DEPORTE IMPULSO SOCIAL

Germán Archila Gutiérrez @germancho101    83 medallas en los Panamericanos de Lima 2019, de las cuales 28 de oro sumo la delegación colombiana, deportes como Atletismo, Ciclismo, fútbol, pesas y Boxeo, ayudaron a conseguir el mejor resultado de Colombia en unos juegos, otros deportes que dieron la sorpresa como Surf, Tiro con Arco, Natación demuestran el potencial que tiene el país a nivel deportivo. Todo arranca después de 1996, cuando Colombia se devuelve de los olímpicos con cero medallas, empieza un reto y es consolidar a Colombia como una potencia en la región a nivel deportivo, para esto ahí un muy buen trabajo de sincronización entre Coldeportes y el Comité Olímpico  Colombiano, quienes deciden darle prioridad a ciertos deportes donde el país es fuerte y el prototipo de atletas son más fáciles de conseguir. En Sídney 2000 Colombia consigue su primera medalla de Oro, en Levantamiento de pesas con María Isabel Urrutia, lo que impulsa más a que el estado le preste más presupuesto y atención al deporte, pero todo tiene un proceso y los grandes resultados se empezaron a dar en el ciclo olímpico de 12 años después, el camino a Londres consolido deportes y convirtió a Colombia en una sorpresa a nivel deportivo, Guadalajara 2011 le permitió a los deportistas colombianos una cosecha de 24 Oros, 10 más que en el 2007 y quedando sexta en el medallero por encima de Argentina, eso se le sumaba al título de odesur realizado en Medellín en 2010. Pero el despegue llego en Los juegos Olímpicos de Londres 2012, donde Colombia consiguió por primera vez en la historia 8 medallas Olímpicas, y la segunda dorada con Mariana Pajon en el BMX, casi el 70% de lo conseguido en los más de 100 años de historia de los juegos, en 2016 se repitió la hazaña con las mismas 8 medallas, pero esta vez con 3 oros, BMX, Atletismo y Halterofilia, cada vez que Colombia enfrenta un desafío del ciclo olímpico se ven los progresos, y esto se debe en gran parte a la apuesta que se ha hecho a nivel gubernamental desde hace varios años sin importar el presidente. Las claves de esta evolución esta en inversión en Infraestructura para competir, Medellín, Cartagena, Santa Marta, Barranquilla han sido escenarios de juegos Bolivarianos, Centroamericanos y del Caribe, inversión en escenarios ha sido un puntal de este desarrollo, aunque ahí escándalos como los juegos nacionales del Tolima, las cosas en este punto han sido buenas para el país, otra de las estrategias ha sido apoyar al atleta que tiene posibilidades con su trabajo que gane un sueldo, que se convierta en un atleta de élite, lo que significa que el deporte es su forma de vida y no lo debe alternar con otras actividades, en este espacio nos encontramos atletas como Katherine Ibarguen, Yuberjen Martínez, Oscar Figueroa entre otros que son verdaderas glorias del deporte nacional. Y cada vez se dan más pasos a que el deporte se convierta en un efecto de transformación de la sociedad, coldeportes pasa a ser Ministerio, se vinculan estrellas deportivas para que recluten y viajen por el país dando ejemplo y compartiendo experiencias para las nuevas generaciones, se traen entrenadores extranjeros para que potencien nuestros deportes como se hizo en su momento con Búlgaros y Rusos para Halterofilia o el caso de Rizola en Vóleibol que permitió al país conseguir una medalla de plata por primera vez para el vóley en unos panamericanos. El camino esta trazado, aunque en redes sociales se critican a los gobiernos por el poco apoyo a los deportistas, la realidad es otra y estos triunfos no han salido de la nada, cuando las medallas son recurrentes no se pueden tomar como casos aislados como en la época de Belingroth o Ximena Restrepo. Obvio que falta mucho y apoyar más disciplinas deportivas, pero ya hay una consciencia de país que cada niño o joven que dedique al deporte, es un niño o joven que se le gana a la violencia, por eso el deporte definitivamente fuera de unir y dar alegría al país, es un impulso para la sociedad.

