Reconocimiento patriótico

La euforia que en el pasado tuvo la selección Colombia, y que ahora se revive, con la actuación de nuestros deportistas en el Canadá y en el Continente Europeo, ciertamente demuestra la unión positiva, de los colombianos. Porque indudablemente representa un sentimiento de satisfacción, de pertenencia e identidad por el desempeño que han tenido y tienen nuestros deportistas, lo cual también compartimos.   Pero ello obedece, en el fondo, al reconocimiento de ciertos valores humanos de sus miembros, donde se destaca no solo el comportamiento de sus directores, relativo a su compromiso, trabajo y discreción, poco usual en nuestros dirigentes; sino también al logro de los deportistas, por el esfuerzo, tenacidad, honestidad, disciplina y fervor nacional, desde luego, con repercusión de beneficio nacional, que, ojalá, sirva de paradigma a nuestros conciudadanos en la lucha por nuestro progreso pacífico en lo personal, familiar y nacional.   Pero que, ante todo, sirva de parámetro a la “clase dirigente” y a “los altos dignatarios del Estado”, para velar decididamente por los intereses de la Nación, que agradece lo bueno, y que, por lo menos, sueñen con alcanzar una aceptación similar al reconocimiento que espontáneamente hace la Nación, con el usual multitudinario recibimiento de sus deportistas. Sin embargo, esta alegría que manifiesta el pueblo colombiano, como simple espectador de la gesta deportiva, sería mucho más positiva si se torna o se convierte en promoción y desarrollo del ideal colombiano de contribuir, como actores, en la transformación de las instituciones colombianas, para que con independencia de intereses particulares y gremiales, aquellas sean confiables, seguras, de servicio, honestidad y progreso para todos los colombianos. De esta manera, también haremos patria.

