La tristeza

*Marta Sáenz Correa   Luego de disfrutar la película intensamente, en la que se ratifica la importancia de las emociones para enfrentar las situaciones cotidianas de la vida, decidí indagar sobre la tristeza; la responsable de generar emociones y sentimientos que asociamos a conceptos negativos y debilidad. Sin embargo, las emociones, aun cuando las consideremos negativas, son las que nos ayudan a relacionarnos y adaptarnos al mundo que nos rodea.   Hemos aprendido equivocadamente que lo importante es sentirse siempre bien. Esta idea nos lleva a tratar de evitar a toda costa lo que llamamos emociones negativas; negándolas, anestesiándonos con alcohol, drogas o evitando enfrentarnos a la realidad a través de cualquier tipo de adicción, llámese comida, deporte, trabajo, compras, sexo, o buscando actividades peligrosas que nos generen descarga de adrenalina.   La tristeza es una emoción útil que nos permite hacer un balance de lo que está sucediendo en nuestra vida, nos lleva a analizar aquello que hemos hecho bien y a buscar en que hemos fallado, impulsándonos a tomar decisiones importantes. Cuando estamos tristes nos encontramos en el punto óptimo para evaluar la situación actual y tomar medidas necesarias para mejorarla. De haber continuado siendo entusiastas y jubilosos probablemente hubiéramos seguido ciegamente haciendo las cosas que solíamos hacer.   Renny Yagosesk en su libro El mensaje de los Sabios nos enseña la importancia de permitir que la tristeza nos invada, de utilizar los momentos de bajón para escuchar nuestro silencio y meditar para luego coger impulso y seguir el camino. Toda emoción es necesaria y conveniente, y la tristeza ayuda a detenerte a pensar y a alejarte de todo lo mundano. Reconócela, no la confines a un espacio muerto, no la encierres bajo llave, no permitas que te entierre, no la disfraces con mentiras piadosas. Comprender que no hay nada malo en sentirse triste o frustrado, puede ser una gran lección, sencillamente porque no se puede ser feliz el cien por ciento del tiempo.   Para finalizar, es importante no confundir la tristeza con la depresión. La tristeza es parte de la vida, no la podemos evitar, pero podemos manejarla para disminuirla o eliminarla. Es una sensación de decaimiento de nuestro estado de ánimo, un sentimiento de vacío resultado de una herida o de una perdida de cualquier tipo; por lo general la persona está consciente de su causa, y la termina cuando soluciona su situación. La depresión por su parte, es una enfermedad que no siempre tiene una causa identificable, puede estar relacionada con aspectos biológicos, hereditarios, de personalidad, y ambientales, que puede requerir el consumo de medicamentos y genera sentimientos de desamparo, desesperación y desánimo para enfrentar la vida.  

