Comprobar antes de juzgar
Por: Germán Archila @germancho101 La inseguridad y la alarma entre los ciudadanos de ciudades grandes en Colombia son pan de cada día, hace unas semanas, se filtro en los medios de comunicación y la policía recibió una denuncia donde una conductora del SITP, fue abusada sexualmente, la mujer conducía un bus a la altura de Patio Bonito, cuando 2 hombres y una mujer tomaron las riendas del vehículo, abusando de ella, y dejándola abandonada en el sector de San Andresito. Este hecho genero indignación ciudadana, candidatos a la alcaldía ofrecieron poner cámaras, los compañeros de la conductora se quejaron de las deficiencias del sistema, el fin de semana corrieron rumores sobre la detención de los sospechosos, la policía lanzo una campaña para dar con el paradero de los presuntos violadores, cuál sería la sorpresa para la sociedad cuando este lunes se conoció que todo había sido un invento de la mujer, y que los hechos jamás ocurrieron. Casos como estos ponen en discusión, primero la ética de una persona que es capaz de inventarse este tipo de historias para obtener un beneficio personal, pero también se debe poner en la palestra pública a los medios de comunicación que repitieron sin cesar las acciones ocurridas, sin ningún tipo de prueba o comprobación, la policía tiene su cuota de responsabilidad, no se tuvo la mesura en el momento de hacer declaraciones, igualmente todo esto se convirtió en un cocktail donde la sociedad se unió en busca y pedido de justicia y venganza. Lastimosamente este caso no es tan aislado como uno quisiera, varias veces las personas se han inventado historias para poder sacar rédito de la situación, una de las más celebres ocurrió en 1997, cuando una joven de 16 años sorprendió al país con la noticia que estaba embarazada de sextillizos, Colombia se movilizo para ayudarla, las donaciones de pañales, juguetes, alimentos no se hicieron esperar, días después la verdad salió a flote la barriga estaba llena de trapo, y todo era una treta para que su pareja no la dejará. Pero de los inventos no solo se han hecho por personas que no cuentan con una educación adecuada, solo es recordar el caso de la periodista Karen Gamba que trabajaba para Canal Capital, y quien se aprovecho de la cercanía con un oficial de la policía metropolitana de Bogotá, para hacerle creer que había sido víctima de un paseo millonario, 1.500 policías salieron en su búsqueda al final de la noche la periodista se encontraba en su caso en alto estado de embriaguez. Fanny Lorena es uno de los nombres más populares en este tipo de historias, su familia la buscó durante días, un secuestro fue la hipótesis debido a unos mensajes de voz enviados a un profesor y el retiro de $800.000 de un cajero, luego apareció deambulando en un portal de transmilenio, luego las investigaciones Fanny Lorena nunca estuvo secuestrada, mientras tanto se hospedo en 2 hoteles de la capital colombiana y el invento fue descubierto. El caso más aberrante hasta el momento, el caso del niño Luis Santiago, Orlando Pelayo padre del niño salió en los medios de comunicación y ante la opinión pública diciendo que su bebe de 11 meses había sido secuestrado, raptado de los brazos de su madre en una finca en Cundinamarca, Orlando lidero cadenas de oración, vigilias que se hicieron por la pronta vuelta del niño a su hogar, con lo que no contaba los ciudadanos que se unieron a esta causa, era que este señor había pagado $500.000 por el secuestro y posterior asesinato de su hijo. Muchas historias nos cuentan y la primera reacción es juzgar e indignarnos ante los hechos, hace falta más de rigor en la información que recibimos, y ante un engaño como los casos que hemos descrito anteriormente solo queda tomarlo como experiencia y esperar que las investigaciones terminen y comprueben que los delitos ocurrieron y no es solo una invención de personas que intentan sacar provecho de estas historias, así sean los protagonistas.