Por: Marta Sáenz C
Gracias a la gestión del Club Rotario y a la invitación que me hizo un amigo, tuve la oportunidad de escuchar la conferencia de la doctora María Clara Villegas, autora de su libro: La Gente Feliz es más exitosa; quien enfatiza su conversatorio en que la mayoría de las personas creen que el éxito se centra básicamente en adquirir conocimientos y habilidades, cuando en realidad está centrado en las actitudes y aptitudes, porque la felicidad se fundamenta en hacer lo que nos gusta y satisface.
Nos venden la idea desde temprana edad que la felicidad es una consecuencia de este mal entendido éxito, cuando es totalmente al contrario. Si eso fuera verdad todos los exitosos serian felices, y existen muchas personas exitosas que no lo son. La conferencista define la felicidad como un sentimiento de plenitud que sale del alma, de paz con uno mismo y con los demás. Es darse la posibilidad diaria de disfrutarse a uno mismo siendo la persona que yo quiero ser, y no lo que una sociedad, los padres, una religión mal entendida y en general un entorno han querido hacer de mí. Es una certeza de bienaventuranza y buena fortuna que genera paz, serenidad y tranquilidad.
Para ser feliz se requiere saber y comprobar por uno mismo, que existen dos mundos en los cuales podemos vivir los seres humanos: el mundo del ego y el mundo de la autoestima, es cuestión de decidir. Vivir en el mundo del ego significa valorarse únicamente por lo que se hace y tiene; se vive en función del reconocimiento de los demás y en función del «hay que» y el «toca”. Es el mundo en donde uno actúa como si fuera un libreto, que estamos memorizando desde el día en que nacimos, en boca de nuestros papas, la publicidad y los medios. Para ser feliz es indispensable salirse del libreto, porque generalmente depende de factores externos sobre los cuales no podemos decidir. Trabajar por alcanzar las metas del libreto nos genera adrenalina porque hay sensación de logro increíble, pero al llegar a la meta se acaba el reto.
El libreto es un listado de hay que y toca, acompañado de la necesidad de creerlo como cierto porque, de lo contrario, no habría acceso a ese éxito del que tanto nos hablan. Cuál es el libreto que nos venden y que todos compramos: tienes que ser profesional, porque si no lo logras no eres nadie. Tienes que casarte, es el segundo logro, ya casados tienes que tener hijos, y ojala la parejita, luego había que tener carro, casa y finalmente una finca. El libreto no es bueno ni malo es si mismo, pero si se convierte en un parámetro de decisión para la vida.
El otro mundo que un ser humano puede elegir vivir, es el mundo de la «autoestima», aquel en donde entendemos que todo lo que hacemos y tenemos es el medio para ser la persona que queremos ser. En este mundo se vive la experiencia de ser uno mismo y no lo que un tercero quiere hacer de nosotros. El que está en este mundo no juega para llegar de primero, juega buscando gozarse el juego porque lo entiende como la vivencia de una experiencia agradable, disfrutando de cada momento del camino.
Para finalizar la consultora nos invita a bajarnos del libreto y a dedicarnos a ser gente, por el puro placer que produce. Reitera que más bien trabajemos duro para alcanzar este mundo de certezas y salirnos de las creencias del ego y ser el medio para que otro ser humano realice sus sueños.