Obras inconclusas. Molestia o corrupción

Por: Javier Porto Estamos a 45 días de elegir el reemplazo del alcalde Dionisio Vélez Trujillo. Se ha quedado en el tintero la ejecución el mega proyecto de Transcaribe, el cual después de 11 años ha tenido todos los altibajos.   Pues, se trató de una contratación no solo demasiado “torcida”, sino también incumplida por parte de los contratistas, pues sus diseños y su planificación han quedado totalmente “al garete”. Sus efectos nocivos lo han padecido los ciudadanos de una manera heroica, como lo ha sido siempre Cartagena de Indias. Pués, la movilidad se encuentra reducida a 10 kilómetros/hora, los vehículos se movilizan como dicen “a 20Kmt y en primera”,  debido a la realización de obras  de reparación de placas sin planeación alguna y a la no puesta en marcha de manera adecuada de los proyectos de malla vial. Estos atrasos no solo afectan la movilidad, sino que han causado grave perjuicio económico a muchos comerciantes y empresarios de la ciudad. En otras partes del mundo, ya los ciudadanos  hubieran protestado de manera airosa ante tanto desatino. Al respecto, han pasado más de cinco alcaldes con promesas a los votantes en las ruedas de prensas, diciendo que las obras estarían listas el mes entrante… o el año venidero… y la verdad está a la vista de todos los ciudadanos: Una obra inconclusa más. Y eso sin mencionar las otras obras inconclusas del Túnel de Crespo, mercado de Santa Rita, los hospitales y colegios distritales. Sin embargo, la ciudadanía no debe olvidar que para la iniciación y conclusión se han desembolsado los dineros y nada que arrancan o concluyen las obras. El lema en el Distrito es el de que “las incomodidades pasan y las obras quedan”. Pero el lema de ahora que deberían dar los candidatos es aquel que responda al siguiente interrogante: Será que las obras continuarán inconclusas para incrementar el detrimento del patrimonio del Distrito y/o lo serán para dar oportunidad a la continuidad de la corrupción en la contratación? Que responderán los candidatos, cuáles serán sus lemas en la materia? Además, en estos momentos en que se avecinan las elecciones locales, el escenario de dicha campaña se encuentra lamentablemente adornado, una vez más, con desbordada politiquería, con descarada compra y venta de votos, con aspirantes carentes de experiencia pero con inusitada ambición por la cosa pública y no por el servicio público, pues de estos nada se conoce. Así visto todo el futuro devela una Cartagena vetusta, como lo diría el poeta el Tuerto López y más ahora en que nos encontramos ante tantos desatinos o perplejidades, sobre si las relaciones con la Habana, Nicaragua, Venezuela, Panamá son útiles o no para el proceso de paz en Colombia. Puesto que tal desacierto o incertidumbre no ha hecho sino distraer o alejar la atención de la campaña electoral de los verdaderos problemas, soluciones y transparencia que debe tener el futuro gobierno distrital. Por esta razón, dicha campaña electoral, ha sido aprovechada por los politiqueros y por los mercaderes y financiadores electorales para imponer sus candidatos de intereses. Sin embargo, la diplomacia colombiana tendrá que jugar unas cartas de gran envergadura y salir de este atolladero con el peligro de que Cartagena, como destino turístico suramericano por excelencia, pierda su posición estratégica, auspiciada también por sus malos servicios.

Defensa Pública Humanitaria de los Pueblos

  Concordante con los principios expuestos de la sección “nosotros” de esta página, este observatorio social y humanístico, no puede sino resaltar la divulgación que en estas semanas han hecho los medios de comunicación mundiales y americanos. Porque cuando los primeros han divulgado las migraciones del África hacia Europa, no hacen sino dar a conocer, por los menos, a occidente, la crisis que agobia a ciertos regímenes políticos y confesiones religiosas (especialmente la que reclama el auto denominado Estado Islámico) las defensas de sus pueblos y su progreso, con la indiferencia o tolerancia de la dirigencia y las organizaciones mundiales. Lo mismo ha ocurrido, en esta ocasión, con la divulgación que se ha hecho en el continente americano de la “tragedia humanitaria” que sufren los miles de colombianos expulsados y deportados bajo la orden y responsabilidad del Gobierno de Maduro en Venezuela, como pública e insolentemente ha sido reconocida por el mismo. Porque se ha tratado de una divulgación valerosa de los medios colombianos y extranjeros, que, de un lado, han dado a conocer al pueblo Venezolano las acciones inhumanas del Presidente Maduro, ocultadas por los medios de comunicación Venezolanos, que se encuentran bajo su control; y porque, del otro, al divulgar el rechazo de la OEA a la convocatoria de Cancilleres, también han puesto en evidencia no solo la prevalencia de intereses de conveniencia política internacional, sobre la dignidad y los intereses de la propia humanidad continental, sino también la debilidad y, más bien, la inoperancia en esta materia de “la actual diplomacia de la Organización de Estados Americanos (OEA)”. Sin embargo, también debe reconocerse en dichos medios de comunicación la firmeza en el cumplimiento de su deber y su responsabilidad de informar y de facilitar la expresión de los pensamientos y las opiniones que libremente se han expuesto sobre la materia.- Todo ello para que ambos pueblos, el Venezolano y el Colombiano, no solo reclamen de sus gobiernos la solución oportuna de su drama humanitario, sino que exijan respeto a la fraternidad que los une como pueblos hermanos, y respeto al derecho inalienable a la unidad a que tienen las numerosas familias colombo-venezolanas que integran la frontera de Colombia y Venezuela. Pues, la defensa de los derechos humanos que tienen los pueblos, especialmente los fronterizos, a relacionarse o integrarse y a establecer relaciones pacíficas familiares, fraternales o simplemente armónicas, así como la defensa de las libertades públicas, de la democracia, del bienestar y del progreso de los mismos, están por encima de los gobiernos, cualquiera que sea su nacionalidad, su clase, sus diferencias, sus intereses políticos, económicos y su imagen. Por lo tanto, si bien la prudencia de la diplomacia internacional recomienda la no injerencia en otros gobiernos, también lo es que la solidaridad humanitaria autoriza la defensa de la dignidad de los pueblos.

