Por: Luis Alfonso Fajardo Sánchez Ph.D
En días pasados se estrenó en las salas de cine colombinas, luego de su éxito en el Festival de Cine de Cartagena, la película documental Carta a un Fantasma, dirigida por Daniela Abad y Miguel Salazar, quienes llevan a la gran pantalla momentos de la obra de Héctor Abad Facio Lince “El Olvido que seremos” sobre el contexto en el cual ocurre la muerte de su padre, el medico defensor de derechos humanos Héctor Abad Gómez, el 25 de Agosto de 1987 en la ciudad de Medellín. Es una película intimista, familiar y testimonial que nos recuerda con crudeza, pero sin ánimo de retaliación, un periodo de gran violencia de diferentes sectores políticos, religiosos y militares contra los líderes sociales y los defensores de derechos humanos.
El excomandante paramilitar Diego Fernando Murillo, alias Don Berna, ha asegurado reiteradamente que Carlos Castaño, el desaparecido jefe de las Autodefensas, fue el determinador del asesinato del médico y humanista Héctor Abad Gómez. El homicidio, se ordenó, según las versiones libres de Murillo, porque el médico “hacía denuncias que afectaban a las Fuerzas Armadas, haciéndole el juego al Epl. Por eso, Carlos tomó la decisión de ejecutarlo”. En 2014, después de 27 años, la Fiscalía General de la Nación declaraba su asesinato como de lesa humanidad (a manos de los paramilitares). Pero aún no hay condenados por este crimen.
Pero la película también muestra el análisis del contexto, con testimonios del recientemente fallecido, Ex – Magistrado de la Corte Constitucional colombiana, Carlos Gaviria Díaz, en el cual señala como decenas de líderes sociales, estudiantiles y defensores de derechos humanos, no solo antioqueños sino de todo el país, fueron víctimas de la más dura represión por defender sus ideas, por luchar por las reivindicaciones sociales y estar al lado de los sectores más vulnerables de la sociedad colombiana.
Miles de víctimas han escrito cartas a las sombras, de sus seres queridos: sindicalistas, líderes comunales, autoridades indígenas, afro descendientes, estudiantes, docentes, abogados, miles de cartas escritas desde la impunidad, el dolor y el miedo.
Algunas personas opinaron que los hechos que muestra el documental son épocas ya superadas en nuestro país, pero las cifras demuestran lo contrario. La represión de los años 80’s y 90’s aún no termina, todavía se escriben cartas a miles de personas desaparecidas, amenazadas, torturadas, asesinadas.
El Programa Somos Defensores, una coalición de Organización de Derechos Humanos que se creó En 1997, luego de los asesinatos de los defensores de derechos humanos, Mario Calderón y Elsa Alvarado, reporto en su Informe 2014 “señalan el incremento inverosímil del 170% de la violencia contra líderes, defensores y defensoras de los DD.HH. y dentro de estas agresiones, un incremento del 234% en las amenazas” Señala que entre enero y julio de 2014 sucedieron 194 agresiones a defensores de derechos humanos en el país, entre ellos 30 asesinatos y 29 atentados. Señala el Informe que en este periodo se realizaron por parte del Estado 18 detenciones arbitrarias. “Una situación preocupante es que 3 de los defensores de derechos humanos asesinados en este semestre, contaban con medidas de protección vigentes proporcionadas por la UNP o la Policía Nacional y fueron asesinados a pesar de tener dichas medidas”[1]
Asistimos en la primera semana del mes de julio de 2015, a una clara evidencia de que la situación para quienes defienden los derechos humanos no ha cambiado mucho desde los tiempos de la muerte del médico Héctor Abab Gómez, en hechos, que aún no son motivo de investigación, 15 personas entre estudiantes, líderes sociales y defensores de derechos humanos fueron detenidos y señalados de cometer actos de terrorismo ocurridos en Bogotá en años anteriores.
El asesor de la oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Guillermo Fernández Maldonado, señaló que “en la lista de capturados hay varios líderes de organizaciones defensoras de DD. HH., de la mujeres, activistas y comunicadores, y como en otros casos el llamado es a que se garantice el debido proceso”
«Estas personas fueron capturadas, pero son sindicadas, no hay decisiones judiciales que las declaren culpables y así han sido presentadas, lo que vulnera los derechos que tiene cualquier sindicado», señaló Fernández, quien además agregó que de la misma forma los medios de comunicación usaron fotos de Facebook y de otras redes de algunas de las personas capturadas mostrándolos como culpables, sin que haya surtido efecto el proceso judicial.[2]
Mucho ha cambiado el país desde el asesinato del médico Héctor Abad Gómez, sin embargo, defender los derechos humanos en Colombia sigue siendo una profesión de alto riesgo.
[1] Tomado de http://somosdefensores.org/index.php/en/publicaciones/informes-siaddhh
[2] Tomado de http://www.eltiempo.com/bogota/explosiones-en-bogota-onu-pide-debido-proceso-a-capturados/16066276