Acepta la realidad

Marta Sáenz Correa. En la vida nos vamos encontrando con situaciones que no se desarrollan como deseamos, que nos generan estrés y alteran nuestra paz, y la solución para que nuestro bienestar emocional no se desequilibre es la aceptación. No siempre todo puede ser de nuestro agrado, ni todas las personas que nos rodean pueden ser iguales que nosotros, por ello, la aceptación va ser tu mejor aliada para llevar una vida más tranquila y sosegada. La aceptación es un acto mental de madurez y de tolerancia a la frustración. Asumir la realidad, aceptar lo que está pasando, centrarse en el presente, son actos que nos sitúan en la posibilidad de actuar, de solventar lo que quiera que suceda o simplemente de vivir lo que sí está ocurriendo. Si nos negamos a aceptar la realidad tal y como es, aparece el autoengaño, la depresión y la frustración. La palabra aceptar, se podría asociar con connotaciones negativas; la confundimos con dejadez, con no salir de la zona de confort y con falta de esfuerzo. Pero nos referimos al concepto de aceptación con la connotación bienestar; esforzándonos en aquello que elegimos y depende de nosotros, y aceptando las cosas que no están en nuestro alcance. La resistencia es el mecanismo que se encarga de que nos opongamos a la realidad y va acompañado de sentimientos como la rabia, ira, rechazo o la indignación, es decir, todo un arsenal emocional destructivo que nos priva de la calma y la tranquilidad, desequilibrando nuestro entendimiento la mayoría de veces. Es fácil confundir aceptación con resignación, cuando en realidad nada tiene que ver lo uno con lo otro. La aceptación es un acto mental, una forma de pensar nos recuerda que podemos aprender a fluir con la vida y reconocer lo que hay en el presente. Tampoco significa renunciar a cambiar las cosas. Al estrenarnos en el aceptar, estamos diciendo sí a una vida que no está anclada en el miedo, al resentimiento o la ira y podemos vivir con mayor serenidad. Se trata de aceptar y reconocer el valor de lo que configura nuestro entorno, dejar de resistirse y luchar, y amar nuestras circunstancias para mejorar desde ese punto de partida. Quizás no sea nuevo el hecho de que la aceptación es condición sine quo non para encontrar cierta paz ante aquellas circunstancias de la vida que no podemos controlar, que son la mayoría.

Emociones Destructivas

Marta Sáenz Correa. Uno de los libros más emocionantes de Daniel Goleman se titula “Emociones destructivas”, esas que afectan nuestras palabras y acciones, se rigen por meros impulsos y evidencian lo peor de nosotros mismos. En el texto, el autor se plantea dos interrogantes: ¿Por qué el ser humano es capaz de cometer actos violentos?, y ¿Por qué personas en apariencia inteligentes y racionales tienen comportamientos destructivos? Estos, son básicamente estados internos que ponen límites a nuestro potencial y bienestar y que pueden poner de manifiesto lo peor de nosotros mismos. En esta obra, Daniel Goleman nos habla de cómo oriente y occidente han desarrollado formas muy distintas para controlar las emociones negativas o destructivas. Tanto el budismo como la psicología moderna están de acuerdo en un aspecto: en nuestras manos está controlar esos impulsos o tormentas internas, tenemos los recursos y podemos hacerlo. En occidente la tecnología, la medicina, los laboratorios se han centrado en la elaboración de ingeniosos compuestos químicos para ayudarnos a superar las emociones tóxicas. En oriente encontramos otros caminos, igual o más efectivos, que requieren esfuerzo y se basan en el entrenamiento mental. El budismo afirma explícitamente que la formación es el mejor de los antídotos para contrarrestar la vulnerabilidad de la mente a las emociones tóxicas. La forma más efectiva de acercarnos a controlar nuestras emociones la encontramos en la constante práctica, en el entrenamiento mental y en la meditación. La mayor parte del sufrimiento humano se deriva de las emociones destructivas como el odio, que alienta la violencia, o el deseo, que promueve la adicción. Una de nuestras principales responsabilidades es la de reducir el costo humano del descontrol emocional. Cuando calificamos de negativa una emoción, no queremos decir con ello que debemos rechazarla, sino que es negativa en el sentido de que redunda en una menor felicidad, bienestar y claridad y en una mayor distorsión de la realidad. Las emociones pueden ser difíciles de dominar, intensas, incapacitantes e irrumpir en nuestra mente. Si no somos capaces de dominarlas podemos tener problemas de salud, conflictos en nuestras relaciones, y tomar decisiones equivocadas. Nos enseñan a reprimir las emociones desde pequeños en lugar de reconocerlas, aceptarlas, y expresarlas en forma asertiva. Debemos adoptar una actitud lógica, madura, realista, y equilibrada frente a las emociones, en la convicción de que para relacionarnos con libertad y evolucionar en la vida, se hace precisa cierta flexibilidad. Recuerda, una persona inteligente emocionalmente: identifica, usa, entiende y regula sus emociones.