El caso de La Escombrera ¿La verdad germinará del fondo de la tierra?

El CASO DE LA ESCOMBRERA, ¿LA VERDAD GERMINARA DEL FONDO DE LA TIERRA…? Luis Alfonso Fajardo Sánchez Los medios de comunicación han registrado recientemente los renovados esfuerzos de la Alcaldía de Medellín y la Fiscalía General de la Nación, entidades que están decididas a exhumar el sitio denominado La Escombrera, ubicado en la Comuna 13 de Medellín, donde desde los años 80, según los testimonios recibidos, fueron asesinados por lo menos 300 personas, cuyos restos, muchos de ellos decapitados y desmembrados, están enterrados bajo 24.000 metros cúbicos de escombros. La Escombrera es uno de los cientos de sitios donde la verdad de la crueldad de esta guerra permanece enterrada. De acuerdo a información publicada por el diario el Tiempo, el 27 de Julio, esta fosa común fue creada por Pablo Escobar y luego utilizada por la llamada “oficina de Envigado”. Las víctimas son civiles que fueron señalados de ser combatientes de las Farc, Eln, Epl, Auc, narcotraficantes o miembros de los llamados “combos”. Esta podría ser la fosa común urbana más grande del mundo, otro triste record para nuestro país en materia de derechos humamos. Desde diciembre del 2013, el Tribunal de Justicia y Paz de Medellín había ordenado cerrar la Escombrera de Medellín para impedir que llegaran nuevos desechos que dificultaban aún más la búsqueda de desaparecidos, medida que se hizo efectiva este año. La Fiscalía ha sistematizado información de varios de los postulados de la Ley de Justicia y Paz quienes han identificado este sitio como el lugar donde muchos grupos arrojaban los cuerpos sin vida de sus víctimas. El Tribunal señalo en el 2013. “El Bloque Cacique Nutibara se instaló en dicho lugar y no solo lo utilizaron como base, sino que allí enterraron a sus víctimas, y están sepultadas bajo cantidades de escombros”. La Corporación Jurídica Libertad señala que muchas de estas personas que se hallan enterradas en este lugar, fueron resultado de las operaciones militares Orión, Antorcha y Mariscal en 2002, donde según esta Corporación, “la Fuerza Pública junto con paramilitares retomaron el control territorial que habían perdido por la incursión en la zona de grupos armados como CAP (Comandos Armados del Pueblo), Farc y Eln”. En Julio de 2015, la Fiscalía delegada ante la Corte Suprema de Justicia abrió una investigación contra el ex – comandante del Ejército, General Mario Montoya Uribe, quien comando la Operación Orión, por su presunto conocimiento en episodios relacionados con los mal llamados “falsos positivos”. El caso de la Escombrera es una evidencia más de lo que sucede en todo el país, la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía ha reportado que ha exhumando más de 4700 fosas que han sido señalas por los paramilitares que se acogieron a la Ley de Justicia y Paz, pero las cifras parece ser muy superiores. Los cuerpos hallados en dichas fosas ya superan los 5.900. Cada día se encuentran nuevas fosas comunes, en enero de este año se realizaron diligencias judiciales donde se pudo verificar la existencia de numerosas fosas comunes en Buenaventura (Valle) y Bocas de Satinga (Nariño). Igualmente, la Unidad de Justicia Transicional de la Fiscalía General de la Nación, señala en un estudio presentado en febrero de 2015 que las labores de exhumación de fosas comunes han sido más intensas en las poblaciones de Antioquia (992), Magdalena (657), Meta (494), Putumayo (472) y Córdoba (392), donde los peritos descubrieron numerosos despojos humanos. El 7 de agosto de 2015 El Espectador tituló una de sus investigaciones periodísticas bajo el nombre de “Un camposanto llamado Colombia” donde analiza la tragedia de esta realidad que viven miles de familias colombianas y resume un informe reciente de la Fiscalía sobre el tema de las fosas comunes, “El informe, conocido por El Espectador, señala que, del total de cuerpos exhumados, 2.027 (34%) no han sido identificados, 1.017 (17%) se encuentran en proceso de ser identificados y 2.934 (49%) ya tienen nombre y apellido. De hecho, todos los identificados han sido entregados a sus familiares, quienes han esperado años para darles sepultura” La verdad sobre estas acciones de extrema crueldad no puede seguir bajo tierra y en el olvido, debe germinar para hallar el camino de la paz y la reconciliación. El Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, señaló con motivo del Día Internacional del Derecho a la Verdad en relación con Violaciones Graves de los Derechos Humanos y de la Dignidad de las Víctimas el 24 de marzo de 2015 «El derecho a la verdad, que es a la vez un derecho individual y colectivo, es esencial para las víctimas, pero también para la sociedad en su conjunto. El esclarecimiento de la verdad sobre las violaciones de los derechos humanos del pasado puede ayudar a prevenir los abusos de los derechos humanos en el futuro.»

