No a reelección de Alcaldes y Gobernadores

  Por: Horacio Serpa Con buen juicio el gobierno nacional propuso al Congreso Nacional la eliminación de la reelección presidencial de nuestro Estatuto Constitucional. También solicitó eliminar la reelección de los altos funcionarios de la administración pública. Estos temas se tramitan dentro del Acto Legislativo denominado de “Equilibrio de Poderes”, bastante controvertido. Cualquiera que sea la suerte de los diferentes asuntos que se tramitan conjuntamente, lo más seguro es que la no reelección presidencial sea aprobada con el apoyo de los distintos partidos, excepción hecha de Centro Democrático, por razones entendibles. Al mismo tiempo, el gobierno nacional propuso que todas las elecciones se realicen el mismo año, Presidente, Congreso, Gobernadores, Alcaldes, Diputados y Concejales. Ello se ha denominado “Unificación de Períodos” y entraña, según la iniciativa gubernamental, que los actuales Gobernadores y Alcaldes puedan reelegirse, extendiéndose su actual período por tres años. Actualmente no hay reelección inmediata para estos funcionarios. Me opuse a la reelección del Presidente Uribe con responsables argumentos constitucionales y políticos. El transcurrir del tiempo me dio la razón. Uno de mis planteamientos fue el de que el constituyente derivado, vale decir el Congreso, no podía cambiar abruptamente las definiciones asumidas por el pueblo, como la de reelegir a un Presidente de la República elegido por cuatro años, sin derecho a reelección. Lo mismo ocurre hoy. Los actuales Gobernadores y Alcaldes fueron elegidos popularmente para un período de cuatro años, sin reelección. No puede el Congreso Nacional, por sí y ante sí, modificar el sentido del pronunciamiento ciudadano para autorizar su reelección. Además, resulta francamente contradictorio prohibir la reelección para unos servidores públicos y autorizarla para otros. No es coherente, no tiene “ni pies ni cabeza”. La propuesta de reelección de gobernantes regionales y locales desquicia la transparencia electoral. Está sentado en la doctrina, en la jurisprudencia y en la práctica política, que lo electoral demanda equidad, seriedad, responsabilidad y reglas permanentes, que no pueden cambiarse de un momento a otro. El Acto Legislativo sobre reelección sería aprobado en el próximo mes de Junio, cuando las elecciones se harán cuatro meses después. En todos estos meses regirá la incertidumbre para los que aspiren a esas dignidades sin ser funcionarios, y en general para los electores. Si se aprueba la reelección de gobernantes regionales, ¿cuál va a ser el Estatuto de Garantías Electorales? ¿No será necesario? Claro que sí, pero ¿cuándo y cómo se va a aprobar? La propuesta es irregular, extemporánea, inconveniente, incoherente e inconstitucional. El gobierno por diferentes razones insiste en su trámite y ya recibió en la Cámara de Representantes dos aprobaciones, de las ocho necesarias. Los Gobernadores y los Alcaldes en un gesto que los enaltecería debieran asumir la decisión de pedir que se archive el proyecto.

PERVERSIDAD DE LA CORRUPCIÓN.

