A raíz del llamado a indagatoria del expresidente Álvaro Uribe Vélez, surge la necesidad de que la opinión pública tenga claridad sobre la diversidad de tratamiento que tienen las actividades de la política y la justicia, a fin de evitar manipulaciones. En efecto:
Ciertamente la actividad política lícita relativa al desarrollo de las actividades de los gobiernos y las oposiciones, que adelantan los partidos políticos generan acciones tanto de críticas y defensas sobre determinados fenómenos, así como investigaciones y comentarios de diversa índole tendientes a lograr sus propósitos.
Sin embargo, en su ejecución pueden cometerse delitos o conductas que aparentan enmarcarse dentro de la legislación penal, casos en los cuales corresponde a la rama jurisdiccional establecer su existencia, autoría y responsabilidad.
Con todo, los parámetros para su establecimiento y desarrollo son completamente diferentes. Pues mientras el juzgamiento político, esto es, aquel que basado en apreciación política, se hace de una actividad, suele tener en cuenta criterios políticos de medios y partidos, consideraciones de convicción y emoción individual o social, y apreciaciones o comentarios personales sobre las informaciones recibidas por la sociedad o el sector al cual pertenece. De allí que con apreciación política unos defienden la inocencia del expresidente Uribe; y otros, se inclinan por su condena. Pero lo uno o lo otro debe entenderse desde el ángulo político.
En cambio, los juzgamientos judiciales lo hace un juez y no un político u operador político. Lo efectúa con base en una legislación penal y no con base en criterios y apreciaciones políticas. Lo realiza sobre pruebas existentes en el proceso y no sobre presunciones, suposiciones y estimaciones políticas, y todo ello se efectúa de acuerdo con los medios legales de prueba que aparecen en el expediente conforme a la ley. Y toda esta actividad le correspondería a la Rama Judicial.
De lo anterior se desprende que no siempre coinciden los juzgamientos políticos con los juzgamientos judiciales. Por lo tanto, es necesario prepararse teniendo claridad sobre dicho aspecto, a fin de crearse una adecuada opinión sobre el desarrollo judicial.