Uribe quiere guerra; los demócratas paz
Por: Horacio Serpa Uribe El uribismo con su jefe a la cabeza se aprovecha de la muerte y del dolor para hacer política electoral. Hay rabia con las farc y fastidio con los oportunistas. Colombia siente la muerte de sus soldados, las heridas, la destrucción, la deslealtad y la mentira. Con dolor y rabia enterró a los muchachos que ofrendaron la vida para que su familia, sus amigos, sus compatriotas puedan vivir sin la violencia que les arrebató la vida. Si estuvieran con nosotros no querrían que las lágrimas opacaran la inteligencia de los colombianos. Un expresidente guerrerista. Uribe incendia el corazón de sus compatriotas. Les remueve los resentimientos, les recuerda sus desgracias, les instiga al desquite y a la revancha con la consigna del “ojo por ojo”. Sus conmilitones aúpan a los desprevenidos a que se sumen a los batallones fratricidas de la inconformidad para que crezca el descontento y presionen al gobierno y a las fuerzas institucionales de defensa en busca de que se destruya la posibilidad de paz en La Habana. No son propiamente los más patriotas. Tampoco son los que van a la guerra, ni ellos ni sus hijos. Hacen política con los muertos de otros, con el dolor de los demás. Engañan, calumnian, gritan y lloran como si lo que llevaran adentro fuera diferente a sus intereses bastardos, politiqueros, de venganza. Democracia para que se respeten las ideas. Los demócratas son otra cosa. Se duelen sinceramente y lloran con rabia las desgracias de la violencia y la vergüenza de no poder acabar las calamidades y la perversidad. Aman la vida, la libertad, la equidad, quieren “al prójimo como a sí mismos”. Por eso no desean más soldados ni policías asaltados, ni más guerrilleros enterrados anónimamente en la selva. Claman por la paz y porque todas y todos tengan la oportunidad de luchar por sus ideales políticos y sociales en un ambiente de respeto, igualdad, transparencia y libertad. Los demócratas apoyan los diálogos de La Habana porque en ellos ven la oportunidad de la concordia y de las reivindicaciones. Saben los demócratas que la violencia destruye la libertad. Los demócratas lloran todos los muertos y rechazan el uso de los fusiles desde la ilegalidad. Si en nombre de la institucionalidad se usan para perseguir a los inocentes y para reprimir a la población, también los rechazan. Los demócratas propugnan por la convivencia con equidad, por la fraternidad y la solidaridad. Los demócratas respetan la crítica, la oposición, las ideas de los demás, la controversia responsable y pacífica. Para los demócratas la solución de los conflictos debe lograrse con el uso de la razón, no de la fuerza. Los demócratas saben que la violencia produce más violencia y que la cultura, la verdad y el bienestar no tienen cabida en la guerra. Los demócratas exigen del uribismo más respeto por la patria que tanto mencionan pero a la que nunca podrán brindar satisfacciones porque la guerra que defienden solo ofrece destrucción y sangre.
Dignidad Científica al final de la vida. Oposición razonable??
A raíz del decreto del Gobierno Nacional que reguló el “derecho a morir dignamente” no solo se han expuesto comentarios a favor y en contra de tal regulación, sino que también se han dejado de lado asuntos de fondo que d pueden ser útiles para establecer su razonabilidad o no, que deben darse a conocer a la opinión pública para que haga un mejor juzgamiento del acierto o desacierto de la oposición. El primer aspecto consiste en la manipulación del tema que encierra. Puesto que los opositores presentan el asunto como si fuera una exaltación a la muerte, cuando en verdad, lo que se exalta es el instante final de la vida, cuando se afirma que la dignidad de la vida debe comprender hasta su momento final. De allí que aquellos, en el fondo, niegan la dignidad final de la vida y la de su estadio precedente. El segundo aspecto radica en la distorsión que se ha hecho del alcance del tema. Puesto que se ha presentado como una autorización de la eutanasia, es decir, como una autorización para quitar la vida de alguien, cuando, en verdad, en este caso, lo que se autoriza es la extremación de los cuidados paliativos que eviten o supriman los sufrimientos de una enfermedad terminal y que, si fuere el caso, le permitan al paciente vivir sus últimos días sin sufrimientos hasta su muerte. Luego, hay una oposición al alivio de la enfermedad terminal? El tercer aspecto consiste en el ocultamiento