Usando el Destornillador como Martillo. Redes sociales y candidaturas políticas

  Camilo Martínez Quintana. Director General de GDOSB, empresa dedicada al manejo de datos públicos, litigio estratégico y asesorías en marco lógico. (www.gdosb.com).   El mundo virtual de hoy podemos imaginarlo como una gran caja de herramientas donde podemos, con el correcto uso de la red, construir muchas cosas que van desde software o aplicaciones que solucionen problemas de nuestra cotidianidad, hasta cuestiones intangibles como la construcción de tejido social y de la información. Deteniéndonos en esto último, debemos recalcar el uso de las redes sociales como un herramienta multifuncional que permite, por un lado, acércanos a personas con las que de otra manera nunca hubiéramos podido tener interacción debido a diversos factores como los geográficos, ideológicos, etc.; y por el otro, la importancia de interacción con estas personas que hacen parte de un entorno que, gracias a esta caja de herramientas, es cada vez mayor. Y es a partir de esto que el flujo de interacción se hace cada vez más dinámico con fenómenos como el traspaso de información y de acceso a la misma, lo cual ha generado nuevas narrativas de conocimiento, teniendo diversas ópticas de las mismas, opiniones, acceso a datos y la posibilidad de contacto directo con los protagonistas de los hechos relevantes para la sociedad.   Así las cosas, hoy en día no es difícil hacer control a los grandes medios de comunicación y confrontarlos con muchas hipótesis y descubrir si los mismos tienen una agenda ideológica fijada o no. Pero, ¿qué pasa en el terreno exclusivamente político en cuanto el manejo de redes se refiere? La pregunta no carece de importancia en cuanto que, por primera vez, tenemos a nuestro alcance una forma novedosa de hacer política, que ha generado una transición del político caudillista de plaza hacia un político que surge y dialoga con su comunidad como un ciudadano más, lo cual ha sido uno de los mayores y más exitosos giros de la comunicación política contemporánea[1]. Si antes para acercarse a un político o sus asesores tocaba tener cierto canal privilegiado ahora la gran mayoría se pueden conseguir a un solo clic de distancia. Teniendo en cuenta todo esto debemos mirar el comportamiento de lo que sucede en nuestra política local, y más cuando estamos próximos a votar para las elecciones de alcaldes y gobernadores en Colombia. Así las cosas, miremos qué pasa en Bogotá y algunos de sus candidatos para la alcaldía, teniendo en cuenta la importancia capital de este cargo. ¿Son las redes sociales de los candidatos una fuente de interacción real con la ciudadanía? Miremos las cuentas de Facebook y Twitter[2] de algunos de los candidatos –por motivos de espacio solo nos detendremos en los 3 candidatos más populares- y examinemos si las mismas cumplen con ser una herramienta que permita un diálogo permanente con la ciudadanía. Si nos detenemos en los 3 candidatos con mayor popularidad en el momento: Rafael Pardo[3], Clara López[4] y Enrique Peñalosa[5], notamos que sus cuentas oficiales sirven como una plataforma para ilustrar sus ideas o hacer una especie de diario de campaña donde dan respuestas personales a problemas coyunturales –ejemplo, los atentados a las oficinas de Porvenir- o fotos de sus correrías políticas, a veces mezclados con hastags como #BogotaOrganizada o #RecuperemosBogota, que de todas maneras no logran meterse en los denominados trending topics con una relevancia significativa[6]. Mientras que la interacción con la ciudadanía es casi nula, salvo en algunos casos donde responden a algunos comentarios de forma escueta o replican aquellos trinos de ciudadanos que los apoyan, pero no responden preguntas reales ni concretas de las personas.   Entonces: ¿Dónde quedan los ciudadanos? Al examinar las cuentas en comento vemos que los mismos tampoco acuden en masa hacia los candidatos y sus perfiles en redes sociales. Por supuesto, existen algunos usuarios de redes quienes se acercan con preguntas específicas o tal vez pidiendo alguna copia del plan de gobierno que se tiene para la ciudad, pero estos son una enorme minoría dentro de todo el mundo de las redes sociales. Siendo lo más probable que entonces se encuentre a los votantes y poseedores de redes sociales virtuales hablando más sobre una noticia sobre los candidatos, o su opinión personal sobre los mismos, que sobre el plan de gobierno o las ideas de estos; fenómeno este que ha sido advertido por quienes han estudiado el tema de redes, y es que el usuario mismo de la Internet tiene sus propios filtros mentales que lo hacen crear ya sea empatía o desagrado a los contenidos de la red, sesgándose a sí mismo de toda la gran información que allí se maneja[7].   Así las cosas, podemos hablar de un círculo vicioso donde el candidato es fuerte en dar información pero débil en cuanto a la interacción y en crear verdaderas redes sociales para comunicarse con la comunidad, y por el otro lado un usuario que prefiere acudir a otros medios[8] dentro de la red e interactuar y buscar su información de otra manera. Por lo tanto, esta enorme caja de herramientas se desaprovecha, como cuando usamos un destornillador como martillo, que si bien puede llegar a funcionarnos de manera torpe no cumple el propósito por el cual se creó y que, como hemos visto, ha funcionado muy bien en otras latitudes. Aparte, esto perpetúa el entendimiento de la relación política de una forma vertical y no horizontal, y donde los medios de comunicación masivos siguen siendo los más influyentes y por lo tanto son los que, la mayoría de veces, fijan la agenda local. [1] Por supuesto, acá la referencia al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, es inevitable. Ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Barack_Obama_on_social_media. Consultado el día 21 de julio de 2015. [2] Se toman estas dos redes por su enorme influencia y crecimiento en Colombia. Para más información ver el informe de Daniela Abad sobre el tema, en: https://www.latamclick.com/estadisticas-de-facebook-y-twitter-en-colombia-2015/. Consultado el día 21 de julio de 2015. [3] https://www.facebook.com/RafaelPardoRueda y https://twitter.com/rafaelpardo [4] https://www.facebook.com/ClaraLopezColombia y https://twitter.com/ClaraLopezObre [5] https://www.facebook.com/enriquepenalosaoficial y https://twitter.com/EnriquePenalosa [6] En un estudio reciente

