*Marta Sáenz Correa.
La manera en que nos vemos a nosotros mismos condiciona nuestra valía personal, nuestra manera de ser y la forma como actuamos en los ámbitos personal, laboral, social, de pareja, etc. La autoestima es una autovaloración crítica y positiva de uno mismo, la sensación de tu valor como persona, y la base del bienestar psicológico. Nadie es perfecto, por lo cual debes aprender a aceptarte con virtudes y defectos, y solo así conseguirás que los demás te quieran por cómo eres y no cómo por cómo quieren que seas.
Una buena autoestima nos ayudará a enfrentarnos a situaciones y pruebas frente a las cuales daríamos por hecho que no somos capaces de actuar, o no estamos lo suficientemente preparados. Una persona con una alta autoestima posee sentimientos de confianza, autoeficacia y seguridad en sí misma, se muestra más flexible, realista e independiente, posee mayor facilidad para adaptarse a los cambios, es perseverante ante las dificultades, es asertivo, es menos susceptible a la crítica y se muestra abierto a aprender de los errores.
En la convivencia diaria podemos caer en situaciones que pueden destruir la autoestima de los que nos rodean, por lo cual debemos evitar: 1) Descalificar: expresiones como no vales nada, no tienes la capacidad, o no pueda hacer esto, causan un fuerte daño en quien las escucha. 2) Victimizar: si quieres hacer sentir mejor a ese familiar o amigo, lo mejor es que le hables con la verdad para que tome las riendas de su vida. 3) Comparar: el hábito de comparar solo sirve para resaltar los defectos, complejos e inseguridades, y es la forma más rápida de demoler la autoestima. 4) Ignorar: cuando haces caso omiso a lo que dice una persona o finges que no la ves, o no le respondes, es un acto que afecta en gran medida la autoestima de las personas, y más si son cercanas a ti. 5) Aislar a una persona de los círculos de amistades, familiares o de trabajo.
Si quieres mejorar tu autoestima hay que trabajar para limitar o que desaparezcan, los pensamientos autodestructivos sobre ti mismo; considerar los errores como oportunidades de aprendizaje; probar cosas nuevas; identificar lo que puedes cambiar y lo que no; fijarse metas alcanzables; sentirse orgulloso de las opiniones e ideas; no compararse con los demás; relajarse ante las situaciones que te generan estrés; y, enfrentar aquellas situaciones que te produzcan miedo e inseguridad. Nunca es tarde para construir una autoestima positiva y sana.