Que hacemos con la culpa
*Marta Saenz Correa. Ante las cosas que nos suceden, siempre buscamos un culpable: los demás, nosotros mismos, la vida, la suerte, etc. Generalmente cuando nos sentimos culpables, no actuamos para solucionar las cosas, solo pensamos en lo que sucedió y en lo que deberíamos haber hecho, o dejado de hacer. Mientras más pensamos, más culpables nos sentimos, y nos confundimos aún más respecto de la manera cómo podríamos solucionar el problema. La culpa es como una voz interna que a gritos nos inmoviliza, nos esclaviza al pasado, y nos condena sobre algunos de nuestros actos, haciéndonos vivir en pobreza y limitando nuestro potencial. Sin embargo, nosotros no somos una obra terminada, cada día estamos en un proceso de madurez en el que existen momentos de crecimiento y equivocación. Los psicólogos hablan de dos tipos de culpas, la primera es la positiva, que puede ayudarnos a crecer y madurar y nos sirve para darnos cuenta que actuamos mal con otro o con otros mismos, para analizar y aprender de lo que sucedió, y para corregir nuestra conducta. En este caso más que hablar de culpa, hablamos de responsabilidad. Así mismo, está la culpa negativa o improductiva, que nos lleva a pensar y repensar lo que estuvo mal y en como nuestra conducta demuestra que somos malas personas. Usualmente, reconocemos lo mal que nos sentimos, pero no hacemos nada al respecto; solo recordamos y revivimos la situación una y otra vez y en cada ocasión disminuimos nuestra autoestima. También, puede presentarse cuando tu conducta no necesita reflexión o transformación. Es un sentimiento irracional e inútil que nos impide actuar. ¿Cuál es la verdadera causa de la culpa? Generalmente pensamos que una mala acción provoca culpa, pero no es así. La culpa no está provocada por lo que hacemos, sino por la manera en que consideramos una situación y calificamos nuestras acciones, pensamientos y sentimientos frente a ella. En ese sentido, es importante reconocer que la culpabilidad es una elección, y cada uno de nosotros es quien decide o no aceptarla, y como nos afecta emocionalmente. El sentimiento de culpa surge como consecuencia de nuestra capacidad para ponernos en el lugar del otro, de la empatía y del desarrollo de nuestra conciencia moral. Para no sentirnos culpables es imperativo identificar y comprender el sentimiento, y reflexionar sobre el acto que provocó la culpa y que podría hacerte sentir mejor. Seguidamente, intentar reparar lo sucedido, es decir, expresar el arrepentimiento a los que resultaron afectados por tus errores y presentar las disculpas del caso. Finalmente, expresa tu intención de reparar los daños cometidos y de evitar que se repita la situación. Las injurias son las razones de los que tienen culpa. Jean Jacques
LIBERALISMO Y RELIGIÓN
A raíz de la precandidatura del partido liberal de la senadora y ex fiscal Vivían Morales, ha surgido el interrogante sobre la compatibilidad o no de la misma, lo cual hace necesario su precisión. En efecto: Primeramente hay que señalar que estrictamente el liberalismo, en su esencia filosófica y política, es aquella corriente del pensamiento del libre examen que en el campo religioso no es, como sus enemigos lo difundieran en una época, una posición atea; sino que ha sido y es el reconocimiento de la libertad de conciencia, de creencia y de culto, sino también en la facultad de acoger una u otra confesión religiosa, o, en su caso, considerar innecesario de hacerlo. De allí que siendo el cristianismo, como una de las religiones tradicionales, resulta compatible con la admisión de la trascendencia humana en “la necesidad de ser humano de estar unido a una diversidad, que, en el caso del cristianismo, radica en la creencia de trinidad de la divinidad y dela de Jesús como salvador. Sin embargo, dicha compatibilidad presupone, como arriba se dijo, que cada uno de sus militantes, de un lado, desarrollen personalmente en confesión religiosa; y, del otro, que respeten la situación religiosa frente a los demás, quienes, por tanto, pueden profesar una situación confesional, idéntica o distinta, o, por el contrario, una situación aconfesional, que bien puede sr gnóstica, indiferente o atea. Por lo que, entonces, así como ningún miembro puede interferir y mucho menos imponerle a los demás miembros ninguna confesión religiosa, con mayor razón tampoco puede hacerlo como directivo de una organización política. Ahora, concordante con lo anterior resulta entonces compatible que una candidata como Vivian Morales, pueda aspirar a serlo dentro del partido liberal, siempre y cuando, ajustándose al ideario de este partido, reconozca la libertad de creencias y de cultos, no confesionalice al partido liberal, ni tampoco establezca políticas excluyentes de la ciencia y del desarrollo de la tolerancia de las confesiones o del marginamiento religioso.