LIDERAZGO Y DIRIGENCIA
MOTIVACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS -Con muy pocas excepciones, el hombre que no puede seguir inteligentemente a un líder, tampoco podrá convertirse en un eficiente dirigente. El hombre que es capaz de seguir de cerca a un eficiente líder es la persona que más rápidamente le emulará y aun superará. Un seguidor inteligente tendrá muchas ventajas, entre ellas la oportunidad de adquirir conocimientos de su líder. -Una de las cualidades del dirigente es el autodominio. El hombre que no puede dominarse a sí mismo jamás podrá dominar a otros. El autodominio es un ejemplo para los demás. Un ejemplo que emularán los más inteligentes. Sin un sentido de nobleza y justicia ningún líder puede influir en sus seguidores, ni ser respetado por ellos. -El hombre que duda de sus decisiones, demuestra que no está muy seguro de sí mismo y por ende, no puede influir sobre los demás con éxito. El dirigente de éxito debe planear su trabajo y trabajar su plan. Un líder que sólo actúa por intuición, sin contar con planes definidos y prácticos, es comparable con un buque sin timón, terminará hundiéndose. -El dirigente que no es fiel a la confianza que en él depositan sus asociados, no podrá mantenerse por mucho tiempo en el cargo. La deslealtad le señala a uno, como algo de menos valor que un puñado de polvo y produce un buen merecido desprecio. La falta de lealtad es una de las grandes causas de fracaso en todos los caminos de la vida. -El líder competente no requiere ningún título que le gane el respeto de sus seguidores. El hombre que remarca con exceso el título, generalmente es porque tiene muy pocas cosas que poner de relieve. Las puertas del despacho del verdadero dirigente están abiertas a todo el que desee entrar y en general su lugar de trabajo está totalmente libre de formalidades y ostentación. -La definición clara y sencilla de un dirigente es: Aquel que tiene seguidores. El dirigente merece ser seguido, Ha ganado reconocimiento. La autoridad sola ya no basta para suscitar el respeto. El dirigente supone que sus seguidores no trabajan para él, sino con él. Los considera como socios en la empresa y se cerciora de que compartan las recompensas. Glorifica el espíritu del esfuerzo conjunto. -El verdadero dirigente se multiplica en los demás. Es edificador de hombres. Ayuda a quienes tiene bajo su mando, a crecer, porque comprende que cuanto mayor sea el número de grandes hombres en una organización, más fuerte será esta. El dirigente tiene fe en los demás. Cree en ellos, confía en ellos y así consigue que le den el máximo de sí. Los ha encontrado a ellos la altura de sus expectativas.