¿A QUÉ LE APUESTA EL PAÍS EN CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN?: A LA DIGNIDAD HUMANA
Por: Arelys Cuesta Simanca
La Ciencia y la Tecnología no son fines en sí mismos. Son actividades que se justifican en razón de la utilidad que puedan prestar para resolver problemas e introducir mejoras que conduzcan a la Humanidad hacia los objetivos y sueños que han inspirado la búsqueda de un mundo mejor: La convivencia pacífica, la unión, la equidad, la solidaridad, la superación de la pobreza, la prosperidad, la dignidad humana.
De ahí que los esfuerzos del Estado en materia de fomento y desarrollo de las actividades científicas y tecnológicas deben ser orientados hacia la consecución de sus fines, lo cual no niega que se creen condiciones en las cuales los particulares, en ejercicio de la libre búsqueda del conocimiento y de la libre iniciativa particular, destinen recursos y ejerzan tales actividades con fines distintos –no contrarios- a los del Estado.
En un medio de recursos escasos, como lo son los recursos públicos del sector central para el desarrollo de actividades científicas y tecnológicas (un poco más de 430 mil millones de pesos por año, incluyendo gastos de funcionamiento), siendo incierto que desde el sector privado se destinen para ciencia y tecnología los tres billones doscientos mil millones de pesos previstos en el Plan de Inversiones contemplado en el proyecto de ley sobre el Plan Nacional de Desarrollo (P.L. No. 200 de 2015 Cámara), y siendo más inciertas aun las estimaciones de los recursos de ciencia y tecnología en el Sistema Nacional de Regalías; resulta imperioso priorizar los planes y programas que deben ser financiados en función del cumplimiento de las metas del plan de desarrollo y de los Proyectos Estratégicos de Interés Nacional.
Los programas presidenciales de vivienda, agua e infraestructura y los proyectos estratégicos de interés nacional en materia de minería, energía e hidrocarburos, deberían tener respaldo, acompañamiento, soporte, fomento y desarrollo específicos y directos desde la institucionalidad del sector de ciencia, tecnología e innovación.
En materia de vivienda podría importarse tecnología referente a nuevos materiales, diseños y técnicas de construcción que reducirían los costos y el tiempo de construcción. Al respecto resultan muy útiles los estudios e investigaciones reseñados en el artículo “Materiales, tecnologías y prototipos de viviendas de muy bajo coste” de Julián Salas Serrano y Pablo Díaz-Romeral”. Hoy en día se construyen casas y edificios enteros en menos de un día con impresoras 3D.
En materia de agua, la importación y masificación de la tecnología de purificación de agua Slingshot o la aplicación a escala del LIFESAVER BOTTLE y los desarrollos paralelos de este tipo de tecnologías deberían estar en la agenda institucional del país sobre fomento a la investigación.
A pesar de que la Ley 1715 de 2014 abrió una gran posibilidad al regular la integración de las energías renovables no convencionales al sistema energético nacional, adoptando, incluso, disposiciones sobre fomento a la investigación sobre fuentes no convencionales de energía, ello quedó condicionado “al marco de referencia que constituyan los sucesivos planes nacionales de desarrollo” (Art. 42), y lo cierto es que el proyecto de ley del Plan Nacional de Desarrollo guarda silencio en su articulado sobre el fomento de este tipo de investigación.
Continuará….II. A LA PAZ