  Cada vez que se divulga un acto de corrupción, se produce, como es lógico, un escándalo y alarma social, pero desafortunadamente esta última solo resulta ser pasajera, cuando debiera ser permanente. Así ha ocurrido con los actos de corrupción divulgados por los medios relacionados con los sucesos del narcotráfico, la yidis política, la parapolítica, el paramilitarismo, las compañías políticas y recientemente por la participación de algunos generales y coroneles de la policía en el tráfico de drogas y el contrabando. Y aún sigue ocurriendo con las percepciones negativas sobre ciertos miembros de la clase política y algunas autoridades públicas. Pero la sociedad pasa por alto que la “corrupción” no es un acto aislado en la vida de los seres humanos, sino que son actos “intermitentes y repetitivos” en nuestra sociedad. Porque la corrupción es una de las manifestaciones de la “perversidad”, esto es, de la actitud que alimentan ciertas personas, por fortuna solo algunas, para distorsionar y corroer la esencia benéfica de los actos y convertirlos en actos dañinos o perjudiciales. De allí que en la corrupción, la perversidad se traduzca en la tendencia a hacer ocultamente deshonroso o incorrecto lo que debe aparecer como pulcro o correcto. Por lo que, al lado de la alarma social, también debe existir una alerta y combate social permanente contra lo que afecta la transparencia ética. Porque si bien es cierto que uno de los males de estas sociedades, si no el peor, es el de la corrupción, tanto pública como privada, también lo es que para su eliminación se hace indispensable adelantar una guerra inmediata y constante contra ella. Pués, ello obedece a que se trata de un vicio que corroe o corrompe todas las relaciones con las cuales se pone un contacto. Porque si bien, la mayor parte de la población suele obrar con honestidad, es decir, como todo ser humano que respeta y exalta a sus congéneres, también lo es que la honestidad se deteriora en aquellos que hacen de su rectitud una regla flexible de comportamiento, o en que hace de su coactividad, una fuerza débil para su cumplimiento, o hace de su ambición un propósito desorientado de su conducta, o hace de su consideración personal o conductual, el mero valor de una cosa o una valoración de uso, y, en general, en aquellos que, por iniciativa propia o por contagio, hacen de la venalidad, el aprovechamiento fácil o acelerado, el arribismo, el blanqueo patrimonial, y de la manipulación de la ética, un objeto de negociación y cualidad ocupacional. Pero dicha situación resulta más grave e inconcebible cuando la corrupción afecta a los altos dirigentes públicos, empresariales y sociales, ya que trasciende no solo a la dignidad de los cargos que ostentan, afectándolo, sino también a la credibilidad de estos, degradándole. Y precisamente, esto es lo que acontece con los actos de corrupción que se presentan en los altos dignatarios del Estado, que acceden a desempeñar sus cargos, contrariando las reglas de la ética. De allí que sea necesario retornar permanentemente a la valoración suprema e indiscutible de la incorruptibilidad, reconociéndola y dándole la máxima posición que merece, aún de manera provisional.  

Los fracasos son oportunidades para aprender

Por: Marta Sáenz Correa Leyendo un poco de todo me encontré en portafolio.co el artículo: » El arte de fracasar» cuyo contenido hace especial énfasis en la necesidad de fracasar para triunfar; saber perder es un arte que practica todo triunfador cuando asume los fracasos como aprendizaje. Errar es normal, equivocarse no es perder y hay que aprender de los mal llamados fracasos. El fracaso y la crisis son la manera que tiene la vida de enseñarnos a caminar por territorios que de otro modo nunca habríamos descubierto. Charles Dickens decía que el fracaso enseña al hombre algo que necesitaba aprender. Con frecuencia afirmamos que hemos tenido muchos fracasos, cuando en realidad lo que hemos cometido son errores. Gran diferencia el fracaso del error, pues el error es una fuente de aprendizaje y el fracaso se suele utilizar para una persona que ya tiro la toalla y que no puede aprender. ¿Quién no ha cometido errores en su vida, en lo laboral, en lo familiar, social, en lo personal? Aprender de los errores, superar la adversidad, madurar, es cuestión de actitud y carácter.  Debemos tener la humildad para reconocer nuestros errores, para saber en qué somos buenos o tenemos fortalezas y en que no. Cada adversidad nos obliga a superarnos, crecer ante las dificultades y hacernos más fuertes. En ocasiones nos paralizamos ante el fracaso, y no sabemos qué hacer; contábamos con un nuevo cargo, una relación, u oportunidad, y las cosas no resultaron, nos sentimos tristes y depresivos, y si nos dejamos llevar por estos sentimientos  sin darnos el tiempo para poner en perspectiva lo que ha sucedido, podemos vernos atrapados en autocriticas, quedando nuestra vida en pausa y estancada. La palabra fracaso conlleva mucha emoción negativa, ¿qué tal si miramos el fracaso de otra manera? El fracaso es uno de los pasos que se deben dar cuando vamos avanzando por el camino hasta el éxito. Cuando intentamos algo y no resulta, se nos presenta la oportunidad de aprender y fortalecernos para dar nuestro siguiente paso. No es el fin del mundo, no es malo, no refleja nada negativo de ti. Cuando no resulta algo y si aún seguimos vivos después de ello, lo que estamos más fuertes y sabios para enfrentarnos a lo próximo que viene. La vida se trata de ir avanzando paso a paso hacia nuestro sueño, y parte de ese camino es ir adquiriendo las herramientas que necesitas para lograrlo. ¿Qué tal que nunca fracasáramos? El propósito del fracaso es ayudarnos a crecer, aprender, y fortalecernos para convertirnos en la persona merecedora de nuestro sueño, es decir, el fracaso es parte integral del éxito. Para enfrentar esta situación con fuerza, valentía y aprovechar al máximo la oportunidad de alcanzar tu meta, te presentamos las siguientes recomendaciones: acepta la responsabilidad por cosas que suceden en tu vida, es que en tus manos está la posibilidad de modificarlas para una siguiente vez. No te culpes, recuerda que todo es un camino de crecimiento, un fracaso no dice nada malo de ti, es solo un paso más dentro de varios que vas a tomar para conseguir tu meta; estas desarrollando tu potencial  y cada paso te hace más fuerte para alcanzarlo. Intentar conseguir la misma meta de forma distinta, pero con una nueva estrategia, decide lo que quieres hacer y comienza a pensar en un plan para conseguirlo con la confianza de que estas generando una nueva oportunidad para ti. Para finalizar no sientas vergüenza de pedir ayuda, a veces olvidamos que tenemos personas a nuestro alrededor que estarían dispuestas a ayudarnos  

