Por: Germán Archila
Una de las grandes obras de nuestro premio nobel de literatura Gabriel García Márquez tiene como nombre Crónica de una muerte anunciada, y eso es lo que vivimos en Colombia cada cierto tiempo, esta vez la tragedia ocurrió en uno de los departamentos olvidados del país Putumayo, Mocoa su capital sufrió a causa del invierno avalanchas que se llevaron a su paso casas, calles y personas, más de 200 muertos deja esta calamidad.
En estos momentos el gobierno todavía está con los ojos en esta parte del territorio nacional, del cual no se habla mucho durante el año, la solidaridad se hace presente por parte del pueblo colombiano para acompañar a los afectados por la tragedia, pero como en otros sucesos empiezan a salir informaciones sobre las advertencias por diferentes medios que estas avalanchas podían suceder y afectar la población.
Hace tres años el periodista Jorge Kuaran en la página web notifronteras.com donde hubo un aviso de avalancha por culpa de la quebrada Taruca, donde un deslizamiento la tapo y el agua estaba saliendo de forma subterránea, y que era inminente que una tragedia como la que ocurrió pasará, no solo el periodista advirtió, Corpoamazonia también se pronunció sobre el tema, se habían realizado estudios que indicaban que la deforestación y el mal uso de los suelos dentro de la capital de Putumayo.
Pero hace 30 años sucedió lo mismo, una tragedia anunciada donde no se realizaron los procedimientos correspondientes y costó la vida de 25.000 personas en Armero. Un año antes expertos geólogos advertían una avalancha que desaparecería el pueblo. La historia tiende a repetirse lo más triste es que al parecer las entidades de riesgo nacionales y locales parecen no contar con los recursos suficientes para prevenir desastres.
Esa vez Armero-Tolima desapareció a causa de la erupción del volcán Nevado de Ruiz, una tragedia de la cual todavía se recuerda que sumió de tristeza a Colombia. El problema es que de los más de mil municipios que hay en el territorio nacional, muchos se encuentran en una bomba de tiempo y están a punto de dejar miles de víctimas.
La diversidad del territorio colombiano y la multiplicidad de climas hacen que tengamos desde hambruna en la Guajira por falta de agua, hasta inundaciones en otras zonas del país, con desbordamiento de ríos y quebradas, ahora hay una falta de prevención y de tomar acciones, dejan construir en zonas de alto riesgo como ocurrió en Manizales.
La corrupción ha hecho que las tragedias se multipliquen, que los funcionarios hagan oídos sordos antes las advertencias, que no se escuchen a los estudios y expertos, luego cuando hay muertos y heridos, el gobierno hace una mea culpa y aseguran que tomaran medidas para que no vuelva ocurrir, esta vez es Mocoa y Manizales, mañana será en Sucre, Cundinamarca, Amazonas y el ciclo se repite no hay prevención así que tendremos más tragedias anunciadas y solo quedaran las lagrima y el lamento.