En esta época de la postverdad, donde se crean noticias falsas en las redes sociales que aparentan verosimilitud se hace necesario estar prevenidos contra los fantasmas sociales
Porque los fantasmas, entendidos en el sentido estricto, como aquellas apariciones que carecen del cuerpo real o esencial que tratan de expresar, no solamente han existido, sino que aún siguen existiendo, pero de una forma diferente.
En efecto, es bien sabido de muchos relatos antiguos de la humanidad que involucran las apariciones de fantasmas, especialmente de espíritus de las personas fallecidas respecto de los cuales la mente humana se ha generado un temor general hacia ellos, entre otros, por no tener un control sobre los mismos.
Sin embargo, son muchos más perjudiciales y muchos más numerosos, los actuales fantasmas sociales, esto es, aquellas creaciones imaginarias de entes que efectivamente no existen, hechas por otros entes que si existen realmente, quienes emplean aquellas creaciones para engañar, coaccionar y defraudar a los demás en los campos de la vida social en que se desempeñen.
En efecto, así encontramos a las creaciones fantasmales de los nuevos alumnos o de las nuevas personas afiliadas a la salud, con el fin de obtener y apropiarse de los subsidios estatales de ellos. Y lo mismo acontece con la organización de instituciones fantasmas, como fundaciones, institutos, etc. que se constituyen por parte de inescrupulosos para obtener y apropiarse de los beneficios de estas, e, incluso, para aparentar una vocación de servicio social, o para aparentar un poder real (como sucede con las sociedades o entidades de papel, etc.) Y ello también suele darse, hoy con mayor razón, en las personas naturales y jurídicas fantasmagóricas, que actúan dentro de la red electrónica, que no solo ocultan su existencia, sino que, en algunos casos, ocultan su imagen, condiciones, características e intenciones perjudiciales.
De allí que sea necesario estar atento para evitar y combatir a los fantasmas sociales del momento, especialmente los de carácter político.