¿Hay diferencias entre los partidos políticos?

Por: Horacio Serpa Vivimos y actuamos en el mundo capitalista. Es una realidad incontrastable, consignada en la Constitución Nacional que acoge el pluripartidismo, la libertad de empresa, la propiedad privada, la libertad de opinión, la separación de poderes, el intervencionismo de Estado, la independencia del Banco Central, la libre competencia, la libertad religiosa y diferentes instituciones distintas al centralismo político, el materialismo dialéctico, el monopolio de todos los medios de producción y la economía ciento por ciento planificada. Los que se oponen al sistema están levantados en armas, pero las farc dialogan en La Habana con el gobierno para entrar al régimen vigente, sobre la base de tener garantías y oportunidades políticas. Se espera que lo mismo esté pensando el eln. La mayoría de los partidos políticos tienen definiciones muy parecidas sobre la educación, el asunto agrario y campesino, la salud, las relaciones internacionales, la vivienda, el empleo, incluido el Centro Democrático. Aún el Polo coincide en muchos aspectos. Todos quieren reforma agraria integral, nuevo sistema de salud, educación de calidad y amplia cobertura, seguridad con respeto a los derechos humanos, descentralización, reforma política, lucha contra la corrupción, pronta y cumplida justicia. El que escucha a un orador político tiene que preguntar a qué partido pertenece, porque lo que dice se le escuchó antes a rojos, azules, amarillos, verdes y a multicolores de todas las edades, regiones y condiciones. Dos cosas pueden identificar diferencias partidistas. La paz, en cuanto a la forma de definir los acuerdos con la subversión y lo que se estime que debe ser el pos-conflicto en materia de reformas: pañitos de agua tibia o verdaderas transformaciones, que acentúen el pluralismo, la participación, la inclusión, las oportunidades y la reivindicación de los desprotegidos. Otra diferencia será la concepción que se tenga del modelo económico y social. Competencia a ultranza, concentración de capitales y solo crecimiento económico sin consideraciones de equidad; o creación de empleo, oportunidades para la economía solidaria, desconcentración de la riqueza e intervencionismo de Estado para una mejor distribución de los ingresos. Todo dentro del sistema capitalista y nuestra Constitución. El Estado debe ejercer su capacidad para superar las discriminaciones y alcanzar la igualdad, lo que impone tener ingresos. Educación de calidad para todos exige muchos recursos. Y así en los otros aspectos de la vida comunitaria. Se necesita plata. Lograr un modo de vivir equilibrado y equitativo requiere presupuesto, que se logra si se aprueba una reforma tributaria progresiva. Que paguen los que tienen y ganan, sin traumatismos, respetando sus derechos, para que superemos la desigualdad y vivamos tranquilos. Hay que atreverse. Eso es lo que marcará las diferencias políticas. No dudo que somos más los que queremos paz y equidad para que todos ganemos. Unanimismo político para seguir en las mismas es pobreza y más guerra.   Imagen tomada de: www.bluradio.com

EL derecho a gozar de los beneficios de la ciencia y la tecnología: Necesidad de mente abierta

