Por: Alvaro Younes Arboleda.
Independiente del paro camionero, de la dificultad que tienen los Distribuidores de Combustibles y del mismo afán del Gobierno por conseguir recursos, es necesario replantear la disminución del precio de los combustibles en Colombia.
La creación del Fondo Parafiscal “diferencial de precio” creado en la última Reforma Tributaria, conseguirá unos recursos extraordinarios que no tienen nada que ver, (si la Corte Constitucional no lo declara inexequible) con el tema de precios, pues al estar en ese fondo parafiscal el Gobierno dispondrá a su libre arbitrio que hacer con esos recursos, desfigurando la filosofía de la parafiscalidad y creando desconfianza en la tan controvertida fijación de precios de los combustibles. Si el diferencial de precio supera los $ 1.400 en DIESEL y $ 2.100 en GASOLINA por galón, y esto se multiplica por los miles de millones de galones que se venden al año en Colombia (2.050 en DIESEL y 1.350 en GASOLINA) el Gobierno tendrá una cifra cercana a los seis billones (6.000.000.000.000) de ingresos por este diferencial, suma esta que reactivaría indiscutiblemente la economía del país y que también ayudaría a mejorar la imagen que tiene el Gobierno en su política de precios, y quedarían excedentes para aliviar la desastrosa carga que pagan los Colombianos a través de los peajes y sus ineficientes vías. Y todavía sobrarían recursos para inversión social.
La Administración Nacional tiene que cambiar el facilismo con que se imponen los tributos a sus ciudadanos, no tiene ninguna gracia la forma con que se inventa como sacarle plata al consumidor y tampoco pareciera que se requirieran estudios especiales para tal efecto, lo importante es que los tributos que se pagan tengan una inversión real para lo que dijeron en su creación, este fondo del diferencial de precio puede correr la misma suerte que el creado en los años 90 llamado FAEP (fondo de ahorro y estabilización petrolera) que cuando se privatizo Ecopetrol, se les sacaron más de mil trecientos millones de dólares (US 1.300.000.000) que los Colombianos no supimos cuál fue el destino final de ellos. Este fondo que a simple vista pareciera tener una destinación específica se cayera como la sobretasa que hoy en día se invierte casi en todo menos para lo que fue creada, pues así lo decidió en su momento la Corte diciendo que como estaban prohibidos los tributos con destinación específica enseguida los Alcaldes dedicaron esos recursos a cualquier rubro dentro de sus necesidades administrativas.
Los precios internacionales fueron el motor para el crecimiento del precio interno, se lograron gigantescos recursos para que el estado no subsidiara los mismos, con los ingresos petroleros hubo fiesta, pero ya se acabó y parece que no alcanzaron para ver actualizadas en debida forma nuestras refinerías a quienes también se les salió astronómicamente los costos iniciales con que fueron proyectadas, en fin es hora de aterrizar el festín.
Los Colombianos no soportan con el mismo estoicismo con que lo hacían, (porque además ya se dan cuenta) los atajos que los diferentes Gobiernos utilizan para sacarle del bolsillo sus escasos recursos y por otro lado esos atajos fueron imitados por el resto de sus gobernados haciendo de esta querida Colombia una compleja maraña de país.
No puedo dejar de reconocer que también se han logrado aspectos importantes en la modernización del País pero que por culpa de esos atajos que todo el mundo utiliza en lugar de ir a cincuenta (50) kilómetros por hora para su desarrollo apenas vamos a diez (10) kilómetros, no sé, si ese sea el feliz destino que nos merecemos y no alcancemos a ver un mejor País.
Como todos debemos poner y así es lo lógico para conseguir la tan añorada paz, lo mejor que puede suceder es que sean los dirigentes del País quienes contribuyan decididamente y con su ejemplo evitar los atajos, empezando por los tributos, no se trata de ser ingenuo o candoroso, se trata de llevar a todos los estamentos hacia el mismo objetivo de crecimiento armónico y en paz.
Es por ello que si vemos la urgencia con que al final se metieron los artículos para aprobar dicho fondo, se creó en el imaginario popular que había gato encerrado, pues son tan monumentales los ingresos a recoger que se puede estar presentando una irregularidad en la recolección de los mismos a simple vista tendría que haber una corrección de la Ley porque el articulo donde dice que va el recurso no es el indicado y por otro lado el Gobierno se quiere quedar con el ciento por ciento (100%) de la riqueza que genera este diferencial de precio.
Es mejor que el consumidor Colombiano se alegre sabiendo que el gobierno si cumplió con la promesa de bajar los precios cuando así los indicadores internacionales lo señalaran, generarían mucha confianza en sus gobernados y evitaría como lo estamos viendo un descontento social que hace que la paz en la que está empeñada este gobierno y que lo acompañamos parezca otro asunto de tramite pequeño.