Defensasa nacionales ¿Sinceridad y perversidada?

A raíz de los recientes hechos de la deportación de colombianos del vecino país de Venezuela hacia la ciudad colombiana de Cúcuta, los medios de comunicación social han mostrado la crudeza del drama y la tragedia humana que ello representa, que, desde luego, merece el repudio nacional e internacional, tal como efectivamente se ha hecho. Además, dichos medios han mostrado, sin mayores reflexiones, las declaraciones de la dirigencia de uno y otro país, haciendo defensa de sus nacionales. Así, por ejemplo, mientras en Colombia el Presidente Santos aboga por el “respeto a la dignidad de los colombianos” y el exPresidente Uribe se solidariza con los deportados y crítica al Presidente Maduro del vecino país; este, a su turno, con el apoyo del Presidente de la Asamblea Nacional, Diodado Cabello, justifican la medida como una liberación del sicariato y la necesidad del cierre de la frontera. Sin embargo, este observatorio echa de menos que los medios de comunicación no orienten a la opinión pública sobre el carácter de los propósitos que persiguen unos y otra declaración. Es decir, si hay sinceridad o perversidad en ellas, bien porque se acomoden a la verdad, o porque, por el contrario, aparenten tomarse como verídicos, o que teniendo este carácter se utilicen con intención malsanas. Pues, de haberse tenido en cuenta se habría llegado a la conclusión no solo de la indignación nacional por los atropellos, sino también al rechazo de las defensas corruptas o perversas. Porque tales posiciones emplean la difusión de los medios de comunicación no tanto para exaltar el verdadero drama humano y humanitario, ni para llamar sinceramente la atención mundial sobre la deportación masiva, sino más bien para ocultar perversamente dos cosas: De un lado, la incompetencia de ambos gobiernos para prevenir y dar solución a los graves problemas de fronteras, como son la pobreza, el desempleo, el contrabando, el tráfico comercial, el paramilitarismo, el tráfico de drogas, la crisis económica, el desabastecimiento, etc.   Y, del otro, para ocultar también el aprovechamiento político que las clases políticas y la de los dirigentes de uno y otro país, hacen para su beneficio de imagen y de rédito electoral de fin de año. Se trata, en verdad, una vez más, de una manipulación política censurable de la dignidad humana de los nacionales, que nada contribuye a su solución de fondo. Por lo tanto, es la hora que los medios de comunicación social asuman oportunamente, y no de manera tardía, su papel de control social ético de la dignidad humana y, ante todo, de la defensa sincera de la misma.

