No a la mente enjuiciadora
*Marta Saenz Correa Con frecuencia nos gusta decirle a la gente lo que pensamos, pero a ratos olvidamos que ese es nuestro modo de ver las cosas; y ese es exactamente el problema, lo que yo pienso puede ser correcto para mí, pero no necesariamente para los demás. Hay personalidades proclives a resaltar lo que está mal y a no disfrutar lo que está bien. Lo anterior, trae como consecuencia que hablemos deliberadamente de nuestras opiniones y puntos de vistas, y menospreciemos las de los demás; actitudes enjuiciadoras que acompañadas de la crítica y la suspicacia, nos terminan generando dificultades y problemas en nuestras relaciones interpersonales. Ser enjuiciador es una forma segura de ver evaporarse las relaciones; la mejor herramienta para mantenerse solitario. A la mayoría de las personas no les gusta estar cerca de alguien que emite opiniones sobre todo. Debemos recordar que uno de los términos griegos traducidos como juicio se define parcialmente como una decisión dictada sobre las faltas de otros, y juzgar tiene referencia cruzada con el término sentencia. Juzgar y criticar son el fruto de un problema más profundo: el orgullo. Cuando el Yo en nosotros es mayor de lo que debe ser, siempre provocará esta clase de problemas de los que estamos hablando. Si somos arrogantes o tenemos una opinión exagerada de nosotros mismos, eso hace que miremos a los otros desdén y pensemos que valen menos que nosotros. Joyce Meyer en su libro: El campo de batalla de la mente, afirma al respecto: «Cada vez que observaba a las personas pasar mientras me formaba una opinión mental de cada uno de ellas; pensaba, no es asunto tuyo, no siempre podemos evitar tener opiniones, pero no tenemos que expresarlas. El problema crece y empeora cuando no solo descalificas a los otros, sino que empiezas a expresárselo a otros, o incluso a aquel a quien estas juzgando. Puedes ahorrarte problemas futuros aprendiendo a decir simplemente: No es asunto mío. Recuerda tus actos no cambiaran hasta que cambie tu mente”. Cuando pensamos y conversamos, de lo que está mal en todos los demás, usualmente nos estamos dejando engañar con respecto a nuestra propia conducta. Lo ideal es no meternos con lo que está mal en los otros, cuando hay tantas cosas mal en nosotros. En otras palabras, las mismas cosas por las que juzgamos a otros, las hacemos nosotros; buscamos excusas para nuestro propio comportamiento, pero cuando otro hace lo mismo que nosotros, no tenemos misericordia.
BENEFICIOS DE LA COMUNICACIÓN
POR IGNACIO ORREGO ROJO MOTIVACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS –Cuando se establece comunicación entre dos personas, se comunica lo que hay en sus mentes, así no se exprese con palabras. El poder del subconsciente trasmite telepáticamente lo que hay en nuestras mentes. Si en nuestra mente hay seguridad y confianza, eso se transmite a las otras personas, pero si lo que tenemos es desconfianza o inseguridad también lo transmitimos, por eso se fracasa muchas veces. -También aprenda a escuchar la voz de las cosas, de los hechos, de las personas y verá como todo habla, como todo se comunica con usted y entonces todo su entorno adquiere un nuevo sentido. -El entusiasmo y la actitud mental positiva tienen una estrecha relación. El entusiasmo es una actitud mental positiva puesta en acción. Es un estado mental exaltado y maravilloso. Se extiende como el fuego sin control, comunicando felicidad y alegría, y habita en una persona segura, capaz de transformar a la persona corriente en triunfadora. Enviran dijo. «Nunca se logra nada grande sin entusiasmo». -Se cree que el mejor y principal vehículo de comunicación, es la palabra; pero no es así, los órganos de los sentidos, el cuerpo, los gestos, el tacto, el olfato, dicen mucho más. Los gestos de la cara transmiten lo que se es y lo que se siente. Las facciones del rostro pueden ser las responsables de la simpatía o rechazo que uno siente por alguien a quien uno acaba de conocer. Los ojos son el espejo del alma. La mirada transmite mensajes porque se pueden expresar muchas cosas con los ojos de una persona; también con las manos, estas son todo un idioma, logran miles de signos diferentes y sus movimientos son más rápidos que los del lenguaje hablado. -Dicen los especialistas que el cuerpo comunica no sólo con sus movimientos y gestos sino a través de su forma y sus rasgos. ¿Usted es consciente de lo que puede expresar con sus gestos? ¿Del bien o mal que puede hacer con ellos? ¿Qué muestra tu rostro? ¿Paz, amor, alegría, serenidad? ¿O prisa, cansancio, preocupación? -El único medio cierto de triunfar es rendir más y mejor de lo que se espera de usted, sin importar de que se trate. Este es un hábito seguido por todas las personas de éxito desde el principio de los tiempos. Por lo tanto, le aseguro que el camino más recto para condenarse a la mediocridad es realizar solamente el trabajo por el que le pagan. El secreto que le producirá riquezas y le dará éxitos es: «Siga adelante otro kilómetro, camine uno extra».