*Marta Sáenz Correa
Gracias a la iniciativa del Reino de Bután, que considera la Felicidad Nacional Bruta más importante que el Producto Interno Bruto, el 28 de junio de 2012 la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Resolución 66/281, decide proclamar el 20 de marzo el Día Internacional de la Felicidad, como reconocimiento del importante papel que desempeña la felicidad en la vida de las personas.
Bután inicio su camino a la felicidad hace 40 años, cuando Jigme Singye Wangchuck accedió desarrolló la filosofía de la Felicidad Nacional Bruta (FNB) y los cuatro pilares que se requieren para garantizarla: la promoción del desarrollo socioeconómico sostenible e igualitario, la preservación y promoción de valores culturales, la conservación del medio ambiente y el establecimiento de un buen gobierno.
El FNB es hoy un indicador de nivel de vida que se utiliza internacionalmente como complemento al Producto Interno Bruto, cuyos resultados indican que Colombia no es el país más feliz del mundo y ni siquiera está cerca del top 10. Costa Rica (12) es el país más feliz de Latinoamérica, según el Informe Mundial de la Felicidad de 2017 elaborado a instancias de la ONU, seguido por Chile (20), Brazil (22), Argentina (24) y México (25). Luego se encuentran Uruguay (28), Guatemala (29), Panamá (30) y Colombia (36). El gran ganador fue Noruega, con un índice de felicidad de 7.54 puntos.
La mayoría de las personas cree que solo es posible vivir plenamente si se tiene dinero, pero un estudio hecho por el London School of Economics demostró que son las relaciones que la gente cultiva durante la vida y la salud mental los factores que tienen un mayor impacto sobre la calidad de vida y no el estatus económico o el poder adquisitivo. En otras palabras, la felicidad de las personas depende más de los amigos y la salud mental que cualquier otro factor. Los investigadores determinaron que la insatisfacción de las personas se reduce 20 por cierto si se mejoran las relaciones interpersonales y se tratan las enfermedades psicológicas como la depresión y la ansiedad, mientras que disminuir la pobreza solo reduce la infelicidad un 5 por ciento.
Por otra parte, según estudio de la Escuela de Desarrollo de Adultos de la Universidad de Harvard, dirigido por el Psiquiatra Robert Waldinger, cuyo propósito es analizar aquellos factores que llevan al ser humano a vivir una vida sana, plena y feliz, arrojó que las personas que vivieron más sanos, con salud, y más felices eran las que dedicaron años de su vida y esfuerzo a construir relaciones profundas, de confianza a prueba de crisis, positivas, de amor, de respeto y de crecimiento personal.
Según estudio realizado por Sir Richard Layard en Harvard: «El más fuerte factor para predecir una vida feliz en la adultez no son las calificaciones sino la salud emocional».