Sin Congresito, ¿nace Asamblea Legislativa?

Por: Horacio Serpa Aclarado lo del Congresito cesaron todos los temores, prevenciones,conjeturas, desconfianzas, equívocos, análisis y disparates que sedieron para tratar de comprender, apoyar, denunciar, rechazar einterpretar las declaraciones que hace ocho días dio a la revista Semana el Presidente de la República Juan Manuel Santos. Congresito fue el nombre eufemístico que se le dio a la Asamblea Legislativa para que dictara las leyes necesarias en la transición, desde que se acabó la Constitución de 1886 con la sanción de la nueva Carta fundamental hasta que empezó a funcionar el nuevo Congreso Nacional, pues el elegido en Marzo de 1990 fue revocado por la Constituyente. Ese antecedente causó estragos en el actual Congreso, pues muchos de sus integrantes pensaron que se venía otra revocatoria. Ya aclaró el Presidente que sus palabras nunca tuvieron ese sentido. También declaró, con énfasis, que cualquier disposición o reforma requeridas para implementar los Acuerdos de paz se harán en el Congreso Nacional. Eso está bien. Estará mejor si el gobierno nacional tiene más confianza en sus aliados políticos y dialoga con ellos los asunto relacionados con la necesidad de expedir leyes y aún de introducir reformas en nuestro sistema constitucional para hacer posibles los acuerdos que nos van a llevar la paz. También debe hablarse con la oposición. ¡La paz será para todos! Es fácil entender que los trámites legislativos son largos, engorrosos a veces, en ocasiones dilatados. Es posible que el Congreso pueda delegar funciones. Una manera es aprobando facultades extraordinarias al Presidente de la República. Habrá otras. Entre ellas, la. aprobación en tiempo record de un Acto Legislativo que permita el funcionamiento de una Corporación Especial que incluya cupos para voceros de la guerrilla. Ya se hizo antes en el país y podría repetirse ahora para salir del atolladero, de manera que gobierno y exinsurgentes, habiendo entregado o abandonado las armas, convenzan a los legisladores que las bondades de la paz exigen ajustes y cambios en nuestro Estatuto Mayor, lo mismo que la rápida expedición de leyes que consoliden la convivencia. El Partido Liberal está dispuesto a apoyar y a participar en esta novedosa experiencia, si es lo que está buscando el Ejecutivo. O en otros procedimientos que tapicen de seguridad el camino a la paz. Bastante ha quedado claro que se requiere ingenio e innovaciones para culminar convenientemente el proceso, sin sacrificar la necesidad de reconocer y reparar a las víctimas, alcanzar la verdad, hacer cierta la no repetición, aplicar la Justicia Transicional y crear el ambiente de respeto, solidaridad y entendimiento pleno, al tenor del sostenimiento y existencia de nuestras Instituciones Democráticas. La propiedad privada y la libertad de empresa se sostendrán. También la integridad de nuestras Fuerzas Armadas. Pero se requieren cambios en el sistema político, en el modelo económico, en la estructura social. Después de todo, buscamos la paz para que lleguen parámetros de igualdad y renovación en los conceptos de entendimiento y convivencia. Esa paz será cierta y duradera si todos cabemos en el mismo País.

¿Ladrón que roba a ladrón tiene 100 años de perdón?

