¿GOBIERNO PANDÉMICO?
Después de transcurrido más de cuarenta días que ordinariamente ha debido tener l pandemia, y esta no ha terminado, toda la sociedad ha comenzado a hacer una evaluación preliminar sobre ella ,habiéndose encontrado perpleja sobre el resultado de las medidas del Gobierno Nacional y de los Gobiernos locales. Porque, de una parte, ninguna de esas medidas ha estado dirigida directamente a combatir la enfermedad, puesto que su finalidad ha estado en evitar que el sistema de salud no colapse, dejan-do que aquella se recupere por la acción social ( tapabocas, lavado de manos y aislamiento social) y el transcurso del tiempo. Pero tampoco son positivas las apreciaciones sobre las medidas gubernamentales adoptadas, puesto que ya comienzan a escucharse críticas en todos sus propósitos, ya que en materia de salud no se han llegado en este momento a 4.000.000 de contagiados, como lo pronosticó el Mi misterio de Salud .Tampoco se ha logrado a este momento la adecuación del sistema de salud con las UCI( unidades de cuidados intensivos).Por su parte, el Noticiero oficial del señor Presidente de la República ,tampoco ha logrado informar bien a la ciudadanía, sino desinformarla o, por lo me nos, ha generado en ella un desconcierto o una desconfianza en su efectividad. De igual manera, su pretendida transparencia ha creado la sospecha de corrupciones contractuales, prebendas publicitarias, etc. Además, las medidas gubernamentales derivadas no de la epidemia sino de la cuarentena deficientemente adoptadas no solo ha destruido más de miles empresas y más de ocho millones de empleos, sino que sigue destruyendo más de aquellas y de éstos, sin que los llamados alivios y préstamos sirvan para impedirlos, ni para restablecerlos Pero, más aún, tales medidas no solo han puesto de manifiesto el abuso y la ineficiencia de los alcaldes y gobernadores en cuanto s su función, movilidad y transporte, sino que, lo más grave, es que ellas han permitido establecer la deficiente reglamentación e intervención de la Corte Constitucional y de los jueces en la protección oportuna de los derechos fundamentales de los ciudadanos, cuando estos son vulnerados por el autoritarismo de las autoridades en estas emergencia y el deficiente con trol político pertinente. Con todo, de esta evaluación toma mayor relevancia el descontento social de los diversos sectores de la sociedad que se han visto afectado por estas medidas , tales como las familias, por su encierro extendido; los mayores adultos, por su trato indigno; los estudiantes y universitarios, por la baja calidad académica de la educación virtual; los trabajadores informales, por impedirles el desarrollo de su trabajo ;los trabajadores formales y los pensionados, no solo por desprotección y agravamiento de sus condiciones, sino por la imposición desigualitaria de una carga impositiva; los nacionales que se encuentran en el extranjero, por su abandono o actuación negligente de su repatriación ; y la sociedad en general, que siente no solo la asfixiante exigencia de permisos para sobrevivir, auto cuidarse y ejercer sus libertades y derechos , sino también el inminente riesgo del incremento de la pobreza y de la amenaza del aumento de la pobreza extrema y de la miseria. Todo lo anterior, permite preguntarse si es ahora el Gobierno de Duque un Gobierno pandémico que requiere se someta al lavado, ¿la descontaminación y al aislamiento de la orientación nacional?
Nos falta Prudencia
Marta Sáenz Correa. Cuantas discordias, pleitos, enemistades, separaciones, decisiones erradas, y conflictos nos evitaríamos si calláramos en lugar de explotar, y cuanto ganaríamos si actuáramos con prudencia. Si somos personas sujetas a nuestras emociones, seremos esclavos de ellas y nos expondremos a muchos problemas. Una persona prudente se caracteriza porque sabe cuándo hablar y callar, y cuando actuar o abstenerse de hacerlo, así como por su comportamiento cauteloso. La prudencia es el arte de decidir bien, e implica el dominio de las reacciones y emociones; es la capacidad que tiene una persona de tomarse un tiempo para juzgar una realidad o para conocer a una persona tal y como es; es la sabiduría de reflexionar para tomar decisiones de forma óptima. Además, la prudencia se asocia con la búsqueda del bien en las acciones con un criterio de justicia, es decir, hacer lo correcto de acuerdo a las normas que diferencian el bien del mal. El valor de la prudencia es fundamental en una vida plenamente consciente porque te ayuda a reflexionar sobre las consecuencias de tus actos antes de realizarlos. La prudencia es una cualidad que disponen algunas personas que lo llevaran actuar y conducirse en la vida con suma precaución y reflexión, evitándose por tanto el desencadenamiento de posibles daños sobre su persona u otros por un obrar anticipado e intempestivo; normalmente quien actúa bajo el mando de su impulsividad no se detiene a pensar y puede cometer graves errores. La prudencia se relaciona con otras virtudes como la tolerancia, discreción, sensatez, cautela, sabiduría, madurez, discernimiento, mesura, compostura, templanza, tacto, precaución, equilibrio, ecuanimidad, entereza, serenidad. También debemos decir que en quien actúa con imprudencia hay una ausencia de responsabilidad y de compromiso social, porque no se piensa en sí mismo y mucho menos en los demás. Por lo tanto, aun cuando dominar los impulsos es sin duda un trabajo difícil de realizar, es el camino que desemboca en la prudencia. En la práctica, prudencia es pensar antes de actuar, dar un concepto objetivo luego de informarse a fondo, evitar las injusticias, ser oportunos al hablar y al actuar, ser asertivos y empáticos. En resumen, el valor de la prudencia nos hace tener un trato justo y lleno de generosidad hacia los demás, edifica una personalidad recia, segura, perseverante, capaz de comprometerse en todo y con todos, generando confianza y estabilidad en quienes le rodean, seguros de tener a un guía que los conduce por un camino seguro. Evita las situaciones que hieren a los demás, ten dominio de ti mismo, evita tomar caminos errados y caer en tentaciones. PARA DESTACAR: El hombre prudente solo piensa en sus dificultades cuando ello tiene algún objeto. Cuando no, piensa en otra cosa. Bertrand Russell.