Por: Arleys Cuesta Simanca. Los avances científicos y tecnológicos han sido determinantes para el mejoramiento de las condiciones de vida y para el desarrollo de los países. La posibilidad de contar con agua potable, con fuentes de energía, producción de alimentos, la cura y el tratamiento de enfermedades, la prolongación de la expectativa de vida, el avance de las telecomunicaciones, el desarrollo de nuevos materiales más económicos, eficientes y amigables con el ambiente, dan cuenta de esta afirmación. También resulta claro que los desarrollos científicos y tecnológicos representan una amenaza y son objeto de gran preocupación en la medida en que puedan ser empleados en forma contraria a los valiosos propósitos de preservar la vida, la convivencia pacífica, la libertad o la dignidad humana. Con todo, el progreso científico y tecnológico es un bien colectivo cuyas ventajas son deseables en forma universal, a tal punto que la posibilidad de acceder al mismo, su libre búsqueda y goce se encuentran previstos como derechos humanos[1], categoría sobre la que bien se pueden cimentar y justificar los esfuerzos que un Estado Democrático Constitucional realice en función de su promoción, además de los beneficios económicos que ello apareja en términos de productividad y competitividad. Diferentes declaraciones, programas de acción[2] e informes de organismos internacionales, coinciden en la necesidad de invertir en ciencia y tecnología y su utilidad social. La Declaración sobre la Ciencia y el Uso del Saber Científico, adoptada por la Conferencia Mundial sobre la Ciencia para el Siglo XXI[3], la menciona. En la Carta de la Organización de Estados Americanos[4] se destacan los artículos 38, 47 y 51. Para poder cumplir estos importantes propósitos se requiere contar con condiciones institucionales que favorezcan la organización y la actividad de los investigadores, los grupos de investigación, los centros de investigación y de desarrollo tecnológico, las instituciones universitarias, y los demás actores del Sistema en su empeño por generar, incorporar, difundir, y divulgar el conocimiento. Tales condiciones rebasan en mucho las importantes pero no exclusivas consideraciones presupuestales[5] y de financiamiento, pues a éstas deben sumarse condiciones sociales, culturales, políticas y jurídicas, estas últimas que por su vocación de permanencia (al menos en principio) en función de la estabilidad y, con ella, la seguridad –que no la petrificación-, juegan un papel determinante en el avance que pueda tener la actividad científica y tecnológica. En el año 1994, la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo, conocida como la “Misión de Sabios” en el informe intitulado “Colombia: Al filo de la oportunidad”, en un revelador diagnóstico de la situación del País en materia de ciencia, tecnología e innovación en el que se insiste en la necesidad de adelantar arreglos institucionales, normativos, culturales y educativos con miras al fortalecimiento y desarrollo de esta actividad en cumplimiento de los artículos 70 y 71 de la Constitución, en uno de sus apartes relacionado con las condiciones necesarias para la gestión, ejecución y manejo de recursos, recomendó:…… “Establecer mecanismos legales e institucionales que garanticen una ejecución ágil y eficiente de los recursos financieros que el Estado aporta para la investigación”[6].   Necesidad de Marco Jurídico Contractual para este Sector. (Continuará en la próxima entrega).     [1]Así lo establece el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en su artículo 15, en los siguientes términos: “1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a: a) Participar en la vida cultural; b) Gozar de los beneficios del progreso científico y de sus aplicaciones; c) Beneficiarse de la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora. 2. Entre las medidas que los Estados Partes en el presente Pacto deberán adoptar para asegurar el pleno ejercicio de este derecho, figurarán las necesarias para la conservación, el desarrollo y la difusión de la ciencia y de la cultura. 3. Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a respetar la indispensable libertad para la investigación científica y para la actividad creadora. 4. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen los beneficios que derivan del fomento y desarrollo de la cooperación y de las relaciones internacionales en cuestiones científicas y culturales. En la misma línea, el artículo 71 de la Constitución Política de Colombia. [2] V. Programa en Pro de la Ciencia : Marco General de Acción, consultable en http://www.unesco.org/science/wcs/esp/marco_accion_s.htm   [3] Esta Conferencia se celebró en 1999 en Budapest a instancias de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Consejo Internacional para la Ciencia (ICSU)   [4] Suscrita en Bogotá en 1948 por los Estados representados en la IX CONFERENCIA INTERNACIONAL AMERICANA. [5] Según el Observatorio de Ciencia y Tecnología “Para 2012 el país invirtió en ACTI cerca de 2,9 billones de pesos y en I+D alrededor de 1,1. Eso equivale al 0,45% y al 0,17% del PIB, respectivamente. Teniendo en cuenta que la información del año 2012 consistía en una estimación basada en los presupuestos de las entidades y recogiendo las experiencias anteriores, el OCyT estima que las cifras reales para 2013 se acercarán al 0,49% del PIB para ACTI y al 0,19% para I+D.”http://ocyt.org.co/html/index.php?option=com_content&view=section&layout=blog&id=8&Itemid=56&lang=es En reciente publicación de Dinero.com “Estados Unidos, países asiáticos y europeos invierten entre el 2 y el 5% del PIB en ciencia, tecnología e innovación, pero en América Latina, a excepción de Brasil, la inversión es menor al 1%, por ejemplo en Chile es 0,7%, Argentina en 0,6% y México en 0,5%.” http://www.dinero.com/actualidad/nacion/articulo/falta-inversion-ciencia-tecnologia/184412 [6] V. Aldana, Eduardo Et. Al. “Colombia: Al filo de la oportunidad” Informe de la Misión de Sabios, Consejería Presidencial Para el Desarrollo Institucional, Colciencias. Tomo I, 1994, p.106.   Imagen tomada de: covecyt.gob.mx

