SOLUCIÓN DE LOS PROBLEMAS
POR IGNACIO ORREGO ROJO MOTIVACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS -Los obstáculos y los fracasos, podemos convertirlos en peldaños para lograr el éxito. Todo depende de la actitud mental, con que enfrentemos esas pruebas. Démonos cuenta, que los problemas son oportunidades no resueltas. Lo importante es la reacción hacia lo que nos sucede. No olvidemos que cada contrariedad y cada problema tienen una solución y que el problema resuelto deja de serlo, pero siempre nos deja la experiencia que nos sirve para lograr el éxito. Lo importante es no cometer dos veces el mismo error. -Un problema superado nos dará fuerza y energía renovadora. El ser vencidos no equivale a una derrota, lo que nos lleva al fracaso es renunciar y permanecer vencidos. Nuestro progreso depende de que podamos superar nuestros problemas de hoy. Las adversidades, los obstáculos y los problemas, son nuestras oportunidades de crecer y se convierten en escalones hacia mayores resultados. No debemos aceptar nunca la derrota. La derrota es un estado mental que se convierte en realidad sólo cuando la aceptamos como tal. -El poder del entusiasmo es la solución: ¿Hay alguna tarea desagradable que usted tenga pendiente desde hace tiempo? Póngale entusiasmo y verá cuán rápido la hace. ¿Se está estancando en su empleo? Resuelva poner entusiasmo en cada detalle de su trabajo durante un día entero. Se asombrará con los resultados. -Quien espera evitar todo fracaso y mala fortuna, pretende vivir en un mundo de hadas; el hombre sabido acepta las caídas como parte de la vida y edifica una filosofía para hacerles frente y derivar lo máximo de ellas. Aproveche las lecciones del fracaso para construir el futuro; sus errores deben convertirse en luces, rayos que le señalen el camino peligroso y cómo evitarlos para no llegar a la derrota. -Una de las causas más comunes del fracaso es el hábito de “abandonar” cuando uno es derrotado temporalmente. El éxito se encuentra dando un paso más allá de la derrota. Antes que el éxito llegue a la vida de un hombre es seguro que ha de encontrarse con muchas derrotas temporales y quizás hasta con algún fracaso de importancia, pero si persevera y sabe lo que quiere y a dónde se dirige, el éxito no demora en aparecer. -La dilación es una de las más comunes causas del fracaso, la demora, es algo que parece hallarse dentro de la sombra de cada ser humano esperando la ocasión para estropear toda oportunidad de éxito. La mayoría de nosotros caminamos por la vida ataviados con el ropaje del fracaso porque estamos esperando el “momento” para iniciar algo que valga la pena.
La Codicia, La Vanidad y el Orgullo
*Marta Sáenz Correa Soy seguidora del Papa Francisco, y estoy atenta a sus intervenciones, entre otras cosas porque me ha parecido un pontífice conectado con las comunidades, descompilado y moderno, que aborda los problemas de nuestra sociedad con simpleza. En la homilía celebrada en la capilla de Santa Marta en días pasado, el pontífice toco el tema de la Vanidad, y lo definió como enmascarar la propia vida, para aparentar, fingir. También afirma el Papa, que la vanidad es como una osteoporosis del alma: los huesos desde afuera parecen buenos, pero dentro están todos corroídos. La vanidad nos lleva al engaño, como los farsantes que marcan las cartas para ganar, luego esa victoria es aparente, no es verdadera. Esta es la vanidad: vivir para fingir, vivir para aparentar, vivir para aparecer. Finaliza Francisco pidiendo que el señor nos libere de estas tres raíces de todos los males: la codicia, la vanidad y el orgullo. Pero sobre todo de la vanidad, que nos hace mucho mal y nos infla. En palabras sencillas, la vanidad es maquillar la propia vida para aparentar, y no solo nos aleja de Dios, sino que nos hace ridículos. Se designa con el termino de vanidad a la excesiva confianza y creencia de la propia capacidad y atracción que se tiene, muy por encima de otras personas y cosas, es algo así como el orgullo basado en cosas vanas. El vanidoso es arrogante y tiene el deseo de ser admirado por todos, por el alto concepto que le atribuye a sus propios méritos, más allá de lo que tenga o no; él se considera que los tiene y por ende los deben alabar y admirar. Quienes han abordado el tema de la vanidad con profundidad sostienen que detrás de una persona vanidosa no hay otra cosa que una persona insegura de sí misma que necesita atención a causa de ese sentimiento de inferioridad que la carcome. De acuerdo a lo estudiado por Simón Freud, la vanidad tiene una influencia nefasta en el desarrollo social del individuo, debido a que puede desembocar en una patología extrema de desorden de la personalidad. En este tipo de desviación, la persona afectada por esta, sobreestima sus habilidades y presenta una necesidad excesiva de afirmación y admiración por parte de los otros. Según Freud, la vanidad puede llegar a comprometer la habilidad de la persona para vivir una vida feliz o productiva junto a sus seres queridos y su entorno más cercano, porque al manifestarse los mencionados rasgos de egoísmo desmesurado y de desconsideración hacia las necesidades y sentimientos ajenos que el tipo de persona vanidosa presenta, terminarán afectando su estado social. La convivencia con el vanidoso no es fácil, la gran visión de sí mismos no les permite valorar y reflexionar sobre su realidad.