Prestar atención: El mejor regalo  

  Por: Marta Sáenz Correa   Cada día se hace mas difícil que las personas que nos rodean nos escuchen con atención; los celulares y las redes sociales nos distancian y aíslan de los demás, y la voz que mas les gusta oír a las personas es la suya. Muchos darían lo que sea para hallar a alguien que los escuche. Por ello, no debemos olvidar que el mejor regalo que podemos hacer a cualquier persona es escucharla. Escuchar es mucho mas que permitir que la otra persona hable mientras se espera una respuesta. Escuchar es centrar la atención en los demás y darles la bienvenida en nuestro ser, es una hospitalidad espiritual por la que invitamos a extraños a convertirse en amigos.   Cuando hablamos de escuchar a otros, nos referimos a prestar atención a sus preocupaciones, lamentos, alegrías, tristezas, esperanzas, sueños, perdidas y experiencias, con el propósito de apoyarlos y consolarlos si es del caso. Desde luego que escuchar no significa que estamos de acuerdo con todo lo que oímos. Si escuchamos con prudencia y discernimiento, podemos aprovechar la sabiduría y experiencia de la otra persona para ser mejores personas y percibir la vida desde otra perspectiva.   Cuando sacas el rato para escuchar a alguien con atención y el deseo de entenderlo, haces un recorrido a través del corazón de esa persona, se te presenta una oportunidad de ayudar a alguien, y aumenta en ti la sensación de que tus actos tienen sentido. Escuchar beneficia al que oye con atención tanto como al que es escuchado, contribuye a aumentar la confianza, evitar malentendidos, y fortalecer lazos de amistad y fraternidad. No importa si eres rico o pobre, audaz o tímido, una persona muy ocupada o si tienes tiempo libre, siempre podemos sacar un poco de tiempo para escuchar a alguien si reconocemos su valor e importancia.   El mejor regalo de Amor es Atención, afirma el escritor y pastor Rick Warren, en uno de sus escritos: porque a lo que le pongas atención va a crecer. Si le pongo atención a mi jardín, hijos, trabajo o matrimonio, ellos van a crecer. La demostración mas grande de amor no son los diamantes, flores, o chocolates, es dar atención. Por ejemplo, puedes afirmar a las personas solo con mirarlas a los ojos, lo cual esencialmente dice, » yo te valoro, lo que tengas que decir es importante porque tu eres importante para mi». La esencia de las relaciones no es lo que lo hacemos unos por otros o que cosas nos damos mutuamente, es cuanto de nosotros mismos damos unos a otros. A veces cometemos el error de creer que porque satisfacemos las necesidades materiales a nuestros seres queridos, ya cumplimos, y hasta nos atrevemos a gritar: ¿que mas quieren ? Si les doy todo! Respuesta sencilla, ellos te quieren a ti,  tu tiempo, tu atención, y quieren saber que crees que ellos importan. Los hijos no necesitan cosas; necesitan tiempo al igual que las amistades, y nada puede reemplazarlo. En el caso de tu propia vida, el valor de escuchar se vuelve evidente a medida que pones en practica y perfeccionas tu pericia en ese tema. Lo que sacrificas en tiempo, atención, y preocupación a medida que escuchas a los demás en realidad se te devuelve en muchas formas positivas. Para finalizar, los invito a que respondamos con sinceridad: ¿Cómo puedes practicar el dar mas atención y tiempo a las personas? Has lo que tengas que hacer para darle atención a tus relaciones. Es esencial para el crecimiento. Este fin de semana busca oportunidades para mostrar atención a las personas en tu vida. No esperes a que suceda; crea las oportunidades para hacerlo.

De afectos, de ética, de sapos y de sinrazones

Por: Horacio Serpa Cuando se lleva en la política casi cincuenta años ya no sorprende nada. Bueno……, eso cree uno. Y en tanto tiempo ya le han dicho de todo. Eso cree uno. La verdad, nunca me habían acusado de tener demencia senil y nunca pensé que me lo fueran a sacar, al menos todavía. Pero como el libro de Serrano Blanco, “La vida es así”. Que me lo hubiera dicho Alejandro Galvís Ramírez, si me tomó de sorpresa. Y que me lo hubiera restregado a propósito de una decisión política colectiva, de la cual me hago cargo sin aspavientos, me llenó de interrogantes y mortificaciones. ¿Será que ya me está “patinando el coco” y no me he dado cuenta? ¿Será que viejo y “descocado” estoy comprometiendo mal a mi Partido Político, tan respetable y de tantos méritos? ¿Me llegó la hora de encerrarme para no pasar ni hacer pasar vergüenzas? Me horrorizó el recuerdo de un tío abuelo al que le decían “viejo verde” y lo disculpaban con el cuento de que tenía demencia senil. ¿Qué dirá Rosita, Dios mio? Fue a ella a la primera que senté en el banquillo de los testigos. Con su sonrisa eterna (me vuelve “loco” su sonrisa) me dijo que me veía bien y que aún no me había cogido la primera caída. Conociéndola siempre tan condescendiente conmigo, la precisé que me aclarara si su comentario tenía que ver con todas las cosas y todos los efectos, y me contestó solemne: “con todo y para todo”.     Ya tranquilo, hablé con los hijos, los nietos y las más cercanas querencias. Todos me dieron el visto bueno. Sebastián fue más allá de mis interrogantes: “Aún no estás loquito Tato, pero estás muy calvo y barrigón”. Así las cosas, “en pleno uso de mis facultades mentales”, les manifiesto a los amigos y a los enemigos que para nada me voy a referir a las declaraciones de Alejandro Galvis. No me nace, no quiero hacerlo, tengo muchos buenos recuerdos, muchas gratitudes, mucho afecto, enormes satisfacciones con una amistad que ha resistido 60 años, de la que siempre me he sentido orgulloso, como para enterrarla en un momento de ofuscación. Tantos sapos que me he tenido que comer en la vida por cualquier cosa, cómo no lo voy a hacer con este. ¿Duele? Sí, pero lo hago con gusto. No le saco el cuerpo al debate político, desde luego. Lo asumo a fondo, como lo he hecho siempre, sin esguinces, sin dobleces, sin pedir cuartel. Sobre el tema, Vanguardia no tiene la razón. Y les vuelvo a decir sobre el nuevo editorial: No tienen ni derecho ni autoridad para darme lecciones de ética ni de dignidad ni de hidalguía. A Alejandro mi abrazo cariñoso. Hará falta en el Partido. Ojalá nos queden algunos años más. Dicen que siempre hay tiempo para rectificar. A la política y a mí Partido Liberal, sigo en la lucha, hasta el último minuto. “Tranquilos, que el equipo gana”.