Medidas penales de aseguramiento: I. Privación de libertad o restricción de derechos

Por: Dra. Ana Ma. Jiménez.   Como quiera que los medios de comunicación suelen limitarse a informar los sucesos de la vida cotidiana, que, a veces, generan inquietudes en la ciudadanía, como los de asombrarse sobre la no privación de la libertad de quien ha cometido o incurrido en un accidente, tal como sucedió en el mes de diciembre pasado con el accidente del copiloto Manzanera; se hace indispensable hacer una pedagogía social sobre la política criminal internacional (Convención Americana de los Derechos Humanos), y la nacional en la Carta Política (Art.250) y la Legislación Nacional (Arts.306 y ss. Código de Procedimiento Penal), relacionados con las medidas de aseguramiento (I), a la seguridad ciudadana (II) y a la privación de la libertad (III). Ahora, sobre las primeras es preciso señalar que dentro de las medidas de aseguramiento, se distinguen entre las privativas de la libertad y las que restringen otros derechos y libertades, siendo posible que el juez imponga una o varias de esas medidas, conjunta o indistintamente. Las medidas de aseguramiento privativas de la libertad son: (i) la detención preventiva en establecimiento de reclusión y (ii) la detención preventiva en la residencia señalada por el imputado, siempre que esa ubicación no obstaculice el juzgamiento. Las medidas de aseguramiento que restringen otros derechos y libertades imponen la obligación de someterse a (i) un mecanismo de vigilancia electrónica; (ii) la vigilancia de una persona o institución determinada; (iii) presentarse periódicamente o cuando sea requerido ante el juez o ante la autoridad que él designe; (iv) observar buena conducta individual, familiar y social, con especificación de la misma y su relación con el hecho. Igualmente, comprende prohibiciones como: (v) salir del país, del lugar de residencia o del ámbito territorial que fije el juez; (vi) concurrir a determinadas reuniones o lugares; (vii) comunicarse con determinadas personas o con las víctimas, siempre que no se afecte el derecho a la defensa; y/o (viii) salir del lugar de habitación entre las 6:00 p.m. y las 6:00 a.m.. A su vez, el juez también puede ordenar que el indiciado o acusado (ix) preste una caución real adecuada, por sí o por otra persona, mediante depósito de dinero, valores, constitución de prenda o hipoteca, entrega de bienes o la fianza de una o más personas idóneas, salvo que se trate de una persona de notoria insolvencia.   Sin embargo, el Juez de control de garantías, decretará la medida de aseguramiento siempre y cuando se pueda inferir razonablemente que el imputado puede ser autor o partícipe de la conducta delictiva y se cumpla alguno de los siguientes requisitos:   “1. Que la medida de aseguramiento se muestre como necesaria para evitar que el imputado obstruya el debido ejercicio de la justicia. Que el imputado constituye un peligro para la seguridad de la sociedad o de la víctima. Que resulte probable que el imputado no comparecerá al proceso o que no cumplirá la sentencia”.   Los artículos 309 al 312 señalan las circunstancias que deben ser tenidas en cuenta ….   Por ello, el artículo 314 señala las causales para la sustitución de la detención preventiva en establecimiento carcelario por detención domiciliara y el parágrafo del citado artículo indicó algunas conductas que por la afectación de la tranquilidad y la percepción de seguridad de la comunidad debían ser excluidas del beneficio de sustitución. En tanto que el artículo 315, menciona las condiciones para la imposición de medidas de aseguramiento no privativas de la libertad, entre otras cuando se trate de delitos querellables, aquellos cuya pena principal no sea privativa de la libertad, o aquellos cuyo el mínimo de la pena señalada en la ley sea inferior a cuatro (4) años.   Ahora, la opinión pública podrá explicarse el por qué en muchos casos no existe detención preventiva o esta no es un establecimiento carcelario. 2da Parte: MEDIDAS PENALES DE ASEGURAMIENTO: II.- El uso de la detención preventiva como medio para alcanzar la seguridad ciudadana.

