*Marta Saenz Correa.
Hoy, con mucha facilidad juzgamos a los demás y olvidamos que detrás de cada persona hay una historia y una razón. Nadie sabe lo que los otros estan pasando, y cada uno lucha su propia guerra, por lo que debemos hacer una pausa antes de juzgar.
El Psicólogo americano Lewis E. Losoncy en su libro: «Como dejar de culpar y empezar a vivir» manifiesta: cuando usted entiende que la otra persona tiene un punto de vista diferente al suyo, y no se lo toma personalmente, no le molesta, respeta su visión, incluso cuando sabe que no funcionará para usted, está desarrollando su inteligencia práctica, porque le está funcionando mejor entender el otro punto de vista que juzgarlo. Cada vez que usted dialoga con otra persona, usted decide entre dos opciones: la primera, escuchar y entender a la otra persona desde una posición de ventaja del otro, o la segunda, juzgar al otro desde una ventaja propia.
Algunas personas cometen el error de concluir que escuchar para entender a alguien significa estar de acuerdo con ella, sin embargo, escuchar sin juzgar es un proceso que se enfoca en entender el punto de vista de la otra persona desde su propio mundo. Juzgar implica escuchar al otro desde la perspectiva de un juez. Por tanto, podemos entender a la otra persona y estar en desacuerdo con ella. Escuchar sin juzgar no es ni concordar ni discordar, es un intento de atender sin la interferencia del punto de vista personal. De esta forma, el mensaje de la otra persona se hace más preciso y real.
También precisa el autor, que la principal barrera para comunicación interpersonal es nuestra tendencia a juzgar, evaluar, aprobar o desaprobar las declaraciones de la otra persona o grupo. Aunque esta tendencia a hacer juicios es común en casi todos los intercambios de lenguaje, está mucho más enfatizada en aquellas situaciones donde los sentimientos y las emociones están profundamente involucrados. Así, que cuanto más fuertes sean nuestros sentimientos, es más probable que no haya un elemento en común en la comunicación.
Para finalizar, el doctor Losoncy nos recomienda unas estrategias para entender: tener la determinación de crear un ambiente seguro y de compresión, para resistir la tendencia natural a interrumpir, juzgar y culpar; crear una atmósfera en la que el otro se siente seguro de hablar sobre sus preocupaciones; ser cálido, una persona cálida se centra en los intereses del otro; manifiesta una escucha efectiva, esto es, un deseo a fondo de entender el mensaje del hablante; y, por último, estar completamente presente, a salvo, tranquilo, sensible, y en sintonía con las palabras y sentimientos del otro.