UTILIDAD DE LA CONECTIVIDAD

La conectividad siempre ha existido, pero de manera diferente. Puesto que el ser humano siempre ha tenido la necesidad de estar no solo vinculado con algo, sino también conectado con esto, ya que esta ha sido la función primaria de la subconsciencia y de la conciencia, esto es, de autodirigirse sin o con darse cuenta de lo que percibe, siente y piensa. Y precisamente en desarrollo de la actividad mental no solo ha permitido su vinculación con la inteligencia, la razón, la imaginación y la intuición, sino que también ha trascendido al mundo exterior estableciendo las relaciones con las cosas, las personas y los grupos sociales. Y con base en ello se han multiplicado todas las relaciones de la humanidad con todos los elementos del planeta y de sus miembros. De allí han surgido las organizaciones sociales, culturales, religiosas, políticas, educativas, económicas, etc. Sin embargo, en la actualidad ha tomado importancia la conectividad electrónica, debido principalmente a su masificación universal, pasando a ser uno de los medios de comunicación social de la población. Con todo, es indispensable saber que la conectividad electrónica, como cualquier medio, inclusive la lengua hablada, no solo es un medio de comunicación, esto es, una forma para poder emitir y recibir una manifestación que permita ser entendida para comprender y establecer una opinión o comportamiento sobre algo; sino que también es un medio que puede prestar utilidad para otros fines. Sin embargo, dicha utilidad no debe determinarla la costumbre del manejo de las redes sociales, porque queda limitada a los aspectos personales de perfiles, amistades, relaciones familiares y compañerismo, o a aspectos meramente informativos,  curiosos o entretenidos, que si bien son importantes en la sociabilidad, no es menos cierto que suelen ser improductivos. Por esa razón, lo más aconsejable es aprender a darle otro tipo de utilidad, como la educativa, laboral, orientadora, participativa, deportiva, investigativa, etc.; y dejar de ser utilizados por los operadores de servicios.

ENTIDADES TRADICIONALES SIN ÁNIMO DE LUCRO: ¿SUBSISTEN?

A raíz de las dificultades que suelen presentar las actuales entidades sin ánimo de lucro, como sucede con las Universidades, los hospitales, las fundaciones y asociaciones, resulta necesario no solo la revisión de su regulación legal, sino, ante todo, la concepción y la funcionalidad que suele dárseles. Porque si bien es cierto que las entidades sin ánimo de lucro fueron el germen de las actividades privadas en beneficio de la sociedad, lo cierto es que su desarrollo ha variado a través de la historia. En efecto: Inicialmente surgen como fundaciones, esto es, como capital destinado por el acaudalado para fines sociales (v.gr. caridad), hasta su agotamiento, sin la perspectiva de su conservación y fortalecimiento. Pero posteriormente surgen los esfuerzos conjuntos (v.gr. asociaciones) para beneficios sociales, que han tomado diversas naturalezas, como los de fondos mutuos, cooperativas, partidos políticos y empresas sociales. .No obstante lo anterior las entidades sin ánimo de lucro actualmente se caracterizan, no porque no persigan obtener lucro, esto es, utilidades, ganancias, provechos, compensaciones, contraprestaciones, aportes, etc.; sino porque no distribuyen utilidades entre sus miembros sino que ellos, se reinvierten en su sostenimiento, ampliación y renovación, sin perjuicio del reconocimiento de ciertos beneficios a sus asociados. De allí que las entidades que no entiendan su función estén destinadas a desaparecer o a depender de sus miembros. Lo primero suele obedecer debido a los incrementos de gastos y a la tendencia de sus miembros a vivir parasitariamente del presupuesto de la persona jurídica, tal como también suele suceder en ciertas empresas familiares. Y lo segundo acontece, por ejemplo, con las asociaciones que dependen de cuotas de sostenimiento de sus miembros o de aportes externos o estatales, porque estos no permiten su crecimiento, sino que, por el contrario, facilita su decrecimiento como consecuencia del incremento de gastos en sus relaciones económicas. Lo anterior encierra la necesidad de que estas Entidades hagan un replanteamiento de la explotación del patrimonio privado y su función social, a fin de hacerlas no solo sostenibles sino también progresivas.