Por: Marta Sáenz Correa
Cada día se hace mas difícil que las personas que nos rodean nos escuchen con atención; los celulares y las redes sociales nos distancian y aíslan de los demás, y la voz que mas les gusta oír a las personas es la suya. Muchos darían lo que sea para hallar a alguien que los escuche. Por ello, no debemos olvidar que el mejor regalo que podemos hacer a cualquier persona es escucharla. Escuchar es mucho mas que permitir que la otra persona hable mientras se espera una respuesta. Escuchar es centrar la atención en los demás y darles la bienvenida en nuestro ser, es una hospitalidad espiritual por la que invitamos a extraños a convertirse en amigos.
Cuando hablamos de escuchar a otros, nos referimos a prestar atención a sus preocupaciones, lamentos, alegrías, tristezas, esperanzas, sueños, perdidas y experiencias, con el propósito de apoyarlos y consolarlos si es del caso. Desde luego que escuchar no significa que estamos de acuerdo con todo lo que oímos. Si escuchamos con prudencia y discernimiento, podemos aprovechar la sabiduría y experiencia de la otra persona para ser mejores personas y percibir la vida desde otra perspectiva.
Cuando sacas el rato para escuchar a alguien con atención y el deseo de entenderlo, haces un recorrido a través del corazón de esa persona, se te presenta una oportunidad de ayudar a alguien, y aumenta en ti la sensación de que tus actos tienen sentido. Escuchar beneficia al que oye con atención tanto como al que es escuchado, contribuye a aumentar la confianza, evitar malentendidos, y fortalecer lazos de amistad y fraternidad. No importa si eres rico o pobre, audaz o tímido, una persona muy ocupada o si tienes tiempo libre, siempre podemos sacar un poco de tiempo para escuchar a alguien si reconocemos su valor e importancia.
El mejor regalo de Amor es Atención, afirma el escritor y pastor Rick Warren, en uno de sus escritos: porque a lo que le pongas atención va a crecer. Si le pongo atención a mi jardín, hijos, trabajo o matrimonio, ellos van a crecer. La demostración mas grande de amor no son los diamantes, flores, o chocolates, es dar atención. Por ejemplo, puedes afirmar a las personas solo con mirarlas a los ojos, lo cual esencialmente dice, » yo te valoro, lo que tengas que decir es importante porque tu eres importante para mi».
La esencia de las relaciones no es lo que lo hacemos unos por otros o que cosas nos damos mutuamente, es cuanto de nosotros mismos damos unos a otros. A veces cometemos el error de creer que porque satisfacemos las necesidades materiales a nuestros seres queridos, ya cumplimos, y hasta nos atrevemos a gritar: ¿que mas quieren ? Si les doy todo! Respuesta sencilla, ellos te quieren a ti, tu tiempo, tu atención, y quieren saber que crees que ellos importan. Los hijos no necesitan cosas; necesitan tiempo al igual que las amistades, y nada puede reemplazarlo.
En el caso de tu propia vida, el valor de escuchar se vuelve evidente a medida que pones en practica y perfeccionas tu pericia en ese tema. Lo que sacrificas en tiempo, atención, y preocupación a medida que escuchas a los demás en realidad se te devuelve en muchas formas positivas.
Para finalizar, los invito a que respondamos con sinceridad: ¿Cómo puedes practicar el dar mas atención y tiempo a las personas? Has lo que tengas que hacer para darle atención a tus relaciones. Es esencial para el crecimiento. Este fin de semana busca oportunidades para mostrar atención a las personas en tu vida. No esperes a que suceda; crea las oportunidades para hacerlo.