que las cosas sucedan. La actitud mental positiva permite edificar sobre la esperanza y superar el desespero y el desánimo. Al desarrollarla, encontraras que tu estado mental es consistentemente integro, saludable, y productivo en tus reacciones hacia otras personas y en la elección de las acciones que te llevarán a todas las cosas valiosas que quieres en tu vida.
La actitud mental positiva es más que una perspectiva optimista de la vida, es un estado mental seguro, honesto, y constructivo que una persona crea y conserva por medio del uso de su fuerza de voluntad y basado en sus propias motivaciones. Es un proceso que consiste en la habilidad de proceder con las acciones y reacciones correctas, es una manera de pensar honesta y equilibradamente, y una filosofía de vida global.
La mayor parte del tiempo nos convertimos en lo que pensamos, por lo cual es necesario hacernos cargo de nuestra propia mente y mantenerla enfocada en las cosas que deseas y lejos de las que no deseas. Debes aprender a disciplinar tus pensamientos y visualizar las cosas que deseas, entrenar para comportarte y reaccionar con imágenes integras, honestas y saludables para cualquier situación, persona o circunstancia que encuentres y reaccionar positivamente a cada adversidad, fracaso, derrota, aflicción o circunstancia adversa que se presenta en nuestras vidas.
Elimina todos los pensamientos negativos por medio de la auto inspección, y para ello evita la compasión, la culpabilidad, el orgullo y el egoísmo. Los pensamientos negativos que aparecen en tu mente son el producto de un pasado ya sea porque te sientes mal contigo mismo, porque juzgas o culpas a otra persona, porque tu ego ha sido lastimado o desvalorado, o lo que es más difícil de reconocer, estas siendo egoísta consigo mismo, con alguien o con algo. Enfréntalos con un antídoto inmediato y contundente en la forma de un pensamiento positivo concreto acerca de ti mismo, o de la persona o circunstancia en cuestión.
Finalmente, vive la regla de oro, no hagas a los demás lo que no quisieras que hicieran contigo. Busca el bien en todos y en todas las circunstancias. Al tratar con tu familia, amigos y compañeros de trabajo, conviértete en un descubridor del bien. Ayuda, elogia, anima en lugar de criticar, culpar, o vengar. La actitud positiva o negativa hacia sí mismo y los demás es lo que puede hacer la diferencia para que alguien sea feliz, infeliz o desgraciado. La forma más segura de encontrar la felicidad para ti mismo es dedicar tus pensamientos, energías y actividades a hacer a otros felices a través de las pequeñas cosas cada día.