Por: Luis Alfonso Fajardo S.
Históricamente las mujeres han desafiado diferentes situaciones, donde se limitan sus condiciones y derechos de manera particular, de acuerdo a cada época y contexto cultural y social, con castigos que se reflejan como ejemplo para algunas y advertencia para todas (Giberti 2010).
Algunos historiadores, sociólogos y grupos feministas han resaltado la Quema de brujas, la cacería de brujas o la Brujo-Manía, termino dado a esta particular época en Europa por Diana Russell, como el momento en la historia donde más se alentó el desprecio y temor hacia la mujer, época marcada por el fuerte impulso de la misoginia. Lo que resulta tan impactante de este periodo y la razón por la cual es un área tan importante para el análisis y comprensión feminista (Russell y Radford 2006).
La violencia contra la mujer, ha sido una constante de dimensiones monstruosas en tiempos de guerra y de rasgos encubiertos en tiempos de paz. De lo primero hay pruebas desde los registros de maltrato y violaciones sexuales realizados en la I y II Guerra Mundial, hasta las limpiezas étnicas (“cleansing”) bosnio-croata del presente.
El nacimiento del término como constructo teórico es el resultado de un extenso y valioso trabajo de la academia feminista, en confluencia con los procesos de denuncia y visibilización del fenómeno, que vienen sosteniendo el movimiento feminista, los familiares de víctimas y activistas de derechos humanos. En la década de los noventa, feministas anglosajonas introdujeron el concepto. Aunque femicide, argumenta Diana Russell, ha estado en uso desde hace más de dos siglos y apareció por primera vez en la literatura, en “A Satirical View of London” (Corry 1801) para denominar “el asesinato de una mujer”.
Diana Russell utiliza el escenario del Primer Tribunal Internacional de Crímenes contra la Mujer que se celebró en Bruselas en 1976 para darle un sentido concreto y práctico a este problema social, identificándolo por primera vez como femicide en su traducción al español femicidio, homicidio de una mujer. Éste término empezó a adaptarse en la sociedad para identificar situaciones donde la víctima era la mujer por el solo hecho de ser mujer (Russell y Van de Ven [1976]).
De nuevo en 1990, Diana Russell en colaboración de Jane Caputi, dieron a conocer el desarrollo y significado de este nuevo término en la publicación de su artículo denominado Speaking the Unspeakable, donde indicaron que el femicidio es “El asesinato de mujeres realizado por hombres motivado por odio, desprecio, placer o un sentido de propiedad de las mujeres” (Caputi y Russell 1990), posteriormente, junto con Jill Radford lo describió como “el asesinato misógino de mujeres realizado por hombres” (Radford y Russell 1992).
….CONTINUARÁ: III.- CASO BERENICE MARTINEZ