Por: Germán Archila
@germancho101
Antes de desarrollar este artículo, estoy seguro que recibiré muchos insultos sobre todo de aquellos que sacan conclusiones con solo leer un titular, por eso es más que sensato darles a conocer mi punto de vista sobre las corridas de toros, antes de entrar a explicar porque la consulta del 25 de octubre me parece peligrosa para la sociedad.
La verdad entrar en esa discusión no me interesa, soy totalmente apático ante la disputa de la tauromaquia, jamás pagaré una boleta para entrar a ver a un torero contra un toro, pero tampoco me rasgaré las vestiduras porque hallan corridas en la ciudad, me parece que es un negocio de particulares que en ningún momento debería estar respaldado por ningún gobierno nacional o distrital, las plazas de toros deben ser construidas y mantenidas por los amantes a este espectáculo.
Jamás estaré de acuerdo, que una corrida de toros sea considerada deporte o arte, es simplemente un espectáculo que le gusta a determinado grupo de gente y que se debe acabar por una transformación de la sociedad y no por una medida prohibitiva, igual creo que al darle fin a la tauromaquia, el toro de lidia probablemente quedará en peligro de extinción o lo que es peor se realizarán corridas piratas donde las condiciones de los animales serán impresentables.
El Concejo decidió que para el día que se elija al próximo burgomaestre de la capital, los habitantes de la ciudad a través de votación con un tarjetón decidirán si se prohíben las corridas de toros, la decisión parece una formalidad porque la mayoría de los ciudadanos votarán a favor de la prohibición y finalmente el estado distrital decretará que la tauromaquia no se podrá practicar en Bogotá.
Como pasa en este caso donde la mayoría está a favor de no asesinar a un animal por espectáculo, también abre una puerta para que la decisión mayoritaria se convierta en ley, que impide que próximamente iniciativas en contra de las minorías puedan dirimirse en una consulta que favorecerán abiertamente a la idea más popular.
Es un camino peligroso que se está recorriendo con esta consulta popular, cuál será la siguiente acción, penalizar la dosis personal como lo propone Francisco Santos candidato a la alcaldía o prohibir actividades que no sean del gusto de la mayoría de habitantes, también podemos hacer un símil, Colombia es un país de mayoría católica, así que si el camino para decidir aspectos es la consulta popular probablemente temas como el reconocimiento de los homosexuales o el derecho a morir dignamente quedarían enterrados bajo las papeletas de las ideas populares o las costumbres de las mayorías.