En Colombia Congreso Mundial Socialdemócrata

Horacio Serpa Los Partidos Políticos Socialdemócratas, Laboristas y Socialistas del mundo, congregados en la Internacional partidista más grande del orbe ya que reúne 149 Colectividades de 121 Países, se reunirán a principios de Marzo en su Congreso Mundial, como lo hacen cada tres años. En esta ocasión el lugar de tan importante encuentro será la ciudad de Cartagena. Me estoy refiriendo al Socialismo Democrático, el de Willy Brandt en Alemania, el de Francois Mitterrand en Francia, el de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero en España, el de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet en Chile, el de Martín Torrijos en Panamá. El Liberalismo colombiano se interesó en formar parte de la Internacional Socialista desde 1982, bajo el auspicio del expresidente Alfonso López Michelsen y fuimos recibidos como miembros plenos en el Congreso de París del año 2000, cuando honrosamente me desempeñaba como Director único de la Colectividad. Colombia está en el primer plano internacional por el Acuerdo de Paz con la guerrilla de las Farc y las diligencias que se adelantan para lograrla también con el Ejército de Liberación Nacional. El mundo entero está en busca de la paz y con tantos conflictos y desgracias en diferentes países y regiones, aplaude, admira y elogia que estemos saliendo adelante en la lucha por el entendimiento interno y la convivencia. Por eso, entre las Naciones analizadas para realizar este extraordinario evento, las directivas de la Internacional nos escogieron a nosotros. Que los Partidos progresistas y democráticos del mundo se encuentren en Cartagena a partir del 2 de Marzo, es un homenaje a Colombia y a todos los colombianos por los esfuerzos que hacemos en beneficio de la paz, alterada durante más de medio siglo. El universo entero sabe lo fácil que es entrar en una guerra y lo difícil que es acabarla. Nuestros homólogos son, como nosotros los liberales, amigos de la paz, y vienen a congratularnos y a hacer sus análisis y discusiones mundiales en el calor de nuestro Corralito de Piedra. Serán quinientos delegados de por lo menos cien países de los cinco Continentes. Las deliberaciones serán inauguradas por el Presidente Santos, Premio Nobel de la Paz, y se espera que vengan algunos Presidentes, Jefes de Gobierno o Jefes de Estado de los 54 Países gobernados por Socialdemócratas. Los temas del encuentro serán la Paz Mundial y la Igualdad. Múltiples asuntos prioritarios de la agenda universal serán tratados por los líderes visitantes, quienes designarán las nuevas directivas de la Internacional, aspecto que siempre da lugar a interesantes debates políticos y de representatividad. Para el liberalismo colombiano es un honor que en nuestra Patria se verifique tan significativo Encuentro. Será mucho lo que de allí tomemos para refrescar nuestra ideología social, para acentuar nuestros principios democráticos y para estar al día en nuestros compromisos liberales y programáticos. Aun cuando cada país y cada región del mundo tienen prioridades y preocupaciones diferentes, los postulados de libertad, igualdad y solidaridad de la Internacional fortalecerán nuestros compromisos de participación, paz y equidad. ¡Bienvenidos!

Necesitamos Buenos Ciudadanos

*Marta Sáenz Correa Uno de los mayores retos que tenemos que afrontar hoy los padres es la formación de nuestros hijos como buenos ciudadanos para el futuro. La tarea de criar hijos con adecuadas competencias sociales, que se conviertan en buenos ciudadanos no es nada fácil. Sin embargo, la formación de un hijo como buen ciudadano se genera de la filosofía de crianza que estrechen los padres, las practicas específicas que apliquen y la naturaleza de su personalidad. Para muchos, el problema es que no todos los maestros y padres de familia tienen claro de que se tratan las competencias ciudadanas y como se fomenta desde la escuela y la casa. Según Enrique CHaux doctor en Educación de la Universidad de Harvard, las competencias ciudadanas son habilidades o capacidades que todos podemos desarrollar para aprender a relacionarnos pacíficamente con los demás, fortalecer la construcción de una sociedad democrática y participar activamente de ella.  Reiterando que lo más importante para avanzar en este campo, es entender que tanto en el colegio como en la casa se debe trabajar de manera articulada y, que se debe romper la creencia de que la educación ciudadana solo ocurre exclusivamente en el colegio o en casa. La manera cómo viven los padres repercute en la formación de nuestros hijos, y es responsabilidad de los progenitores ser un modelo positivo para ellos. Los hijos siempre desarrollan hábitos de buena ciudadanía imitando las prácticas de sus padres en el hogar o lo aprendido en la escuela. Por lo cual, la clave está en enseñar a nuestros hijos a respetar a los demás y no discriminar a quienes son diferentes a él, a preocuparse por el bienestar común, y a participar y convivir en sociedad obedeciendo las normas establecidas. Para desarrollarles desde pequeños una conciencia cívica, es necesario hablarles sobre la comunidad, sus integrantes y como se desenvuelven, y animarlos a realizar labores que contribuyan al bienestar de la familia y del vecindario. Lo más importante, es transmitirles conductas ejemplares usando reglas justas dentro de la familia; y reforzar las lecciones aprendidas en la escuela en lo referente a responsabilidades ciudadanas. Para finalizar, la Unesco plantea que es fundamental que las escuelas transmitan enseñanzas y valores que formen ciudadanos responsables. Por lo cual recomienda: que las escuelas pongan en marcha programas de convivencia e inclusión social que ayuden a mejorar la convivencia, la paz y la armonía y promuevan el desarrollo de habilidades, para trabajar en la comunicación, resolución de problemas, el pensamiento crítico, la cooperación y el liderazgo. Además, se sugiere trabajar en impulsar el intercambio de ideas con respeto y las habilidades cívicas individuales. No podemos olvidar que la responsabilidad de formar buenos ciudadanos, se fomenta desde el seno familiar con respuestas positivas, el buen ejemplo de los padres, y la participación activa, constante y entusiasta de las actividades cívicas y electorales.