del verdadero escenario de discusión del debate. Pues el escenario acertado es el de la preponderancia que, en este punto, hay que darle o no a la ciencia sobre la religión?. En efecto, es indiscutible el gran desarrollo y aporte que hoy da la ciencia no solo a la conservación y prolongación de la vida natural, sino también al diagnostico de la posibilidad de su finalización y, más aún, a la de su tratamiento sin sufrimiento y con dignidad. En cambio, no puede decirse que la experiencia de vida, las creencias y las religiones, constituyan el instrumento idóneo para regular eficientemente la vida material. De allí que será desacertada la prevalencia de la ciencia?. Y finalmente, debe destacarse la aparente función contradictoria de los comentarios. Puesto que las oposiciones a la mencionada reglamentación también aparentan una defensa al orden jurídico, cuando expresan que debe ser un asunto de debate del congreso, como lo dijera inicialmente la Corte Constitucional (Sent- C-239 del 1997); cuando, en realidad, la religión, en la defensa legítima de sus intereses religiosos, lo que se sugiere, al parecer inconscientemente, es la subversión del mismo orden jurídico que trata de defender. De una parte, porque dicha postura conlleva realmente una invitación o llamado al desacato judicial, esto es, a que el Gobierno no acate la última sentencia de la Corte Constitucional que lo obliga a hacer tal expedición (Sent. T.870 de 2014). Y, de la otra, porque esa misma postura ha derivado en una demanda ante el Consejo de Estado, para que, este no solo contraríe a la Corte Constitucional, sino que, desatienda la calidad de Estado laico del Estado colombiano y de sus poderes. Con ello parece perseguirse: De un lado, que esa corporación vulnere el derecho de la población colombiana, a guiarse en esta materia, por una confesión cualquiera o sin ella, o por la ciencia. Y de otra, que esa misma Alta Corte cercene el alcance de la concepción de servicio público de salud, con destino a cualquier clase de público que lo solicite, y que lo limite a una concepción institucional privada (no pública) que solo corresponda a unos principios religiosos. Seria trasladar el dogmatismo de ciertas religiones a las instituciones de servicio público, que por esencia todo servicio público es antidogmático, aun cuando todas las personas naturales tengan el derecho a profesar en conciencia una confesión religiosa. Es decir, solo estas personas naturales pueden ser fieles, sean médicos o pacientes. Y, por lo tanto, solo a ellos les está reservado el derecho a la objeción de conciencia. En cambio, las instituciones (clínicas, hospitales, etc.) que prestan un servicio público de salud, carecen de ese derecho confesional, y del derecho a la objeción de conciencia. Por consiguiente, será razonable o no la oposición a la dignidad científica del final de la vida?
Carlos Gaviria Díaz: Los ideales Libertarios (I): Pensamiento y Libertad
Por Luis Alfonso Fajardo Sánchez En La vida y obra de Carlos Gaviria Díaz se pueden evidenciar los ideales libertarios. Carlos Gaviria nació el 8 de mayo de 1937 en Sopetrán, Antioquia, y murió el 31 de marzo de 2015 en Bogotá. Abogado de la Universidad de Antioquia con maestría en Derecho de la Universidad de Harvard. Fue Juez Promiscuo Municipal de Rionegro. Pero luego se vinculó a su alma mater como profesor. Fue decano de esa facultad entre 1967 y 1969. En 1980 fue vicepresidente del Comité Regional por la defensa de los Derechos Humanos en Antioquia. El ideario libertario de Carlos Gaviria se puede seguir en todos los momentos de su vida. Primer ideal: Pensamiento y acción: La defensa de Carlos Gaviria Díaz por los derechos humanos no fue un tema teórico o eminentemente jurídico sino especialmente operativo, su luchas por los derechos humanos de los sectores en condiciones de vulnerabilidad en Antioquia las realizaba en las comunas más pobres de Medellín, luego tuvo que exiliarse en Argentina tras el asesinato de Héctor Abad Gómez, el médico salubrista que dirigía el Comité. El nombre de Carlos Gaviria estaba en la lista de las personas que debían ser asesinadas después del médico Abad Gómez, lo relata Héctor Abad Faciolince en su obra “El Olvido que seremos”. Gaviria no solo fue un buen teórico, fue igualmente un hombre de acción. Carlos Gaviria se decía un liberal en el sentido filosófico de la palabra, heredero de las ideas de la revolución francesa y defensor de la triada LIBERTAD, IGUALDAD Y