Protección Medio-Ambiental, una responsabilidad estatal y social
Lamentablemente solo con las catástrofes o los escándalos medio ambientales, se pone de evidencia la omisión, la tolerancia o la ineficiencia del Estado y de los entes intervinientes, para prevenir los daños ecológicos en la biosfera mundial o regional y los daños o amenazas medioambientales en determinadas poblaciones de seres vivos, especialmente las poblaciones humanas, urbanas y rurales. Para ello, basta con revisar la información de todos los medios de comunicación sobre la ineficiencia estatal para prevenir el derrame de la barcaza de carbón de la Drumon en la Costa Norte, para evitar la explotación minera contra la naturaleza en el Sur (como sucede en Santander de Quilichao) y para prever y hacer intervención oportuna en los desastres de las sequías en los Llanos y la Costa Caribe, con la muerte de numerosos animales de la región. Sin embargo, los mismos medios omiten en averiguar o indagar quien o quienes son los responsables no del cambio climático, que es un asunto más complejo, pero sí de las consecuencias dañinas previsibles. Ni mucho menos se pregunta a dónde fueron a parar los recursos económicos asignados en anteriores tragedias, y quienes fueron los responsables de su malversación o apropiación; y quiénes serán los responsables de los recursos que ahora se anuncian. Es decir, es el momento de determinación de responsabilidades, y la de saber quiénes son los responsables de la falta de previsión, intervención, evitación, disminución o reparación de los daños que ha sufrido, padece y, seguramente, padecerá en el futuro inmediato la sociedad Colombiana, si las autoridades mantienen la misma actitud. Pero como aún no aparecen sus responsables, ni tampoco las medidas correspondientes, la mejor recomendación, es la de que lo que no hace la burocracia estatal, tendrá que hacerlo, en lo posible, la misma sociedad. De allí que corresponda a la propia humanidad y, concretamente, a la ciudadanía, apropiarse de su defensa social frente a los efectos dañinos del cambio climático. En este sentido, deben las poblaciones urbanas, defenderse de toda clase de contaminación (v.gr. de aguas negras, basuras, humos, malos olores, ruidos, paisajes, etc.), inundaciones y erosiones; y a las poblaciones rurales, también deben defenderse de la deforestación, así como de la amenaza de desaparición de las especies vegetales y animales en vía de extinción, como sucede, en Colombia, con los manatíes, los delfines costeros, las ranas, las...
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