Recordando a Carlos Pizarro

Por: Edmundo López Gómez Con ocasión de la exhumación del cadáver de Carlos Pizarro León Gómez, para precisar aspectos sobre la causa de su muerte, no suficientemente aclaradas, vale la pena recordar al líder que se lanzó a la guerra, arropado por sinceros ideales de reivindicación social del pueblo colombiano, en busca de un cambio de las estructuras que habían propiciado la desigualdad entre sus compatriotas, desde tiempos seculares. Para Pizarro no era suficiente cuestionar ese estado de cosas desde el ámbito universitario, de donde finamente salió expulsado, sino a cielo abierto; y se fue a la guerra con su carga de ideales en procura de luchar por un país mejor, acompañado de un equipo humano como el , de sincera inspiración revolucionaria. Por su perfil de hombre honrado, no mezcló jamás su proyecto revolucionario con el sentimiento torticero del enriquecimiento, el cual ciertamente llevó, por la vía del narcotráfico, como le dije a alguna vez, a corromper la revolución en Colombia. En verdad, tuve especial admiración por Carlos Pizarro León Gómez, quien como el padre Camilo Torres – idealista puro también – merecieron permanecer por mayor tiempo en esta vida. (Al cura Camilo lo conocí   en la primera Junta Directiva del INCORA, donde yo fungía como vocero de la Cámara de Representantes) Lástima, lástima grande que estos dos personajes hubieran desaparecido tan prontamente, en cuanto habrían contribuido   a la recomposición de este país , la cual  quiso abrirse camino en la Constituyente de 1991, pero a cuyo gran propósito , el poder dominante de las élites económicas le hn venido atravesando palos en la rueda todos los días, con sus privilegios a cuestas y con el asalto al poder mediático que lograron , en actitud falaz que no ha permitido acelerar los procesos de cambio. De Carlos Pizarro , recibí con fecha 26 de agosto de 1988, una de sus generosas cartas, en la cual me pedía que regresara a la Comisión de Convivencia Democrática de Usaquén, de la cual me había retirado , y en cuyo texto expresaba su acuerdo en mis planteamientos, que desde esa época, he venido haciendo “ sobre la necesidad de aplicar los tratados internacionales para reglamentar y humanizar la guerra” y por haber “ interpretado humanísticamente el artículo 121 de la Constitución “ , y criticado “la conducta ahistórica que había asumido mi Partido” , según lo dijera en carta que dirigí ,  en ese entonces , a monseñor Castillón, coordinador de la Comisión de Convivencia Democrática. Haber expresado el líder del M19 , su   identificación con mis tesis, con la autoridad de quien precisamente había tenido claras vivencias de los horrores que se derivan de la guerra deshumanizada, me ha servido de aliento para seguir luchando , con el fin de que en nuestro conflicto interno se coloque, como premisa imperativa, el acatamiento a las reglas del DIH. Que respondan ante la historia quienes, en cambio, prefirieron negociar la paz dentro de la guerra sucia pactada en La Habana.  

