No Juzgues, vive
*Marta Sáenz Correa Es impresionante ver cómo hoy en día nos dejamos influir por las apariencias, los chismes y los malos entendidos que nos llevan a juzgar, criticar, e incluso a destruir el honor y el buen nombre de una persona. Cuando se critica o se hacen conjeturas básicamente se limita la verdad, se impone su punto de vista y lejos de darse una oportunidad para comprender lo que sucede, se cierra la posibilidad del dialogo. Reflexionemos cuantas veces el prejuicio nos privó de conocer a una persona que nos podría haber aportado mucho a nuestras vidas; no es poco frecuente juzgar a los demás conociendo poco de ellos. Ahora bien, pese a que no nos gusta que nos juzguen de manera incorrecta es habitual hacerlo a otras personas, incluso sin darnos cuenta del daño que les generamos. La mayoría de nosotros nos damos el derecho a opinar sobre como los demás deberían de pensar, actuar, sentir, o llevar su vida; creemos que nuestra realidad es aplicable al resto del mundo, y solemos criticar lo que no encaja con nuestra visión o lo que no entendemos. Lo peor de todo es que pasamos tanto tiempo juzgando a los demás, que muchas veces no invertimos el tiempo necesario en mirarnos a nosotros mismos y reconocer nuestras propias limitaciones. La forma en la que juzgamos a los demás es una extensión de cómo nos juzgamos a nosotros mismos, y algunos estamos tan acostumbrados a ser excesivamente críticos y exigentes con nosotros mismos, esta tan normalizado en nuestra estructura cognitiva, que ni nos percatamos de ello. Cuando te sorprendas criticando a alguien, detente un momento y pregúntate que es lo que ha suscitado esta reacción hacia la otra persona. Cuando somos capaces de entendernos mejor y aceptar tanto nuestras virtudes como nuestros defectos, no solamente desarrollamos una mayor compasión hacia nosotros mismos sino también en general hacia los demás. Para finalizar, no olvidemos que todos somos diferentes, por lo cual no puedo juzgarte a ti según mis valores, prioridades, o gustos personales; tú eres una persona distinta, tienes tu propia forma de pensar y de actuar; tampoco puedo juzgarte sin conocerte y, menos todavía, sin hacer el intento siquiera de entender las razones de tu comportamiento. No sé nada de tu historia, de tus necesidades, de las circunstancias que hacen que actúes así. Juzgarte a ti no me da la alegría que me falta ni, a la larga, me hará mejor como persona. Por todo lo anterior, es importante aprender a no juzgar, precipitarse y crear ideas falsas e incompletas, y si vamos a juzgar a alguien, que sea con todas las pruebas.
RUMBO GUBERNAMENTAL CIERTO?
A raíz de la posesión del nuevo gobierno del Dr. Iván Duque Márquez, la sociedad colombiana aguardaba expectante un rumbo certero del país que reflejara el talante del Presidente posesionado, pero el contraste entre el discurso del Presidente del Congreso, miembro del partido triunfador del Centro Democrático, con el expuesto por señor Presidente, han puesto de presente su divergencia que, en vez de mostrar matices, pone de presente perplejidad no tanto en la clase política, sino en los colombianos. Porque mientras el discurso del Presidente del congreso, no representaba a todos los congresistas, ni mucho menos a todos los colombianos, ni menos a la Nación Colombiana, sino a un partido político, el Centro Democrático; el del Presidente de la república, por el contrario, trató de reiterar las propuestas de la campaña que fueron acogidas por los electores. Pero lo que más ha sorprendido a los colombianos es que, so pretexto de hacer un balance de cuentas al gobierno saliente por parte del antiguo partido de oposición, no solo se hubiese hecho dentro de un acto de reconocimiento internacional a la democracia colombiana, sino que, con el reconocimiento su líder el expresidente Uribe, también hubiese pronosticado divergencia entre el pensamiento del partido de gobierno y el jefe de dicho gobierno. Y ello lo corrobora el desmonte de este partido de la participación de la consulta anticorrupción, mientras que el Presidente del mismo partido se mantiene en su promesa de apoyo. Puesto que tales hechos, de una parte, revelan que al partido político del centro democrático, le interesa más las rencillas, animadversiones, odios y venganzas personales de los expresidentes Santos y Uribe, que la buena imagen y la dignidad del país ante la representación internacional. Y, de la otra, que tales comportamientos ambivalentes de la orientación del Centro Democrático y del Presidente de la República, hayan sido acordados o no, socavan la confianza pública de los colombianos en el rumbo del gobierno entrante y del partido al cual pertenece. Porque, a juicio del ciudadano de a pie, de nada sirven las propuestas de aquel, si no hay armonía con el partido o la coalición del gobierno en el legislativo, pues su destino aparecería como incierto.