UNA VISITA QUE ALEGRÓ AL PAÍS

Por: Germán Archila @Germancho101 1.600.000 personas en Bogotá, 1.300.000 en Medellín, 600.000 en Villavicencio y 600.000 en Cartagena, esa cantidad de personas asistieron a los diferentes actos litúrgicos que realizó el PAPA Francisco durante su visita en Colombia. Muchos comentarios entre los que me incluyo se manifestaron en contra del dinero que el Estado dispuso para la venida del máximo representante de la iglesia católica, todavía pienso que la Iglesia Católica debió correr con todos los gastos de la visita, se hablan de 21 mil millones de pesos, pero luego de terminada la travesía del Papa, mi percepción cambio y una de las responsabilidades del gobierno es hacer felices a sus ciudadanos, y una mayoría significativa vivió días de ensueño. Conocer historias de diferentes personas que se desplazaron desde los puntos más alejados del territorio colombiano, con la única intención de escuchar las palabras de Francisco o simplemente verlo pasar en Papamóvil, la cobertura de los medios fue intensa y la verdad la mayoría de los televisores estaban sintonizados en las diferentes transmisiones de la hora a hora del recorrido del Jerarca. Movió el turismo y la economía, posiblemente la inversión se libró, pero fuera de los réditos económicos, hay que revisar otros aspectos y es que los ciudadanos se sintieron y se vieron felices, los mensajes de paz, fraternidad, reconciliación que dejo Francisco por lo menos en esos días fueron recibidos por la población y cualquier mensaje que genere reflexión en una sociedad tan polarizada y divida como la colombiana es de aplaudir. En Bogotá durante la estadía del PAPA no se presentaron muertes violentas, parecían días festivos, la gente lo esperaba en la nunciatura tanto cuando salía como cuando entraba, felicidad absoluta si recibían una mirada, un saludo o un toque del Santo Padre, muchas personas que no son practicantes del catolicismo, se mostraron con fervor ante la llegada del Vaticano. Claro que hubo excesos, como la desmedida atención mediática que recibió la visita, durante estos días no se habló de las FARC, La Corrupción, Venezuela y hasta el ex presidente Uribe paso a un segundo plano en la temática nacional, otro de los osos fue el ocurrido en Cartagena donde pretendieron esconder la pobreza para que no se viera en la visita, intentaron ponerle un muro y demás acciones reprochables que muestra nuestro afán de aparentar lo que no somos. En fin, cuatro días de FRANCISCO en Colombia que alegraron a una mayoría del país y generó reflexión en los ciudadanos, aunque 2 semanas después vamos a seguir con los mismos dilemas morales y problemas sociales, solo espero que en miras de la igualdad a cualquier líder religioso que nos visite el gobierno le preste el mismo apoyo para que su mensaje llegue a sus seguidores. Y por último si el País se va comportar como en esos cuatro días, bienvenido FRANCISCO las veces que desee por estos lados.  

Qué hacer ante la adversidad

*Marta Sáenz Correa Nadie está exento de los vaivenes de la vida, y es en los momentos de adversidad cuando atravesamos emociones muy poderosas como la tristeza, la impotencia, la frustración, produciendo en nosotros un intenso desequilibrio emocional. Ante una situación difícil usualmente nos negamos a reconocer que nos afecta y duele, pero el dolor es necesario porque nos ayudará a reconstruir lo sucedido y a asumir la pérdida. La adversidad, es más que un apuro o un contratiempo y podríamos definirla como una serie de dificultades que pueden causarte desesperanza y depresión y evitan que logres tus metas y encuentres la felicidad. Cuando la adversidad nos golpea y experimentamos esas emociones tan poderosas, resulta beneficioso expresar aquello que sentimos con algún familiar o amigo, o a través de la escritura para ser más conscientes de lo que no sucede y podamos liberar algo de la carga emocional que llevamos día a día. Según la American Psychological Association, ante la adversidad tenemos en común una misma cosa: un flujo de fuertes emociones difíciles de manejar, combinado con un sentido de incertidumbre hacia el futuro. En esta situación, hay personas que se hunden más fácilmente que otras, y encontramos en un extremo a quienes no levantan cabeza tras un golpe de la vida y, en el otro, a quienes se esfuerza en ver las oportunidades que se presentan en medio de la desgracia. Las situaciones difíciles son imprescindibles, por lo que requieren iniciativa y valentía; de nada sirve venirse al suelo y derrumbarse. Tenemos derecho a sufrir el impacto unos días mientras lo asumimos, pero después debemos levantarnos y luchar con ganas, fuerza y optimismo. Para seguir ilusionándonos y formar parte de un mundo y una familia que apuesta por nosotros, se requiere compromiso con uno mismo, con los demás, y con la vida. El compromiso exige fuerza interior, autoestima, valentía y de nuestro empeño para levantarnos y seguir siendo nosotros mismos. Quizá te sientas solo e incomprendido, pienses que tus problemas te sobrepasan o que son mayores que los que otros afrontan. Pero a pesar de lo que creas, tú también puedes levantarte y seguir adelante. Las relaciones fuertes y sanas constituyen un enorme apoyo ante situaciones de adversidad. Pero las relaciones no se construyen en un día, hemos de hacerlas crecer con respeto, cariño, confianza y honestidad. Por ello, céntrate en construir relaciones duraderas con las personas que te rodean. Finalmente, si quieres superar una adversidad, tienes que concentrarte en los aspectos positivos de tu vida o en las cosas buenas que esperas te sucedan y verás que hay más razones por las cuales sentirte feliz y luchar de las que crees. No podemos evitar la adversidad, pero si cómo reaccionar ante ella. Una situación difícil brinda la ocasión para aprender un poco más sobre nosotros mismos.