Animo, alegría y entusiasmo!

Por: Marta Sáenz Correa Les cuento que me ha quedado gustando el estilo y la forma como aborda los temas el médico colombiano Santiago Rojas, autor de libros como alíviate el corazón roto, desestrésate, desintoxícate, esencias de flores para cada momento, la estrategia del ave fénix y anímate. Este último me llamo la atención, porque en todos los momentos de nuestras vidas necesitamos estar de ánimo positivo para sobrellevar los obstáculos y las dificultades y lograr los mejores resultados posibles. El autor entiende el ánimo como el valor, la energía, el impulso y la fortaleza necesarios para afrontar las condiciones que se nos presentan en determinado momento, sea para iniciar, continuar, o concluir una acción determinada y define la palabra ánimo como soplo. El ánimo entendido como aliento vital o soplo inicial de vida que nos da el impulso necesario para iniciar cualquier actividad por difícil que parezca. La carencia de ese ánimo aumenta la percepción de dificultad para empezar, continuar, persistir e incluso terminar cualquier tarea en la vida, aunque parezca sencilla. Expone Rojas en su escrito que debemos buscar caminos y procesos de vida que nos lleven a encontrar un ánimo favorable, junto a una estrategia que consiste en aprender a soltar, simple y llanamente, como ha de hacerse con el aire que tenemos en el interior, para poder volver a respirar un nuevo aire restaurador. Soltar para librarse de relaciones que atormentan la vida y permitan reiniciar un vínculo saludable. Soltar el peso de la rabia que ata, de los miedos que paralizan, de las preocupaciones que agotan y de las ansiedades que incapacitan para recuperar la liviandad que tiene en si la vida y el aliento vital que da el ánimo para volver a empezar. La sociedad moderna se ha erigido sobre la premisa de tener, de acumular, de y de que nada puede apaciguar la sed insaciable de atesorar, condición que en alguna medida existe en casi todos los seres humanos por lo cual soltar se convierte en la estrategia principal para recuperar y mantener el buen ánimo. Su propuesta va dirigida a soltar, dejar esa lucha por la necesidad de poseer sin fin, de controlar a todos y a todo, y de sentirse indispensable para recuperar el buen ánimo más fácilmente. La otra estrategia tiene que ver con tomar conciencia de nosotros mismos, de lo que nos ocurre en la vida, para saber dónde estamos y hacia dónde vamos en nuestro proyecto personal. Platón enseñó que el hombre tenía tres facultades fundamentales, siendo la razón la dominante y la que esclarecía todo, además de los sentidos, que eran los que obedecían. La otra, el ánimo, al que también llamaba coraje, que era el que actúa y con él se logran acciones y resultados, y es gracias a él que podemos desarrollar lo que queremos y alcanzar nuestras metas. Este ánimo viene de lo vivido, junto a lo que ocurre en el momento y a las expectativas de lo que ocurrirá. Por eso el tiempo es un factor esencial en el manejo del ánimo. El ánimo tiene su origen en creer que uno mismo tiene el poder para alcanzar lo que quiere. No importa lo complejo que parezca, sino el poder o fortaleza para intentarlo. Con buen ánimo se está más vital, se tiene mayor actividad física y/o mental, se tiene más disposición a interactuar con otros y se toleran y enfrentan las circunstancias adversas de una mejor manera