¿Son víctimas del Conflicto, los militares en Colombia?

Por: Andrés Ramírez Bueno En estos momentos está siendo testigo el país del debate acerca de la participación de militares y policías que han solicitado asistir a la habana en calidad de víctimas del Conflicto Armado, entre ellos el General de la Policía Nacional Luis Mendieta, quien estuvo durante más de once años en poder de las FARC y ahora, el Centro de Pensamiento de la Universidad Nacional le informa que no tendría participación en la Mesa de Víctimas de la Habana. En este punto es importante preguntarnos, ¿realmente es posible considerar como víctimas del Conflicto a los miembros de las Fuerzas Armadas? Dentro de la legislación colombiana, la definición de víctima la podemos encontrar específicamente en el artículo 3º de la ley 1448 de 2011, el cual nos indica que «Se consideran víctimas, para los efectos de esta ley, aquellas personas que individual o colectivamente hayan sufrido un daño por hechos ocurridos a partir del 10 de enero de 1985, como consecuencia de infracciones al Derecho Internacional Humanitario o de violaciones graves y manifiestas a las normas internacionales de Derechos Humanos, ocurridas con ocasión del conflicto armado interno». En reciente entrevista concedida al periodista Jorge Enrique Botero, el Jefe Guerrillero Pablo Catatumbo realizó una calificación un tanto eufemística acerca del tipo de secuestros que ellos realizan y su denominación hacia las víctimas, entre ellos «la captura en combate de unidades militares enemigas. Esta es una acción plenamente válida bajo el derecho de la guerra y reconocida en los convenios internacionales, pues los capturados estaban armados, uniformados y debidamente identificados como unidades enemigas y fueron capturados en combate y en el marco de una confrontación reconocida por el Estado. Calificarlos de «secuestrados» o «víctimas» no es más que un sofisma, pues se trata de combatientes enemigos que han sido hechos prisioneros de guerra … En esas condiciones, la libertad de los prisioneros de guerra estaba supeditada a lo que acordaran las partes en conflicto en el marco de un acuerdo humanitario y el establecimiento no mostró ninguna voluntad para hacerlo. Recordemos que en las cárceles de Colombia hay centenares de los nuestros, que si nos atenemos al lenguaje que pretende la victimología del Estado, también sería «secuestrados». Tomada a priori, esta definición presentada podría tener cierto asidero a la luz del Derecho de la guerra o Jus in Bellum, donde se reconoce el legítimo derecho de los combatientes a capturar a su adversario y tomarlo como prisionero. Sin embargo, es necesario hacer varias precisiones al respecto: No es posible hablar de prisioneros de guerra en Colombia, habida cuenta que dicho término únicamente es aplicable a los Conflictos Armados Internacionales y nuestro país se encuentra en una situación de Conflicto Interno o en estricto sentido jurídico, en un Conflicto Armado No Internacional al cumplirse los criterios de aplicabilidad del Protocolo 11 Adicional a los Convenios de Ginebra de 1949, incorporado mediante la ley 171 de 1994. La misma normativa, el Derecho Consuetudinario y concretamente el artículo 3º común a los cuatro Convenios de Ginebra, establece la obligación de las partes en conflicto de aplicar como mínimo las disposiciones de trato humano contempladas, como abstenerse de los tratos crueles, inhumanos y degradantes, la tortura y los suplicios. Así como la prohibición de utilizar armas que no respeten el principio de distinción. Si bien es cierto, los miembros de las Fuerzas Armadas en Colombia obran bajo un mandato constitucional, no menos cierto es que en el marco de un conflicto Armado Interno, gozan de todas las prerrogativas y protección humanitaria otorgada a quienes han depuesto las armas o han sido puestos fuera de combate por detención. Inclusive en su calidad de personas que participan directamente en las hostilidades, se convierten en víctimas de la contraparte como consecuencia de la utilización de armas no convencionales como las minas antipersonal, expresamente prohibidas por la Convención de Ottawa y los cilindros bomba o «tatucos». El mismo artículo 3º de la ley 1448 menciona que Cuando los miembros de la Fuerza Pública sean víctimas en los términos del presente artículo, su reparación económica corresponderá por todo concepto a la que tengan derecho de acuerdo al régimen especial que les sea aplicable. De la misma forma, tendrán derecho a las medidas de satisfacción y garantías de no repetición señaladas en la presente ley. Por lo cual, no es aceptable negarles el derecho a constituirse como víctimas en Ias mesas de negociación donde se debe visibilizar las Infracciones al Derecho Internacional Humanitario cometidas por las FARC; y menos aceptable aún las expresiones de los Jefes de la Guerrilla donde se declaran como víctimas del Estado por los bombardeos a sus campamentos o calificar de secuestrados a aquellos miembros del grupo ilegal que legítimamente fueron capturados y judicializados, expresiones que no van acordes con el Derecho, pues el numeral segundo del artículo 3º Común a los Cuatro Convenios de Ginebra aclara que la aplicación de las disposiciones humanitarias no surtirán efectos sobre el estatuto jurídico de las partes en Conflicto. Es decir, que entendiéndose la normativa del DIH como un mínimo ético entre los combatientes, su cumplimiento por parte de los grupos armados organizados al margen de la ley no los exime del ámbito de aplicación del Código Penal Colombiano. Cuál será el criterio de la Mesa de Negociaciones de la Habana? Imagen tomada de:noticias.telemedellin.tv

