CARACAS A BOGOTÁ

Por: Germán Archila                                                                                                                                         @Germancho101 En Bogotá en estos momentos es común ver extranjeros que llegan a la ciudad de turistas. En la zona T, en los restaurantes de la 93 y en el centro histórico el acento o el idioma de otro país es común encontrárselo, por lo regular el colombiano es buen anfitrión, y está atento a ayudar al visitante, fueron muchas décadas donde el miedo y los problemas sociales hacían que el País fuera un sitio de poco tránsito y ni pensar en asentarse. Los problemas graves que está viviendo el hermano país de Venezuela ha hecho que muchos de sus ciudadanos busquen refugio fuera de su patria, como es lógico el país vecino Colombia ha sido receptor de esta población, primero llegaron empresarios y sobre todo trabajadores de la industria petrolera que veían en Colombia una oportunidad de aportar sus conocimientos  y crecimiento en la industria, a medida que el gobierno Maduro se radicaliza el número de venezolanos crece, zonas como Bucaramanga, Cúcuta, La Costa Atlántica las reciben. En la capital, el mesero de la panadería de barrio, la vendedora de artículos de celulares, la que vende arepas en las calles son venezolanas. Antes era impensado encontrar una persona de otro país pidiendo plata en el transporte público, y ahora no, de todas las clases sociales están viendo a Colombia como una opción para salir del infierno en que viven. Es un gran reto el que tenemos como país y sociedad es recibir y ayudar a esta masa de gente, que por primera vez llega a nuestro territorio, lo común es que seamos un país donde sus ciudadanos emigran, pero en este caso recibiremos inmigrantes que necesitan trabajo, salud, estudio y suplir sus necesidades básicas. Vamos a conocer la naturaleza y solidaridad del colombiano. Ya empieza el run run en la calle de cómo van a venir a quitarnos el trabajo, o primero solucionemos los problemas antes de pensar en los venezolanos que llegan día a día, se ve con desdén y con desconfianza con una actitud xenófoba ante un fenómeno que por primera vez estamos experimentando. ¿ Que hacer ante la situación de los venezolanos en Colombia? Los debates en los medios de comunicación son constantes, las personas en las calles lo comentan unos a favor, otros en contra y mucho posando con una actitud conciliadora pidiendo que nos metamos en nuestros problemas antes que en el de los demás, el famoso refrán no mires la viga en el ojo ajeno. Parar la inmigración es imposible, seguirán llegando cada vez más si la situación no mejora y al contrario tiende a empeorar por las medidas tomadas por el gobierno de Maduro, el alcalde Peñalosa esbozo la idea de darle ciudadanía al que lo pida, que entre en el círculo legal colombiano y que aporten como reciban, así será más fácil que obtengan ayuda de los diferentes entes estatales. Mientras el gobierno nacional, no vea esto como un verdadero problema y pida ayuda a entes internacionales para apoyar a esta población. Seguirá creciendo y convertirse en un problema mayor antes de tomar medidas, de parte de los ciudadanos recibir al que necesita y apoyarlo, piensen en todos los compatriotas que a lo largo de la historia vivieron el destierro o como querría que lo tratarán si está en otro país buscando un futuro.  

APOYO DIPLOMÁTICO AL PUEBLO DE VENEZOLANO

Cuando en los espacios diplomáticos se habla de apoyo a Venezuela, se habla de un apoyo del pueblo a Venezuela, se indica: En primer lugar, que no se reclama “un apoyo al Gobierno de Nicolás Maduro” por cuanto, independiente de su capacidad para el cargo, lo cual en sí mismo es cuestionable, es un personaje que no solo carece de vergüenza, sino, ante todo, de dignidad para presidir un gobierno supuestamente democrático, contra la misma voluntad de un pueblo. Porque para ser un gobierno democrático no basta ser elegido popularmente, sino que también es necesario  mantenerse popularmente y obrar en beneficio de la sociedad. Y precisamente la consulta hecha a mediados del mes de julio del presente año, mostró la voluntad popular de una renovación o cambio de quien regula el poder presidencial. De allí que no  solo sea indigno ese gobierno, y su fraudulenta constituyente, sino también el reconocimiento diplomático que aún le mantienen unos gobiernos extranjeros. Por lo que los Venezolanos esperan más bien, un reconocimiento diplomático  al pueblo Venezolano mismo, a la Asamblea Nacional legítima y al futuro gobierno de transición que se encuentra en formación por parte del pueblo Venezolano,  comenzando por las organizaciones internacionales que han manifestado su apoyo al pueblo venezolano, para que luego continúe con los gobiernos extranjeros. Así lo ha hecho más de la mitad de los países latinoamericanos y la unión europea.

EL DESAMOR

*Marta Sáenz Correa El pasado 11 de julio el director general del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, Carlos Eduardo Valdés, hizo la presentación del documento” Forensis 2016 datos para la vida”, en la que manifestó su preocupación por la violencia reinante en nuestro país (intrafamiliar, de pareja, hacia la mujer, los niños y las niñas), e hizo énfasis en el problema de los suicidios. El suicidio es un problema de salud pública que ha generado gran preocupación en los profesionales de la salud.  Durante el 2016 se reportaron 2.310 suicidios, 242 casos más que en el 2015, y se observó un alto registro de este fenómeno en los jóvenes entre los 20-24 años y los 25-29 años; 270 y 228 casos para los hombres, mientras que en las mujeres entre los 15-17 y 20-24 años, ocurrieron 71 y 57 casos respectivamente. Me llamo mucho la atención que la segunda causa de suicidio en Colombia es el desamor. El informe de Forensis, que analiza las causas de muerte en el país, encontró que el 39 % de los suicidios se deben al desamor. Otro aspecto que llama la atención es que se suicidan más hombres que mujeres por problemas del corazón. En la vigencia anterior 87 mujeres y 338 hombres se quitaron la vida por esta causa. Las principales formas de suicidio fueron la asfixia, el uso de tóxicos y las armas de fuego. Por lo anterior, hoy le dedicaremos un espacio al a las desilusiones amorosas. El desamor se define como un estado de parálisis psicológica, desorientación y vacío. Muchas de las personas que atraviesan este proceso no saben qué hacer y, por ende, necesitan apoyo y ayuda de los que lo rodean. Para la persona afectada, la terminación del vínculo sentimental significa la pérdida de su mundo, se siente sola, sin rumbo, desubicada y confundida. Las personas que más se sienten afectadas y aterrorizadas frente a la ruptura sentimental son aquellas que idealizaron a su pareja, y nunca tuvieron como alternativa la terminación sentimental. En casos extremos la confusión y la inestabilidad emocional las puede llevar a cometer suicidio. Lo más recomendable ante una situación de desamor es llegar a la aceptación de la ruptura, atravesar por el proceso de rompimiento y expresar los sentimientos que tenemos dentro. Es de vital importancia que la persona afectada hable sobre la frustración, impotencia, desengaño y decepción que su expareja le ha causado y que, de alguna manera, descargue la rabia que siente hacia esta. Recuerda que nadie te pide que borres por completo la relación vivida, intenta integrar el ayer de una forma positiva en tu presente y en tu futuro. El suicidio es un indicador que permite reconocer el estado de bienestar de un individuo en sociedad utilizando la muerte para reflejarlo. La gran mayoría de los suicidios son evitables, el 80% de las personas suicidas avisan de su intención y el 50% mencionan abiertamente su deseo de morir.