NUEVO ASEDIO DE CARTAGENA: CORRUPCIÓN INTERNACIONAL?
POR: JAVIER PORTO. MESA DE FRITOS Cartagena ha sido una ciudad asediada: En la época de la Colonia, por la importancia del puerto en el mar Caribe y por su embarque de oro. En el pasado reciente, lo ha sido por los turistas debido al enamoramiento que inspira contraste de sus construcciones coloniales, republicanas y modernas, así como la hospitalidad de su gente. Pero en la actualidad Cartagena, ciudad turística por excelencia, ha sido empleada abusivamente como escenario de corrupción internacional, que también parece asediarla. En efecto: primero, fue escenario de uno de los mayores escándalos de la contratación estatal, como fue el de las inversiones en Reficar, que fuera denunciada por la Contraloría General de la Nación, por un eventual detrimento de miles de millones de dólares, debido a su costo celestial. Ahora, viene el escándalo no del costo de Reficar, sino de la desenfrenada contaminación de su funcionamiento que, además de carecer de la licencia respectiva, por la salida del Koque no encapsulado por el Puerto de Mamonal, dicho embarque viene contaminando la bahía de la Heroica, y, en consecuencia, a su turismo, sin que el Ministerio, ni las entidades medioambientales distritales hagan pronunciamiento alguno. Qué habrá detrás de esta tolerancia? A ello se agrega el escándalo sobre el uso de los dineros destinados a muchas obras de la pasada administración del Exalcalde Dionisio Vélez. Porque unas obras quedaron inconclusas, dentro de las cuales se destacan colegios sin acabar, centros médicos sin empezar, callecitas abriéndose. En tanto que otras quedaron pendientes, como el paseo peatonal de Bocagrande y el traslado de los mercados de Basurto y de Santa Rita. Sin embargo, los dineros de dichos contratos y los de muchos otros contratos se desembolsaron en su totalidad. Afortunadamente, ha llegado la Procuraduría General de la Nación a las dependencias de la Alcaldía, a fin de establecer la verdadera situación contractual y de los OPS de la pasada administración. Sin embargo, el control social a cargo de la ciudadanía, necesita saber en donde están los dineros para la terminación o ejecución de tales obras. ¿Será que la platica para la terminación de estas obras estarán en Panamá y a nombre de quien o quienes? Porque si el asedio militar de Cartagena que, en otrora hiciera Don Pablo Murillo, no pudo someter a los Cartageneros de entonces, lo que le valiera necesariamente el calificativo de ciudad heroica, se aguarda que “el asedio de la corrupción contemporánea”, tampoco doblegue a los ciudadanos y a la clase dirigente honesta de hoy, ni mucho menos frustre las mencionadas investigaciones nacionales de la Contraloría y de la Procuraduría. Porque no solo se necesita la recuperación de los dineros embolatados y el reproche social a los responsables, sino también el rescate del valor y la dignidad de los Cartageneros.