Por: Ana María Jiménez Triana Dice un adagio popular que ladrón que roba ladrón tiene 100 años de perdón, entonces, según ese silogismo, ¿cuántos siglos de perdón merece el homicida que mata a otro homicida?, o ¿el asesino que ultima a un ladrón? Muchos de los actos delictivos que se cometen en nuestro país generan indignación y hacen que la sociedad clame por una respuesta estatal drástica donde se favorezcan penas estrictas como la cadena perpetua y la pena de muerte. Estas propuestas afectan la coherencia del sistema punitivo colombiano con el estatuto superior, y no están respaldadas en análisis que demuestren réditos adicionales en la contención del delito. Se trata de medidas que sacrifican caros principios humanistas que deben prevalecer en un Estado de derecho en pro de inciertos beneficios en la prevención de la criminalidad En la Constitución colombiana está proscrita la pena de muerte, ese avance democrático tiene asidero en la perspectiva antropocéntrica de la Carta Magna, en la cual se establece como una de sus máximas la dignidad humana. En tal sentido, el retribucionismo rígido en el que se sustenta la pena capital, deviene incompatible con los postulados constitucionales y con los compromisos internacionales adquiridos por Colombia, ya que desconoce la dignidad y la condición de persona del sancionado. Por otra parte, la prisión perpetua, tan popular en tiempos recientes, desdeña el fin primordial de la pena privativa de la libertad que es la resocialización, además se apoya en la ligera afirmación de que los malos siempre serán malos y de seguro repiten sus comportamientos siniestros cada tanto, como si un chip de la perversión o de la bondad naciera y creciera con cada individuo. Bajo estos supuestos, la prisión perpetua cumpliría la entrañable labor de alejar de la sociedad a los engendros malignos habituados al mal y que nunca cambiaran pues no tienen remedio. Las penas drásticas tienen una tercera vertiente en una sociedad que desea sangre y que busca deshacerse de los delincuentes al mejor estilo de Charles Lynch. Se trata de turbas enfurecidas que basadas en sus propios conceptos de justicia material y sugiriendo que existe inactividad o condescendencia de la administración de justicia, deciden que la suerte de un presunto criminal peligroso se encuentra a su arbitrio. Los nuevos precursores de la justicia, creada a partir de episodios delictivos, desplazan al Estado en el monopolio de la fuerza, hasta que su loable función de apartar a la sociedad del crimen, es truncada – seguramente – por cómplices de las fechorías de los maleantes, quienes aduciendo defender   el debido proceso, la presunción de inocencia o conceptos vagos como los derechos humanos impiden que se sacie su sed de venganza. Sin lugar a dudas la impunidad conlleva a que afloren deseos retaliativos, además, existen sesgos que exacerban la cada vez más común presunción de culpabilidad, sin embargo, la sociedad debe indagar si el camino correcto para contrarrestar la percepción de injusticia es revivir los conceptos medievales de justicia privada, justicia comunitaria o venganza , o si el sistema de justicia que tildamos de anacrónico y deficiente mejorará con reformas que la doten de mecanismos punitivos más severos como la prisión a perpetuidad, pero es necesario que lo hagamos concibiendo al detractor de la ley penal como un ser humano. Para muchos solo parecen emerger dudas respecto a la severidad de las penas cuando la persona sometida al escarnio es alguien de sus afectos, o a quien perciben incapaz de desviarse de las sendas del bien. Lo anterior ocurre porque es más sencillo y por lo tanto más frecuente ponerse en el lugar de las víctimas que de los posibles delincuentes, y viéndolos como seres de otro mundo resulta habitual socavar su presunción de inocencia, los derechos que emanan de su condición de humano y desear que surta efecto inmediato una amañada ley del talión, como si la venganza que proviene del Estado o de turbas iracundas fuera un acto de heroísmo.    

¿Ser Exitosos o Felices?

