*Marta Sáenz Correa
En su libro, ¿Porque fracasa Colombia?, el Comunicador y Filosofo Enrique Serrano, desnuda realidades nacionales, las cuales despoja de los falsos patriotismos, recordándonos que no somos lo mejor del mundo. El titulo del libro parte de la premisa de que Colombia fracasa, que es una nación que no se comprende, y no sabe a donde va. Afirma con contundencia que somos una nación adolescente, soñadora, que todavía no sabe que va hacer cuando grande. Igual que los adolescentes, esta tratando de postergar esa toma plena de conciencia.
Con claridad afirma Serrano: Colombia es una nación de vocación mediocre. Esto no quiere decir que todos lo sean, pero una vocación así lo hace a uno del montón. Hay una mediocridad institucionalizada: seguimos contentos como estamos, aunque no sea suficiente, siempre estamos ahí, en la media, porque brillar es peligroso, es «dar papaya» para que a uno le caigan encima. Eso nos hace conservadores, no solo en el sentido político, sino en el cultural. También afirma que somos individualistas, como todo es provisional, siempre se tiene un plan B. Esa consideración hace a los colombianos avezados y audaces en lo individual, pero los problemas empiezan cuando muchos deben ponerse de acuerdo sobre algo; al pueblo colombiano le faltan los grandes consensos.
El autor, nos define como una nación de ciudadanos medianamente honestos, bien hablados, bien vestidos, aseados y corteses en sus modales, pero resignados, esnobistas, obsesionados por blanquear su sangre, deslumbrados por todo lo extranjero y dados a descrestar a los demás fanfarroneando con sus mediocres logros o sus hipócritas virtudes. Somos también un pueblo moralista de marcada religiosidad ritualista, en el que aunque la iglesia ha jugado un importante papel civilizador, practica un catolicismo con rasgos judíos.
Dentro de la generalidad, el escritor enfatiza en los rasgos culturales de los colombianos y, afirma que existe una forma de ser y de pensar que, en gran medida, nos define, nos diferencia y nos condiciona hacia el futuro. Si para Octavio Paz lo que define a los mexicanos es una profunda soledad y un miedo terrorífico a darse a conocer, para Enrique Serrano el nuestro es un país de desconfiados, de gente que pasa de agache, de temer que alguna cosa derive en algo grave que es lo que siempre esta temiendo un colombiano, de mediocres, y de conservadores incapaces de lograr acuerdos.
En conclusión, el autor nos presenta una descripción de nuestra idiosincrasia hispánica en el cual nos deja la reflexión: si somos una nación de lo que el llama de buenos alumnos, personas que quieren pasar las materias sin brillar mucho, ¿Somos los Colombianos de vocación mediocre?