Bojayá, la historia de un perdón sin verdad, justicia ni reparación

Luis Alfonso Fajardo Sánchez

El día 6 de diciembre de 2015, llegaron a Bojayá, luego de más de 13 años, los comandantes del Bloque Noroccidente de las Farc, que opera en Chocó, Antioquia y Córdoba, entre ellos “Pastor Alape”, “Isaías Trujillo”, “Benkos Biojó”, “Pablo Atrato”, “Matías Aldecoa” y otros miembros de este grupo, a pedir perdón a las víctimas de la masacre del 2002. Estuvieron acompañados por la comunidad y representantes del Gobierno, la ONU y el CICR.

Este acto de pedir perdón por parte de las Farc se suma al protagonizado por Fredy Rendón Herrera, alias “el Alemán”, quien comandaba al bloque Élmer Cárdenas en la fecha de ocurridos los hechos. Rendón está libre, tras pagar ocho años y nueve meses de cárcel como pena alternativa luego de acogerse a la Ley de Justicia y Paz.

Los hechos, motivo de este perdón público sucedieron el día 2 de mayo de 2002, cuando, como en la novela de García Márquez, Crónica de una Muerte Anunciada,  79 personas murieron y más de cien personas resultaros heridas y lesionadas, debido al  enfrentamiento entre los paramilitares del bloque Élmer Cárdenas y el frente 58 de las Farc.

Los civiles, hombres, mujeres y niños afrodescendientes,  quedaron en medio del fuego y buscaron refugio en la iglesia, lugar de culto especialmente  protegido por el DIH. Los paramilitares habían tomado a los civiles como “escudos humanos” este hecho está calificado como crimen de guerra por el Estatuto de Roma, además de haber atacado y dado muerte a decenas de miembros de la población civil de Boyaja. Hasta el templo  llego una  pipeta bomba lanzada por los guerrilleros, en esos momentos  todo fue muerte y desolación, este hecho está tipificado igualmente como un crimen de guerra, sumado a los otros crímenes de guerra causados al de atacar  a la población civil y darles muerte. El listado de crímenes de guerra cometidos por los dos grupos armados enfrentados  es  plenamente verificable y fue señalado en su momento por la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Los modernos helicópteros Black Hawk, equipados con sofisticados equipos de guerra y las tropas de la Primera División del Ejército, de la Brigada IV de esa misma fuerza y del Batallón Manosalva, no se movieron de sus bases, a pesar de los constantes llamados de auxilio que llegaron de entidades nacionales e internacionales. El general Mario Montoya Uribe, comandante de la Brigada IV, quien tenía pleno conocimiento de la posible ocurrencia de los hechos,  nunca dio las órdenes que hubieran permitido evitar la masacre. Esta omisión también podría calificarse como  un crimen.

Lo realmente incomprensible  es que la Procuraduría General de la Nación, en sentencia  de única instancia del 16 de noviembre de 2004, absolvió al Mayor General (retirado) Leonel Gómez Estrada y al entonces Brigadier General Mario Montoya Uribe. Después de esta exhaustiva investigación, la Procuraduría General de la Nación,   sanciono por estos graves hechos, al Teniente Coronel (retirado) Orlando Pulido Rojas, con suspensión del cargo por noventa días sin derecho a remuneración.

El Estado tiene gran parte de la responsabilidad en la masacre de la comunidad de Bojayá y seguramente la verdad sobre la participación de miembros del Estado saldrá a la luz. Una posibilidad  tiene que ver con la sentencia  del Consejo de Estado que dejó en firme, en septiembre de 2015,  el fallo del Tribunal Administrativo del Chocó en el que condena a la nación por la masacre de Bojayá y  pide investigar la responsabilidad del presidente de la época, las Fuerzas Militares y los comandantes de las Farc y las AUC.  La sentencia igualmente señala, que  los ministros de Defensa y del Interior, los comandantes de la Fuerzas Militares, el Ejército Nacional, de la Armada y el comandante de la Policía, deberán ofrecer disculpas públicas en nombre del Estado a las víctimas de la masacre.

Bienvenidos las actos de reconocimiento de responsabilidad y pedido de perdón a las víctimas pero estos eventos no pueden hacernos  olvidar que la comunidad de Bojaya aún espera la verdad, la justicia, la reparación integral  y la garantía de no repetición de los hechos y  van 13 años de espera….

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