Como quiera que la futura etapa del postconflicto implica la reconstrucción de una nueva realidad social incluyente y de progreso, se hace indispensable que la sociedad y, ante todo, los medios de comunicación social se preparen para alcanzar un “protagonismo social operativo”. Es decir, para darle participación visible a los servidores públicos y de los particulares que contribuyen simultáneamente a la solución de los problemas sociales, ya que esto no siempre logra reflejarse en nuestros países.
Porque, en nuestra sociedad, a diferencia de las novelas y telenovelas, hay muchos protagonistas que no son actores, ni personajes. Puesto que solo se limitan a aparecer en los medios de comunicación o ante la comunidad, a hacerse visibles o notorios socialmente, sin mostrar ninguna obra o, por lo menos, una acción positiva preventiva o correctiva. A lo sumo, solo aparecen para hacer anuncios y relatar hechos o situaciones, o posibles reacciones, o para comunicar actos teóricos, o para aparentar intervención de autoridad, lo cual, en muchas ocasiones, encierran engaños sociales.
De allí que dentro de esta categoría de “aparentes protagonistas sociales”, suelan destacarse la mayor parte de los funcionarios públicos, incluyendo los del sector político, quienes, de ninguna manera, muestran propuestas, ni mucho menos soluciones. Todo lo cual, en vez, de consolidar y desarrollar la credibilidad de su comportamiento y, a veces, de las políticas y acciones de la institución que dirigen o representan; por el contrario, la deteriorarán. Lo mismo puede decirse de aquellos que protagonizan sus soluciones con el propósito de obtener reconocimiento personal y no institucional. Todos ellos son “falsos protagonistas sociales”, porque solo son “verdaderos protagonistas ocultos de intereses particulares”.
De allí que sea la hora de sustituir “los falsos protagonismos”, por unos verdaderos: Sustituir el protagonismo personal, para aspiraciones, por el protagonismo de las soluciones; el protagonismo de ineficiencias legales, por el de la eficiencia; el de la mera visibilidad inmerecida, por el de reconocimiento meritorio.
Pues, con ello, descubriremos “los verdaderos protagonistas sociales”, como serían entre otros, numerosos colombianos, como los miembros de las fuerzas públicas, los científicos, los docentes, las amas de casa, los trabajadores, los campesinos y muchos otros.
A ellos, se suman numerosos empresarios, que generan riqueza y trabajo, y prestan servicio a la sociedad; así como las instituciones que prestan servicios sociales de alimentación, vivienda, protección a los débiles, etc.