FIN DEL ABUSO IDEOLÓGICO EN LA PROCURADURIA.
Con la reciente anulación de la reelección del Procurador Alejandro Ordóñez, tan solo comienza el fin de una Procuraduría ideologizada. En efecto, si bien la mayoría de los juristas coinciden con la decisión del Consejo de Estado, en la inconstitucionalidad de la reelección por no estar autorizada por la Carta Política; otros, por el contrario, discrepan de dicha decisión, con fundamento en que al no estar prohibida, también estaba permitida. Además, muchos colombianos comparten aquella decisión, sencillamente por estar en desacuerdo con las posiciones del Procurador, en tanto que otros la rechazan, porque se estima en este asunto hubo más manipulación política del gobierno de Juan Manuel Santos. Sin embargo, independientemente de las consideraciones jurídicas dadas por el Consejo de Estado, lo que hace falta es que la opinión pública reflexione sobre la admisibilidad o no del tipo de Procuraduría adoptada por el Procurador Ordóñez, esto es, por una procuraduría ideologizada. Esto indica que el Dr. Alejandro Ordóñez le transmitió e imprimió a las funciones de la Procuraduría los aspectos sustanciales confesionales de dogmatismo y de exclusión de la creencia cristiana que lidera la religión católica, que, si bien es respetable a título personal, no podía transmitírsela, ni mucho menos podía caracterizar en esa forma, las posiciones de la procuraduría sobre su rechazo a los casos excepcionales del aborto, al reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos, a la constitución a los parejas del mismo sexo y al respeto que debe darle a las demás confesiones religiosas. Porque tales posiciones de dicha procuraduría no solo vulneraron el carácter laico del Estado Social de derecho de Colombia (preámbulo y art, 1º. y 2º. C.Pol.), que incluye a la Procuraduría; carácter que imponía el deber de no ejercer una función pública con criterio religioso; sino que también infringieran el carácter pluralista y plurietnico de la sociedad colombiana que debía representar el Ministerio Público (arts. 1º., 2º., 10, 277 num. 3, 4 C.P.C.). Siendo así las cosas, mal podría e Dr. Ordóñez, adoptar, como Procurador, semejantes posiciones, ni tampoco éticamente podía asumir la representación de una sociedad con criterios personales que iban en contra de la libertad de otros sectores a tener creencias o pensamientos diferentes. Ni mucho menos podía el Procurador desconocer olímpicamente la cosa juzgada de las correspondientes decisiones de la Corte Constitucional (art. 243 C-Pol.), puesto que tan solo podía mantener, a nivel individual, su posición confesional y, si fuere el caso, adoptar los reparos sobre el particular o dejar en caso de objeción de conciencia (art. 18 C.Col.), que otro (el que indique la ley), ejerciera la correspondiente función de manera imparcial. A ello se agrega la usurpación de la función de control político que le correspondía al Congreso de la República, cuando, en forma reiterada, sus posiciones frente al gobierno y, concretamente, frente al proceso de paz, no eran jurídicas como debió ser su control, sino, por el contrario, política, esto es, adversa a la política pública de paz y contraria al mandato democrático que recibió el actual gobierno. Por eso, lo inconstitucional debe analizarse no solo respecto del nombramiento, sino también del tipo de Procuraduría confesional adoptada, que la sociedad espera no se repita para bien de la Unidad Nacional.
La Escucha Activa
*Marta Saenz Correa Leía hace algunos días la noticia «la escucha activa que hace el Príncipe William con sus hijos», tema que me llamo la atención indagar y les comparto a continuación. La escucha activa es una estrategia de comunicación que se basa en el trabajo de Carl Rogers y que practican principalmente los médicos con sus pacientes o profesionales durante las terapias, pero que también se puede llevar a la relación con los niños; trata de que el otro se sienta respetado y efectivamente escuchado. El psicólogo americano Thomas Gordon, uno de los padres del concepto, en su libro: «Técnicas eficaces para padres», indica que ponerse a la altura de los niños, es la primera forma de empatizar con ellos. Además, considera que más que una técnica para conseguir un buen comportamiento en un hijo, es una forma respetuosa de tratar a un niño con el fin de ayudarle a experimentar la comprensión que más adelante le permitirá ponerse en el lugar del otro. En ese sentido, la escucha activa sería más bien una forma de comunicación entre los miembros de la familia, no una técnica para obtener un comportamiento obediente, que nos permite desarrollar la empatía y proteger los vínculos afectivos. Por otra parte, la Psicóloga Isabel Fuster, dice que practicar la escucha activa no tiene que ser sinónimo de una educacion sin límites. La escucha activa no está reñida con poner límites al niño; a sus practicantes a veces les cuesta, pero es necesario que este se frustre, o se convertirá en un tirano. El método no solo le trae beneficios al niño de manera inmediata, también le permite desarrollarse como un adulto más seguro de sí mismo. El niño va a asumir ese trato como lo que se merece, lo que podría llevarlo a denunciar de inmediato una situación de abuso. Por el contrario, aquellos padres que tratan con severa autoridad y castigo a sus hijos, podrían estar formando niños que en el futuro serán más propensos a consentir el maltrato. Para finalizar, algunos consejos en el proceso de la escucha activa, primero, no se debe rechazar las emociones que el otro manifiesta, porque decirle a una persona que no debería sentir implica un reproche sobre sobre algo de lo que no se tiene control. Lo segundo, no juzgar, lo tercero, no solucionar el problema, quien te lo está planteando quiere compartirlo contigo, pero él o ella es la responsable de solucionarlo. Lo cuarto, no interrumpir, espera que la otra persona te de paso, aunque no estés de acuerdo con lo que te dice. Lo quinto, no des un consejo que no te hayan pedido. En el proceso de la escucha activa es imperativo demostrarle a la otra persona que le escuchas y que estas interesado sobre lo que está contando.