FRETERNIDAD, por esa razón en muchos de sus fallos defendió el derecho a un tipo de solidaridad y filantropía que puede producir vértigo incluso a los libertarios más radicales, miremos algunos de sus idearios en las sentencias de la cuales fue su Magistrado ponente: Segundo ideal: Un profundo amor por la Libertad. Entre 1993 y 2001, Carlos Gaviria, fue Magistrado de la Corte Constitucional, llegando a ser presidente de ésta en 1996, sería motivo de un tratado analizar las múltiples sentencias donde Carlos Gaviria expresa su profundo amor por la libertad personal, de conciencia, de cultos, de pensamiento de opción sexual y política. Para mencionar solo una de sus sentencias sobre este tema en la sentencia C – 221 de 1994 donde señala:« Que las personas sean libres y autónomas para elegir su forma de vida mientras ésta no interfiera con la autonomía de las otras, es parte vital del interés común en una sociedad personalista, como la que ha pretendido configurar la Carta Política que hoy nos rige. Si el derecho al libre desarrollo de la personalidad tiene algún sentido dentro de nuestro sistema, es preciso concluir que, por las razones anotadas, las normas que hacen del consumo de droga un delito, son claramente inconstitucionales”. Esta sentencia plantea que las personas son libres, sin afectar a los demás, no solo de decidir consumir algún tipo de droga psicoactiva sino además, la persona que la consume está en la libertad de no realizar ningún tratamiento para su rehabilitación. Se podría decir, ¿que el hombre tiene un derecho a la autodestrucción? CONTINUARA:…..II.- IGUALDAD, SOLIDARIDAD Y DEMOCRACIA.
La Corte Constitucional y su compromiso con el país: LA UNIVERSIDAD LIBRE Y LA INSTITUCIONALIDAD (DECLARACION I)
Nicolás Enrique Zuleta Hincapié Rector Nacional El comportamiento social de los seres humanos debe estar orientado por la recta razón y su voluntad inquebrantable de actuar pensando en el bien común. En las primeras etapas de la formación del pensamiento filosófico, la ética Aristotélica, ya había ocupado la construcción de un sistema de valores en el bien común como principio organizador de las relaciones entre los sujetos, y la búsqueda del equilibrio, el justo medio entre el exceso y el defecto para alcanzar la virtud en las acciones como fruto de la elección libre y autónoma a la que se obliga el sujeto. Siglos más tarde, en la ética Kantiana, esos postulados se representan en la ética de la buena voluntad a la que el sujeto se obliga como principio y sustento de sus acciones. La voluntad del sujeto es un deber, un imperativo que lo obliga en pleno ejercicio de su liberalidad. Su responsabilidad surge de manera autónoma con base en su voluntad racional. En este orden de ideas, la Universidad Libre, desde su alba, viene cimentando en su comunidad académica principios democráticos que redundan en la ética profesional como aporte al país. Teniendo en cuenta esos presupuestos, con ocasión de las recientes denuncias sobre el presunto comportamiento indebido de un magistrado de la Corte Constitucional, que no solo mina la confianza ciudadana, su legitimidad y prestigio, sino el aparato judicial en su conjunto, la Universidad Libre expresa a la opinión pública que: La Corte Constitucional, desde su institucionalidad, ha sido la garante del Estado social de derecho, protectora de los derechos fundamentales y de los sectores más vulnerables. La Universidad Libre, conforme a sus principios fundacionales y misionales, condena todas las formas de corrupción en la administración de justicia, las acciones u omisiones que propicien o faciliten la deshonestidad y aquellas que agravien la credibilidad e independencia de los jueces. En situaciones de grave dificultad como las que hoy vive el país, hay que preservar la institucionalidad y actuar con sabia serenidad para que los procedimientos de reforma constitucional o legal no sean meras fórmulas para superar una crisis, sino un desafío conducente a fortalecer a la corporación de justicia que desde su creación ha gozado del mayor respeto y credibilidad entre los ciudadanos. El prestigio y reconocimiento de la Corte Constitucional se ha logrado con el trabajo honrado, juicioso, abnegado de magistrados, funcionarios judiciales y administrativos, que han hecho tangible el Estado Social de Derecho, reales los derechos fundamentales y exaltado en su dignidad a los sectores vulnerables. CONTINUARA:….LA UNIVERSIDAD LIBRE Y LA DEFENSA DE LOS VALORES……