Por: Marta Sáenz C Gracias a la gestión del Club Rotario y a la invitación que me hizo un amigo, tuve la oportunidad de escuchar la conferencia de la doctora María Clara Villegas, autora de su libro: La Gente Feliz es más exitosa; quien enfatiza su conversatorio en que la mayoría de las personas creen que el éxito se centra básicamente en adquirir conocimientos y habilidades, cuando en realidad está centrado en las actitudes y aptitudes, porque la felicidad se fundamenta en hacer lo que nos gusta y satisface. Nos venden la idea desde temprana edad que la felicidad es una consecuencia de este mal entendido éxito, cuando es totalmente al contrario. Si eso fuera verdad todos los exitosos serian felices, y existen muchas personas exitosas que no lo son. La conferencista define la felicidad como un sentimiento de plenitud que sale del alma, de paz con uno mismo y con los demás. Es darse la posibilidad diaria de disfrutarse a uno mismo siendo la persona que yo quiero ser, y no lo que una sociedad, los padres, una religión mal entendida y en general un entorno han querido hacer de mí. Es una certeza de bienaventuranza y buena fortuna que genera paz, serenidad y tranquilidad. Para ser feliz se requiere saber y comprobar por uno mismo, que existen dos mundos en los cuales podemos vivir los seres humanos: el mundo del ego y el mundo de la autoestima, es cuestión de decidir. Vivir en el mundo del ego significa valorarse únicamente por lo que se hace y tiene; se vive en función del reconocimiento de los demás y en función del «hay que» y el «toca”. Es el mundo en donde uno actúa como si fuera un libreto, que estamos memorizando desde el día en que nacimos, en boca de nuestros papas, la publicidad y los medios. Para ser feliz es indispensable salirse del libreto, porque generalmente depende de factores externos sobre los cuales no podemos decidir. Trabajar por alcanzar las metas del libreto nos genera adrenalina porque hay sensación de logro increíble, pero al llegar a la meta se acaba el reto. El libreto es un listado de hay que y toca, acompañado de la necesidad de creerlo como cierto porque, de lo contrario, no habría acceso a ese éxito del que tanto nos hablan. Cuál es el libreto que nos venden y que todos compramos: tienes que ser profesional, porque si no lo logras no eres nadie. Tienes que casarte, es el segundo logro, ya casados tienes que tener hijos, y ojala la parejita, luego había que tener carro, casa y finalmente una finca. El libreto no es bueno ni malo es si mismo, pero si se convierte en un parámetro de decisión para la vida. El otro mundo que un ser humano puede elegir vivir, es el mundo de la «autoestima», aquel en donde entendemos que todo lo que hacemos y tenemos es el medio para ser la persona que queremos ser. En este mundo se vive la experiencia de ser uno mismo y no lo que un tercero quiere hacer de nosotros. El que está en este mundo no juega para llegar de primero, juega buscando gozarse el juego porque lo entiende como la vivencia de una experiencia agradable, disfrutando de cada momento del camino. Para finalizar la consultora nos invita a bajarnos del libreto y a dedicarnos a ser gente, por el puro placer que produce. Reitera que más bien trabajemos duro para alcanzar este mundo de certezas y salirnos de las creencias del ego y ser el medio para que otro ser humano realice sus sueños.  

