Luis Alfonso Fajardo Sánchez
El Escuadrón Móvil Anti-Disturbios – ESMAD – fue creado el 24 de febrero de 1999 mediante la Directiva Transitoria 0205. Posteriormente, mediante resolución N° 01363 del 14 de abril del mismo año, el Director General de la Policía formaliza el escuadrón móvil antidisturbios.
En estos 17 años, los señalamientos por uso irracional de la fuerza han sido permanentes. Según datos del Centro de Investigación y Educación Popular (CINEP), presentados por el Representante a la Cámara, Alirio Uribe Munoz, entre 2002 y 2014 se registraron 448 casos de agresiones a civiles, presuntamente los hechos fueron responsabilidad del Esmad. De estos casos 137 son de personas heridas, 91 corresponde a detenciones, 107 a amenazas, 13 acciones extrajudiciales y dos de violencia sexual, entre otros.
“Las denuncias registradas contra el grupo especial de la Policía fueron interpuestas por 248 campesinos, 94 menores de edad, 50 mineros, 35 estudiantes, 21 periodistas, 17 líderes sociales, 15 obreros y 8 conductores”
Este jueves 15 de julio de 2016, Medicina Legal determinó que el manifestante Luis Orlando Saiz murió por el impacto de una granada lacrimógena en su rostro. La Policía afirmó inicialmente que Luis Orlando Siaz había muerto por una explosión ocasionada mientras manipulaba un artefacto artesanal para atacar a los miembros del Esmad, sin embargo, la necropsia no encontró ningún rastro de explosivos contaminando el cuerpo de la víctima. “La causa de muerte corresponde a un trauma craneoencefálico severo producido por un proyectil de alta velocidad lacrimógeno, de una granada de gas lacrimógeno a nivel craneoencefálico. No se halló ninguna otra lesión adicional a esto”, dijo el director del Instituto de Medicina Legal Carlos Valdés.
En otro hecho reciente, el estudiante de la Universidad Distrital Miguel Ángel Barbosa falleció a la 1:50 de la madrugada del día 3 de junio del presente, a causa de un paro cardiorespiratorio, luego de permanecer casi mes y medio en coma en la unidad de cuidados intensivos del Hospital El Tunal. El joven, estudiante de la Facultad de Tecnología Mecánica, ingresó al hospital el 21 de abril por un trauma craneoencefálico severo, luego de resultar herido por miembros del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) en una manifestación pacífica que adelantaban los estudiantes en Ciudad Bolívar.
El listado trágico de manifestantes, presuntamente muertos en la intervención de operativos por el Esmad, aumenta: Algunos de los casos más conocidos: Carlos Giovanni Blanco, estudiante de medicina de la Universidad Nacional (2001); Jaime Alfonso Acosta, estudiante de la Universidad Industrial de Santander (2002); Nicolás Neira, un joven de quince años que participaba de las movilizaciones del 1 de mayo en Bogotá (2003); Jhonny Silva Aranguren, estudiante de la Universidad del Valle (2005); Belisario Camayo Guetoto, líder indígena (2005); Óscar Leonardo Salas, estudiante de la Universidad Distrital (2006). La impunidad en estos casos es casi total.
La estrategia del presidente Santos para enfrentar las legítimas protestas sociales, no es la solución de los problemas graves sociales que vive nuestro país. La Fórmula del presidente Santos es: 1. Fortalecimiento del Esmad: 2. Aplicación del nuevo Código Nacional de Policía, marcadamente autoritario; 3. Negar la legitimidad de las marchas, manifestaciones y otras manifestaciones de protesta social. 4. Judicializar a los manifestantes.
El posconflicto, según la teoría de Santos, va a aumentar las protestas sociales. Esta afirmación deja en claro una realidad evidente, el silencio de los fusiles no es el fin del conflicto social originado por las mismas causas estructurales que aún están sin resolver.