Superación de los temores

Por: IGNACIO ORREGO-ROJO-IGOR.  Si abrigamos temores, dudas o preocupaciones, nuestra mente se convierte en un agente de lo negativo; nos convertimos en nuestro peor enemigo y podemos existir y funcionar sólo en un nivel bastante inferior a nuestras capacidades. Llegamos a sentir lástima de nosotros mismos. Que es el grado más lamentable de actitud mental negativa, el cual puede llevar hasta el suicidio. Debemos rechazar enérgicamente los pensamientos negativos de temor.  Los temores y las preocupaciones nos producen úlceras físicas y mentales. No existe el preocupado de nacimiento. La preocupación es un hábito adquirido. Nosotros lo iniciamos. También nosotros podemos detenerlo. Enfrentemos nuestros temores y pronto desaparecerán las preocupaciones. Recordemos que después de la oscuridad de la noche sigue la claridad de la mañana. Una persona cuya mente está llena de temor, no sólo destruye las oportunidades de hacer algo inteligente, sino que trasmite estas vibraciones destructivas a las mentes de todos los que entran en contacto con él destruyendo igualmente las oportunidades de los demás. La presencia de cualquier emoción destructiva en la mente desarrolla una personalidad negativa que rechaza a la gente y a menudo convierte a las demás personas en antagonistas. El temor es un potro salvaje que necesita rienda firme, pues es a la vez amigo y enemigo, bien y mal, y la persona que desee vivir bien tendrá que aprender a dominarlo, empleando el sistema de advertencia intuitiva que es la capacidad que da el mismo temor para huir o luchar cuando surge una emergencia. Valiéndose del temor a la inseguridad, el fracaso o la derrota como un látigo que lo impulse a mayores realizaciones. Cuando sienta temor, siga adelante a pesar de su miedo y este se desvanecerá. Manténgase ocupado e ignore sus temores y estos desaparecerán. Este fue el tema del general Vandegrift cuando iba a entrar al combate, ¿por qué no lo adopta usted? ¡Dios favorece a los audaces y fuertes de corazón! La superstición es una forma de temor. También es una señal de ignorancia. Los hombres que tienen éxito son personas de mente muy abierta y que no temen a nada. El único horóscopo en el que usted puede creer y tener confianza es en el que usted mismo hace de acuerdo con sus planes y sus sueños.  El temor a la pobreza es un estado mental y nada más pero es suficiente para destruir las oportunidades que uno tiene de conseguir algo en cualquier empresa. Este temor paraliza la facultad de la razón, destruye la facultad de la imaginación, mata la confianza en sí mismo y socava el entusiasmo, perjudica la iniciativa, conduce a la inseguridad de propósitos, estimula la dilación y hace imposible el dominio de sí mismo.  Imagen tomada de:contextodelirante.wordpress.com