Carta a una sombra… Una historia que no termina

Por: Luis Alfonso Fajardo Sánchez Ph.D En días pasados se estrenó en las salas de cine colombinas, luego de su éxito en el Festival de Cine de Cartagena, la película documental Carta a un Fantasma,   dirigida por Daniela Abad y Miguel Salazar, quienes llevan a la gran pantalla   momentos de la obra de Héctor Abad Facio Lince “El Olvido que seremos” sobre el contexto en el cual ocurre la muerte de su padre, el medico defensor de derechos humanos Héctor Abad Gómez, el 25 de Agosto de 1987 en la ciudad de Medellín. Es una película intimista, familiar y testimonial que nos recuerda con crudeza, pero sin ánimo de retaliación, un periodo de gran violencia de diferentes sectores políticos, religiosos y militares contra los líderes sociales y los defensores de derechos humanos. El excomandante paramilitar Diego Fernando Murillo, alias Don Berna, ha asegurado reiteradamente que Carlos Castaño, el desaparecido jefe de las Autodefensas, fue el determinador del asesinato del médico y humanista Héctor Abad Gómez. El homicidio, se ordenó, según las versiones libres de Murillo, porque el médico “hacía denuncias que afectaban a las Fuerzas Armadas, haciéndole el juego al Epl. Por eso, Carlos tomó la decisión de ejecutarlo”. En 2014, después de 27 años, la Fiscalía General de la Nación declaraba su asesinato como de lesa humanidad (a manos de los paramilitares). Pero aún no hay condenados por este crimen. Pero la película también muestra el análisis del contexto, con testimonios del recientemente fallecido, Ex – Magistrado de la Corte Constitucional colombiana, Carlos Gaviria Díaz, en el cual señala como decenas de líderes sociales, estudiantiles y defensores de derechos humanos, no solo antioqueños sino de todo el país, fueron víctimas de la más dura represión por defender sus ideas, por luchar por las reivindicaciones sociales y estar al lado de los sectores más vulnerables de la sociedad colombiana. Miles de víctimas han escrito cartas a las sombras, de sus seres queridos: sindicalistas, líderes comunales, autoridades indígenas, afro descendientes, estudiantes, docentes, abogados, miles de cartas escritas desde la impunidad, el dolor y el miedo. Algunas personas opinaron que los hechos que muestra el documental son épocas ya superadas en nuestro país, pero las cifras demuestran lo contrario. La represión de los años 80’s y 90’s aún no termina, todavía se escriben cartas a miles de personas desaparecidas, amenazadas, torturadas, asesinadas. El Programa Somos Defensores, una coalición de Organización de Derechos Humanos que se creó En 1997, luego de los asesinatos de los defensores de derechos humanos, Mario Calderón y Elsa Alvarado, reporto en su Informe 2014 “señalan el incremento inverosímil del 170% de la violencia contra líderes, defensores y defensoras de los DD.HH. y dentro de estas agresiones, un incremento del 234% en las amenazas” Señala que entre enero y julio de 2014 sucedieron 194 agresiones a defensores de derechos humanos en el país, entre ellos 30 asesinatos y 29 atentados. Señala el Informe que en este periodo se realizaron por parte del Estado 18 detenciones arbitrarias. “Una situación preocupante es que 3 de los defensores de derechos humanos asesinados en este semestre, contaban con medidas de protección vigentes proporcionadas por la UNP o la Policía Nacional y fueron asesinados a pesar de tener dichas medidas”[1] Asistimos en la primera semana del mes de julio de 2015, a una clara evidencia de que la situación para quienes defienden los derechos humanos no ha cambiado mucho desde los tiempos de la muerte del médico Héctor Abab Gómez, en hechos, que aún no son motivo de investigación, 15 personas entre estudiantes, líderes sociales y defensores de derechos humanos fueron detenidos y señalados de cometer actos de terrorismo ocurridos en Bogotá en años anteriores. El asesor de la oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Guillermo Fernández Maldonado, señaló que “en la lista de capturados hay varios líderes de organizaciones defensoras de DD. HH., de la mujeres, activistas y comunicadores, y como en otros casos el llamado es a que se garantice el debido proceso” «Estas personas fueron capturadas, pero son sindicadas, no hay decisiones judiciales que las declaren culpables y así han sido presentadas, lo que vulnera los derechos que tiene cualquier sindicado», señaló Fernández, quien además agregó que de la misma forma los medios de comunicación usaron fotos de Facebook y de otras redes de algunas de las personas capturadas mostrándolos como culpables, sin que haya surtido efecto el proceso judicial.[2] Mucho ha cambiado el país desde el asesinato del médico Héctor Abad Gómez, sin embargo, defender los derechos humanos en Colombia sigue siendo una profesión de alto riesgo.   [1] Tomado de http://somosdefensores.org/index.php/en/publicaciones/informes-siaddhh   [2] Tomado de http://www.eltiempo.com/bogota/explosiones-en-bogota-onu-pide-debido-proceso-a-capturados/16066276