Los extremos son peligrosos!

Por: Marta Saenz Correa Se lucieron las doctoras Jane Nelsen, Cheryl Erwin, y Anni de Acevedo, expertas en temas relacionados con la crianza y la familia, con su libro: «Padres que aman demasiado«. El tema de fondo, el amor excesivo que sentimos los padres hacia nuestros hijos, ¿acaso es posible amar demasiado a nuestros hijos? Lo es cuando el amor sobreprotege tanto que forma niños incapaces de hacer las cosas por sí mismos. Ven ustedes a sus hijos creciendo bien, sanos y  sobre todo como personas que van construyendo su propio futuro, o, por el contrario, están preocupados porque ven a sus hijos cómodos, perezosos, dependientes y a veces, hasta exigentes. Este es el objetivo que nos ocupa hoy, que los padres reflexionemos sobre el efecto del amor que sentimos por nuestros hijos. El amor, eje central, debe ser muy bien administrado porque puede convertirse en un exceso dañino. Mientras usted no esté buscando la perfección, puede aprender a querer y a amar a sus hijos de manera que todos obtengan los mejores resultados. Los padres sobreprotectores cuidan demasiado a sus hijos y no los dejan tomar riesgos. La sobreprotección vuelve a los hijos tímidos, nerviosos, e inseguros, los hace dudar de sus capacidades y los vuelve muy temerosos. El mensaje que da es: «yo solo no voy a poder salir adelante en este mundo, siempre necesitare de mis padres». El otro mensaje es que el mundo es hostil y peligroso, lo cual vuelve a los hijos cautelosos y prevenidos. Muchos padres tomamos las decisiones por nuestros hijos, pensando que los estamos protegiendo de cometer errores. Sin embargo, es cuando los hijos cometen sus propios errores que tienen la oportunidad de aprender de ellos. Con esto no se quiere decir que debemos abandonar a los hijos a su suerte; los padres debemos estar siempre a su lado, dándoles aliento, ayudándolos a explorar las consecuencias de sus escogencias y haciéndoles ver que han aprendido de sus errores, siempre en una atmósfera de apoyo y cariño. Todos sabemos que la permisividad es mala consejera a la hora de criar. Sin embargo, con frecuencia es mucho más fácil decir que sí a algún capricho que tener que poner en práctica las reglas. Hay padres que piensan que ser permisivos es bueno, porque les da la oportunidad de ser libres para explotar su creatividad y fortalecer su autoestima. Pero posteriormente se aterran cuando ven que sus hijos tienen poca disciplina, poco control o empatía por otros y con frecuencia se sienten ofendidos cuando otras personas perciben a sus hijos como malcriados. Allí es adonde lleva la permisividad; al camino del consentimiento excesivo que tiene como resultado niños egoístas. ¿Cuales son nuestras tareas como padres? Aprender a escuchar a los hijos es muy importante, practicar la escucha reflexiva, evitar emitir juicios, más bien validar lo que el hijo está contando. Es muy importante que nos interesemos por las cosas que les interesan a nuestros hijos, la música, los deportes, esta es una mejor forma de conocerlos y de paso de desarrollarles sus talentos. También debemos darles espacio para que crezcan, pero sin que la familia entera gire en torno suyo. Examinar cómo estamos criando a nuestros hijos nos ayudara a encontrar la medida perfecta de amor, disciplina, y apoyo para ayudar los a ser independientes, capaces y, lo más importante de todo, felices!.